El
evangelio de hoy nos da luz de cómo resolver la grave "crisis
económica" que atraviesa nuestro país: "Compartamos el pan de cada
día". Felipe le dice a Jesús: "Ni doscientos denarios bastarían para
que a cada cual le toque un pedazo". Parece que el problema no se resuelve
a fuerza de "reales", que no alcanza para todos. Andrés, sin embargo,
le dice a Jesús: "Aquí hay un muchacho que tiene "cinco panes"
pero: ¿Qué es eso para tanta gente? Parece que aquí sí se puede empezar a
resolver la situación.
Jesús tomó los panes, le dio
gracias al Padre, los partió y los repartió a los que estaban cerca de Él. Este
fue el gesto que logró "multiplicar aquellos panes". El milagro:
"todo el mundo empezó a compartir lo que tenía como lo hizo aquel muchacho
y "sobraron 12 cestas llenas" que Jesús mandó a recoger para que nada
se desperdiciara.
La solución, pues, a nuestra
"crisis económica" es resolver nuestra "crisis ética";
liberarnos de nuestro egoísmos y empezar a compartir lo que tenemos con los
demás. Si todo el mundo "comparte", alcanzará y sobrará para todos
(as). Si pudiéramos recoger todo lo que se desperdicia en alimentos podríamos
alimentar al doble de la población actual.
Todo comenzó por un joven que supo
"desprenderse" de Io que tenía y se lo dio a Jesús; éste supo distribuirlo
y aquellos gestos se multiplicaron. No se trata de buscar "soluciones
mágicas", se trata de suscitar la generosidad, la organización y la justa
distribución de lo que hay. En Venezuela sobra de todo; lo que necesitamos es
eficacia y eficiencia en la producción distribución de los alimentos y el
problema quedaría resuelto.
"No solo de pan vive el hombre";
necesario es también compartir el "pan espiritual" que tanto
necesitamos. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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