domingo, 23 de agosto de 2015

Cuatro consejos del Papa Francisco a los catequistas.


¿Eres Catequista? Mira lo que el Papa Francisco te pide.
“Es bueno tomar conciencia de que hoy, más que nunca, el acto de creer tiene que trasparentar la alegría de la Fe. Como en aquel gozoso encuentro de María e Isabel, el Catequista debe impregnar toda su persona y su ministerio con la alegría de la Fe.”
Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los Catequistas de la Arquidiócesis (21 de agosto de 2012)
“Que la catequesis a la cual sirven con tanto amor esté signada por esa alegría, fruto de la cercanía del Señor Resucitado (“los discÌpulos se llenaron de alegrÌa cuando vieron al Señor”, Jn. 20,20), que permite también descubrir la bondad de ustedes y la disponibilidad al llamado del Señor.
no dejen nunca que el mal espíritu estropee la obra a la cual han sido convocados. Mal espíritu que tiene manifestaciones bien concretas, fáciles de descubrir: el enojo, el mal trato, el encierro, el desprecio, el ninguneo, la rutina, la murmura- ción, el chismerío.(cotilleo)”
Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los Catequistas de la Arquidiócesis (21 de agosto de 2012)
“Pero además, les pido que, no vean reducido su campo evangelizador a los catequizandos.Ustedes son privilegiados para contagiar la alegría y belleza de la Fe a las familias de ellos. Háganse eco en su pastoral catequística de esta Iglesia de Buenos Aires que quiere vivir en estado de misión.
Miren una y mil veces a la Virgen María. Que ella interceda ante su Hijo para que les inspire el gesto y la palabra oportuna, que les permita hacer de la Catequesis una Buena Noticia para todos, teniendo siempre presente que la Iglesia crece, no por proselitismo, sino por atracción.”
Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los Catequistas de la Arquidiócesis (21 de agosto de 2012)
“Al darte gracias de corazón por todo tu camino de catequista, por tu tiempo y tu vida entregada, le pido al Señor que te dé una mente abierta para recrear el diálogo y el encuentro entre quienes Dios te confía y un corazón creyente para seguir gritando que El está vivo y nos ama como nadie.”
Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los Catequistas de la Arquidiócesis (21 de agosto de 2012)
“Yo pregunto, entre ustedes catequistas, hay fiesta, hay encuentro; o está el gesto adusto del dedito con un “no” adelante, como la maestra en tiempos de Yrigoyen (Presidente Argentino a principios del siglo XX). Hay eso o hay fiesta, hay encuentro? saben lo que es fiesta o son una momia? Catequistas-momias, una momia anclada solo en verdades, en preceptos; sin ternura, sin capacidad de encuentro.
Yo quisiera que entre ustedes no haya lugar para momias apostólicas, por favor no!, vayan a un museo que van a lucir mejor. Sino que haya corazones que se conmueven con la vida desde donde se la planteen, que saben abrazar la vida y decirle a esa vida quién es Jesús.
Y para que no se equivoquen y momifiquen sus entrañas…”de la mano de María” la Madre de la ternura… acompañemos la vida de la mano de María.”
homilía del cardenal Jorge. M. Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires en el Encuentro Arquidiocesano de Catequesis (10 de marzo de 2012)
Cortesía de http://www.pazybien.es/

sábado, 22 de agosto de 2015

¿POR QUÉ NOS QUEDAMOS?


Comentario domingo 21° Tiempo ordinario, ciclo "B"

Durante estos años se han multiplicado los análisis y estudios sobre la crisis de las Iglesias cristianas en la sociedad moderna. Esta lectura es necesaria para conocer mejor algunos datos, pero resulta insuficiente para discernir cuál ha de ser nuestra reacción. El episodio narrado por Juan nos puede ayudar a interpretar y vivir la crisis con hondura más evangélica.
Según el evangelista, Jesús resume así la crisis que se está creando en su grupo: «Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, algunos de ustedes no creen». Es cierto. Jesús introduce en quienes le siguen un espíritu nuevo; sus palabras comunican vida; el programa que propone puede generar un movimiento capaz de orientar el mundo hacia una vida más digna y plena.
Pero, no por el hecho de estar en su grupo, está garantizada la fe. Hay quienes se resisten a aceptar su espíritu y su vida. Su presencia en el entorno de Jesús es ficticia; su fe en él no es real. La verdadera crisis en el interior del cristianismo siempre es esta: ¿creemos o no creemos en Jesús?
El narrador dice que «muchos se echaron atrás y no volvieron a ir con él». En la crisis se revela quiénes son los verdaderos seguidores de Jesús. La opción decisiva siempre es esa: ¿Quiénes se echan atrás y quiénes permanecen con él, identificados con su espíritu y su vida? ¿Quién está a favor y quién está en contra de su proyecto?
El grupo comienza a disminuir. Jesús no se irrita, no pronuncia ningún juicio contra nadie. Solo hace una pregunta a los que se han quedado junto a él: «¿También ustedes quieren marcharse?». Es la pregunta que se nos hace hoy a quienes seguimos en la Iglesia: ¿Qué queremos nosotros? ¿Por qué nos hemos quedado? ¿Es para seguir a Jesús, acogiendo su espíritu y viviendo a su estilo? ¿Es para trabajar en su proyecto?
La respuesta de Pedro es ejemplar: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna». Los que se quedan, lo han de hacer por Jesús. Solo por Jesús. Por nada más. Se comprometen con él. El único motivo para permanecer en su grupo es él. Nadie más.
Por muy dolorosa que nos parezca, la crisis actual será positiva si los que nos quedamos en la Iglesia, muchos o pocos, nos vamos convirtiendo en discípulos de Jesús, es decir, en hombres y mujeres que vivimos de sus palabras de vida.
                                                                                                                           José Antonio Pagola
Imagen de Cerezo Barredo

domingo, 16 de agosto de 2015

LO DECISIVO ES TENER HAMBRE


Comentario domingo 20° Tiempo ordinario, ciclo "B"

El evangelista Juan utiliza un lenguaje muy fuerte para insistir en la necesidad de alimentar la comunión con Jesucristo. Solo así experimentaremos en nosotros su propia vida. Según él, es necesario comer a Jesús: «El que me come, vivirá por mí».
El lenguaje adquiere un carácter todavía más agresivo cuando dice que hay que comer la carne de Jesús y beber su sangre. El texto es rotundo. «Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él».

Este lenguaje ya no produce impacto alguno entre los cristianos. Habituados a escucharlo desde niños, tendemos a pensar en lo que venimos haciendo desde la primera comunión. Todos conocemos la doctrina aprendida en el catecismo: en el momento de comulgar, Cristo se hace presente en nosotros por la gracia del sacramento de la eucaristía.
Por desgracia, todo puede quedar más de una vez en doctrina pensada y aceptada piadosamente. Pero, con frecuencia, nos falta la experiencia de incorporar a Cristo a nuestra vida concreta. No sabemos cómo abrirnos a él para que nutra con su Espíritu nuestra vida y la vaya haciendo más humana y más evangélica.
Comer a Cristo es mucho más que adelantarnos distraídamente a cumplir el rito sacramental de recibir el pan consagrado. Comulgar con Cristo exige un acto de fe y apertura de especial intensidad, que se puede vivir sobre todo en el momento de la comunión sacramental, pero también en otras experiencias de contacto vital con Jesús.
Lo decisivo es tener hambre de Jesús. Buscar desde lo más profundo encontrarnos con él. Abrirnos a su verdad para que nos marque con su Espíritu y potencie lo mejor que hay en nosotros. Dejarle que ilumine y transforme zonas de nuestra vida que están todavía sin evangelizar.
Entonces, alimentarnos de Jesús es volver a lo más genuino, lo más simple y más auténtico de su Evangelio; interiorizar sus actitudes más básicas y esenciales; encender en nosotros el instinto de vivir como él; despertar nuestra conciencia de discípulos y seguidores para hacer de él el centro de nuestra vida. Sin cristianos que se alimenten de Jesús, la Iglesia languidece sin remedio.

                                                                                                                          José Antonio Pagola
Imagen de Cerezo Barredo




viernes, 7 de agosto de 2015

Francisco y la revolución de la actitud

Se echan las manos a la cabeza quienes sostienen que el Papa no ha dicho nada nuevo esta mañana en el Aula Pablo VI. Que en ningún rincón del Catecismo o del Código de Derecho Canónico dice que los divorciados vueltos a casar están excomulgados, que una cosa es no poder comulgar y otra estar fuera de la Iglesia... Y dicen bien. Porque lo importante de las palabras del Papa, como todas las que lleva diciendo desde el inicio de su Pontificado, no están en la alteración -o no- de la ley, sino de anteponer el hombre a la Ley. Ya saben, el hombre al sábado, que diría un tal Jesús al que algunos tienen tan olvidado...
Y es que la revolución que trae Francisco no es la de las normas, sino la de la actitud. La de la misericordia, la de la cercanía, la del abrazo. No la del dogma, el ordeno y mando, la estructura. Aunque haya cambios, que los habrá. Lo relevante no es saber si los divorciados vueltos a casar están o no excomulgados, sino conseguir que, en la práctica,formen parte de la comunidad en igualdad de condiciones al resto de seguidores de Jesús. Tomando cada caso, como el propio Bergoglio explica -no se queden en la frase, para un lado o para otro, escuchen, vean el vídeo (este Papa improvisa mucho, y sus palabras son más de las que aparecen en los discursos oficiales)-. Cualquier otra reducción se me antoja maniquea.

Son tiempos de revolución: en las calles, en la política, en la economía, también en la Iglesia. Una revolución de la ternura, de la comprensión, del testimonio de vida coherente, de las puertas abiertas, de considerar al otro miembro de mi propia especie, de mi familia, de mi entorno. De dejar a un lado el descarte, ya sea en las sacristías o en las cárceles al aire libre de Melilla, Calais, Lampedusa, Belén... De abrir de par en par puertas y ventana para que se renueve el aire. Y de aprender a respirar, por supuesto. Que en demasiadas ocasiones se nos ha olvidado. La libertad, como el amor, como la fe en el Dios vivo, hay que conquistarla, y vivirla, día a día.

Lo demás, simplemente palabras. Vacías, insulsas, muertas. Como la letras de las leyes que no miran el rostro de la persona en la que se aplican. Esa es la revolución de Francisco. Y la del Evangelio.
Jesús Bastante
Cortesía de http://blogs.periodistadigital.com/

La Voz del pueblo de Dios. Programa del 1 de agosto de 2015.


domingo, 2 de agosto de 2015

EL CORAZÓN DEL CRISTIANISMO


Comentario domingo 18° Tiempo ordinario, ciclo "B
La gente necesita a Jesús y lo busca. Hay algo en él que los atrae, pero todavía no saben exactamente por qué lo buscan ni para qué. Según el evangelista, muchos lo hacen porque el día anterior les ha distribuido pan para saciar su hambre.
Jesús comienza a conversar con ellos. Hay cosas que conviene aclarar desde el principio. El pan material es muy importante. Él mismo les ha enseñado a pedir a Dios «el pan de cada día» para todos. Pero el ser humano necesita algo más. Jesús quiere ofrecerles un alimento que puede saciar para siempre su hambre de vida.
La gente intuye que Jesús les está abriendo un horizonte nuevo, pero no saben qué hacer, ni por dónde empezar. El evangelista resume sus interrogantes con estas palabras: «y ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?». Hay en ellos un deseo sincero de acertar. Quieren trabajar en lo que Dios quiere, pero, acostumbrados a pensarlo todo desde la Ley, preguntan a Jesús qué obras, prácticas y observancias nuevas tienen que tener en cuenta.
La respuesta de Jesús toca el corazón del cristianismo: «la obra (¡en singular!) que Dios quiere es esta: que creáis en el que él ha enviado». Dios solo quiere que crean en Jesucristo pues es el gran regalo que él ha enviado al mundo. Esta es la nueva exigencia. En esto han de trabajar. Lo demás es secundario.
Después de veinte siglos de cristianismo, ¿no necesitamos descubrir de nuevo que toda la fuerza y la originalidad de la Iglesia está en creer en Jesucristo y seguirlo? ¿No necesitamos pasar de la actitud de adeptos de una religión de «creencias» y de «prácticas» a vivir como discípulos de Jesús?
La fe cristiana no consiste primordialmente en ir cumpliendo correctamente un código de prácticas y observancias nuevas, superiores a las del antiguo testamento. No. La identidad cristiana está en aprender a vivir un estilo de vida que nace de la relación viva y confiada en Jesús el Cristo. Nos vamos haciendo cristianos en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús.
Ser cristiano exige hoy una experiencia de Jesús y una identificación con su proyecto que no se requería hace unos años para ser un buen practicante. Para subsistir en medio de la sociedad laica, las comunidades cristianas necesitan cuidar más que nunca la adhesión y el contacto vital con Jesús el Cristo.
José Antonio Pagola
Imagen de Cerezo Barredo


sábado, 1 de agosto de 2015

TESIS; ANTÍTESIS Y SÍNTESIS


EL pensamiento Hegeliano en su “filosofía de la Historia” se nos propone ésta fórmula que tiene mucha vigencia sobre la realidad que vivimos en nuestra Venezuela. Analicemos esta realidad a la luz de éste pensamiento.

TESIS: Venimos de una situación de “corrupción política y administrativa” donde existía una “democracia representativa”; mejor dicho, una “partidocracia” donde se turnaban el poder “adecos y copeyanos”; tratando siempre de repartirse el “botín” de Venezuela. Era una época de “bonanza económica”; aunque el petróleo solo costaba 7 bolívares el barril, sin embargo nuestra moneda era verdaderamente fuerte (dólar a 4:30 bs.) por muchos años. Era la época de “ta barato, dame dos”; así nos identificaban en USA; claro está, para un pequeño por ciento de la población ya que la mayoría del pueblo no podía viajar. 40000 familias (200000) personas eran las dueñas de PDVSA; ellos recibían sus pagos en dólares y ciertamente gozaban de un estándar de vida extraordinario. Recuerdo era mejor ahorrar en bolívares que en dólares ya que aquí en Venezuela pagaban mejores intereses (dividendos). Al principio vimos una cierta mejoría en las clases más pobres; ví por ejemplo limpiabotas en la Charneca que se convirtieron en gerentes en Guayana; otros tenían “suerte” y se sacaban la “lotería” y se hacían “millonarios” de la noche a la mañana y al cabo de unos meses los encontraba de nuevo en la miseria. En esos tiempos tú podías dormir en la plaza pública y nadie te agredía y en la mañana la señora del frente te traía un “cafecito”. Tú podías salir a cualquier lugar en el interior del país y no tenías miedo alguno que te atracaran o te fueran hacer daño; todo lo contrario, en todos los lugares encontrabas gente amable y generosa que te abrían las puertas de sus casas y te hospedaban sin decirte ¿Cuánto hay pa eso? Eso no quiere decir que aquí no había crimines. Recuerdo haber visto en alguna página de un periódico: 100 asesinatos éste fin de semana. Se empezó a perder los principios éticos que mantenían la Paz.
La corrupción empezó a galopar, se deterioró la moneda (devaluación del viernes negro) y ahí empezó nuestra desgracia. Nos metieron en el neoliberalismo más infernal que nos llevó al “paquete económico” de Carlos Andrés que provocó el “caracazo” y la “tesis” se agotó y provocó la ANTÍTESIS.

ANTÍTESIS: Surge la Revolución Bolivariana con la esperanza de salir de aquel infierno neoliberal que perjudicaba sobre todo a los más pobres. Se tomaron medidas muy buenas para beneficiar, no a la clase privilegiada de la “tesis” sino a los más perjudicados. Comenzaron las MISIONES SOCIALES (salud, educación, cultura, deporte, vivienda, etc.,). En el área de la salud contamos con los excelentes y generosos “médicos cubanos” que fueron a servir “barrio adentro”. Por primera vez los pobres de nuestros barrios veían la presencia de médicos al servicio de ellos de forma gratuita y viviendo entre ellos. Una señora del barrio La Montañita (sector UV-9) Ruiz Pineda, Caricuao me decía: Padre, el médico vino a vivir aquí en nuestro barrio, en mi propia casa; esto parece un sueño. Sin duda alguna, la alegría de los más pobres se hizo realidad. Los militares por primera vez los ví junto a los "jóvenes del barrio”; llamados por la clase burguesa: malandros y tierruos; trabajando juntos, destapando cloacas y limpiando las quebradas y las escaleras de la Cidra, El Onoto, San Pablito, etc. No había en ese tiempo guardias que fueran a disparar ni militares que fueran a detener, sino autoridades que iban a servir a los más pobres y necesitados.

Hugo Chávez empezó a desarrollar una política social “paternalista”; aprovechando el “bum petrolero” que se nos montó a 100 Bs el barril y un BOLIVAR FUERTE de 6:30 por dólar. Parecía haber llegado el paraíso a los pobres y la envidia de las clases poderosas empeoraban. Los pobres empezaron a recibir “viviendas completamente “gratis”, sin pagar un solo centavo, los damnificados eran “dignificados” regalándoles todo. Desde pequeño he oído decir a los míos: “Todo lo que vale cuesta”; todo lo que recibimos sin esfuerzo, a la larga nos daña. Y así fue. Un ejemplo concreto lo viví con una señora abandonada con 4 niños que se me presentó en la parroquia un sábado en la tarde y me dijo: Padre, mi marido me acaba de votar de mi casa y estoy en la calle. Esa noche se quedaron en la Iglesia y al otro día hablé con el oficial del refugio muy cerca de nuestra Iglesia y le presenté el caso. Con una carta mía la recibieron en el refugio y a los 4 meses le entregaron una casa amueblada con terreno hasta para cultivar en el Estado Guárico. A menos de un año, se me aparece la señora con la misma historia; vendió toda aquella propiedad por un millón de bolívares (de los viejos) y regresó a su rancho para que su marido la recibiera. Este así lo hizo y cuando se lo “bebió todo”, la volvió a votar.

Este drama se repitió continuamente y varias ocasiones hemos señalado ésta “política equivocada” de paternalismo que no ayuda ni promueve al pobre; sino que le hace más bien daño. Lo mismo pasa con la IMPUNIDAD. El pobre que comete un delito se le deja libre (se le alcahuetea) con tal de no perder “popularidad”. Esto ha traído el auge de la delincuencia desatada e impune. El actual “bachaqueo” es un ejemplo de que no hemos avanzado en la conciencia social de la solidaridad y del “compartir”; sino al contrario, de aprovecharnos de nuestras habilidades y de obtener dinero fácil y rápido, comprando productos a “precios regulados” para después venderlos a 10 o 20 veces mas caro a nuestros propios hermanos del barrio, diciendo que eso es normal, que están haciendo negocio. Es por eso que una de las lacras que nos está “carcomiendoes la falta de ética y moral. En conclusión “el neoliberalismo capitalista explotador lo tenemos metido hasta nuestros tuétanos.

La falta de eficacia y eficiencia ha hecho que nuestra producción esté por el suelo y nos ha puesto a “importar” de todo ya que en el País no se está produciendo nada que cubra la demanda de nuestra gente. El bolívar “fuerte” se hizo “débil” y nuestro petróleo se devaluó en un 50% y al parecer va de “capa caída”. La economía ha caído en una “crisis” bien grave que exige una salida (un giro de timón) y en eso estamos. Hay que buscar nuevas alternativas. El presidente Hugo Chávez lo dijo antes de dejarnos: ¡Oh inventamos, o erramos! Eficiencia y eficacia o nada. Y estamos demostrando que no vamos por buen camino; tenemos que ser valientes y reconocer la verdadera realidad.

En materia de inseguridad hemos llegado hasta el extremo. Hemos creado las ya famosas “zonas de paz”. En éstas “zonas” (barrios) está prohibido que la policía entre a esos sitios. Resultado: Allí se refugian las “bandas delictivas” para actuar a su antojo y elaborar sus planes tanto con el tráfico de drogas y los actos delictivos de todo tipo; es decir, refugios de delincuentes, sembrando el caos y la desesperación a los humildes habitantes de esas zonas que quedan totalmente desprotegidos y desamparados a manos del hampa común. ¿Qué estamos haciendo? Lanzamos ahora un batallón de la Guardia que provocó 19 muertes y un sin número de heridos la semana pasada y más de cien detenidos. ¿Y a donde van a parar los detenidos? A las cárceles del País en donde cada día se fugan y no se sabe el cómo, aunque muchos salen porque “se bajan de la mula” ante las autoridades y jueces corruptos. El sistema judicial sigue corrompido; la ANTÍTESIS se agota; sin duda alguna, según la tesis hegeliana, es necesaria la SÍNTESIS.

LA SÍNTESIS: Según Hegel, la síntesis recoge lo bueno de la “tesis” y de la “antítesis”; descarta todo lo malo y se convierte en una NUEVA TESIS, que a su vez tendrá que evolucionar provocando de nuevo el mismo proceso hasta el “fin de la Historia” donde se perpetuará la TESIS DEFINITIVA que nos regirá para siempre. Para nosotros los CRISTIANOS esa “Tesis definitiva” será la INSTAURACIÓN DEL REINO DE DIOS en ésta tierra y en eso estamos. ¿Qué proponemos?

1) Unirnos con nuestras diferencias para buscar juntos soluciones que nos beneficien a todos(as) “SIN EXCLUSIONES” de ningún tipo.

2) Necesitamos un DIALOGO SINCERO con los mejores de cualquier bando.

3) Vemos la necesidad de que Gobierno y empresarios honestos se pongan de acuerdo para activar el aparato productivo Nacional y así limitar las “importaciones” y reducirlas al mínimo.

4) Necesitamos decirle NO A LA IMPUNIDAD; mejorar el sistema de seguridad para poder trabajar, producir y compartir sin odios de clases ni de “partidos”. ¿De qué me vale ganar más si cuando llego al barrio me lo quitan y nadie me protege? Me decía un feligrés recientemente.

5) La total separación de los poderes del Estado según manda nuestra Constitución, previa “purificación” de los mismos. El problema no se resuelve con un “cambio de gobierno” sino con un “cambio de mentalidad ética y moral”. Moral y Luces siguen siendo nuestras primeras necesidades”.

6) Tenemos que reconstruir nuestras FAMILIAS. La descomposición y el descuido en la atención de nuestros hijos hace que ellos se sientan desorientados y pocos tomados en cuenta. El sistema neoliberal consumista nos ha llevado a darle más importancia al “dinero” que a ellos.

7) Es necesario recuperar nuestra “moneda nacional”; no se trata de “dolarizarnos”; eso sería volver atrás; se trata que nuestra moneda vuelva a ser FUERTE, que esté al alcance de todos ya que los Venezolanos de a pie solo tienen “bolívares y no dólares”. De nada vale que nos aumenten el sueldo y las pensiones si la moneda se devalúa continuamente por la “inflación” que perjudica a los de menos recursos.

8) Necesitamos revisar nuestro sistema educativo: ¿Qué profesionales estamos formando? ¿Para qué estudiamos y desarrollamos sus talentos? ¿Cuál fin buscamos? No solo se trata de darle oportunidad a nuestros jóvenes de desarrollar todas sus capacidades sino formarlos en “valores éticos-morales” que les haga descubrir que se forman, no para aprovecharse de los demás sino para servir a los demás con los dones que Dios les dio.

9) El esquema de la confrontación y de la polarización está agotado. Es urgente ensayar una propuesta de unidad nacional que nos haga “ganar a todos(as)”. El “BUEN VIVIR” de todos y para con todos.

Venezuela tiene que salir ganando en éste “proceso histórico” que no se detiene. De las “crisis” podemos sacar “bendiciones” que nos permitan “aprender de nuestros errores”. San Agustín nos decía: “Errar es de humanos, rectificar es de Sabios”. Es importante ser sabios en éste momento crucial. Reconozcamos nuestros errores y aprendamos de ellos; dejemos a un lado el “fanatismo ideológico” y las “idolatrías esclavizantes” que no nos dejan avanzar hacia la SÍNTESIS que después se convertirá en una NUEVA TESIS que habrá de seguir mejorando. El ciclo de la historia no se detendrá hasta llegar a la TESIS FINAL. Nuestro destino es el REINO y no pararemos de luchar hasta que lleguemos a EL. Amen

                                                                        Pbro. Pablo Urquiaga. Párroco-servidor.
                                                                        Ruiz Pineda, Caricuao (Julio del 2015)