miércoles, 27 de diciembre de 2017

La Navidad de Jesús: el más grande gesto de amor de Dios. Catequesis del Papa


Jesús fue don de amor del Padre, y nosotros debemos ser don para los demás. Es ése el verdadero significado del intercambio de los dones en Navidad

Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

En la semana del nacimiento del Señor Jesús, y más precisamente en la Solemnidad de san Juan, Apóstol y Evangelista, el Papa Francisco dedicó su catequesis semanal al significado de la Navidad.  
En primer lugar dirigió su mirada al pesebre y en particular a la liturgia de estos días, que nos hicieron volver a vivir el día del nacimiento de nuestro Salvador.
A partir de allí, y siempre con el corazón y la mente en el significado más profundo del nacimiento de Cristo, el Obispo de Roma reflexionó sobre una realidad de nuestros días, a saber, la “desnaturalización”, de la Navidad.
“Dedico la catequesis de hoy a reflexionar sobre el significado de la Navidad. En nuestros días, estamos asistiendo a una especie de «desnaturalización» de la Navidad. En nombre de un falso respeto ante quien no es cristiano, muchas veces se esconde la voluntad de marginar la fe, eliminando todo tipo de referencia al nacimiento de Jesús. Sin embargo, el verdadero sentido de estas fiestas se encuentra en Jesús, es Él quien da sentido a todo lo que celebramos”.
Sin Jesús no hay Navidad
Esta desnaturalización de la Navidad que, como observó el Papa, “se da particularmente en Europa”, “en nombre de un falso respeto que no es cristiano”, y que “a menudo esconde la voluntad de marginar la fe”,  hace por una parte que sí, sea una fiesta, “pero no es la Navidad”, porque no está en el centro Jesús. Si en el centro está Jesús –explicó Francisco- , también todo el contexto, a saber, las luces, los sonidos, las distintas tradiciones locales, incluidos los alimentos característicos, convergen para crear la atmósfera de la fiesta.
Si recibimos a Jesús nos convertimos en don para los demás
“Nosotros, como los pastores del Evangelio, estamos llamados a buscar la verdadera luz que es Jesús, que es el don de Dios a la humanidad que se encuentra inmersa en la oscuridad de la noche. Cuando acogemos a Jesús en nuestras vidas, nos convertimos en un don para los demás”.
En este mismo punto, en su catequesis en italiano, el Santo Padre profundizó en esa “luz que es Jesús”, describiendo y volviendo a repasar el sorprendente modo en que nuestro Salvador se muestra al mundo: “nace de una pobre joven desconocida, que lo da a la luz en un establo, con la única ayuda del marido. El mundo no se da cuenta de nada, pero los ángeles en el cielo – que saben de esto - exultan”.  Así es como Jesús se presenta también a nosotros, como el don de Dios para la humanidad. Y por este motivo -explicó Francisco - nosotros los cristianos nos intercambiamos regalos, porque el verdadero don para nosotros es Jesús y, como Él, queremos ser don para los demás.
La humanidad prefiere la oscuridad
Lamentando, con otras palabras, el hecho de que aun hoy, “a menudo la humanidad prefiere la oscuridad”, porque sabe “que la luz revelaría todas las acciones y pensamientos que harían enrojecer o remorder la conciencia”, el Santo Padre explicó el significado de acoger el don de Dios que es Jesús, que es “volverse cada día un don gratuito para quienes se encuentran en nuestro mismo camino”.
Su Santidad citó luego al gran pregonero de Jesucristo, san Pablo, en su carta a Tito, cuando escribe que la gracia salvífica de Dios se manifestó, «enseñándonos a renunciar a la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad», para subrayar que la encarnación de Cristo, nos ha abierto el camino de la vida nueva, que debe estar fundada no en el egoísmo, sino en el amor.
Con los pequeños Dios quiere construir un mundo nuevo
“Jesús viene a este mundo y los primeros destinatarios de su venida son los pequeños y despreciados, con los que establece una amistad que continúa en el tiempo. Con ellos, en cada momento, Dios desea construir un mundo nuevo en el que no haya más personas rechazadas, descartadas ni maltratadas”.
El Romano Pontífice destacó asimismo un aspecto importante de la Navidad, y es que en ella podemos ver cómo la historia humana es “visitada” por la historia de Dios: “Dios involucra a aquellos que, confinados a los márgenes de la sociedad, son los primeros destinatarios de su don”, dijo. Estas personas en el pesebre están representadas por los pastores de Belén: a ellos «se les apareció una gran luz» (Lc 2,9-12), que los condujo a Jesús; y “con ellos en todos los tiempos, Dios quiere construir un mundo nuevo, en el que no haya más personas rechazadas, maltratadas e indigentes”. “Ellos eran los emarginados, los mal vistos, los despreciados”. Y sin embargo, a ellos se les apareció primero Jesús.
En las últimas palabras que el Santo Padre pronunció en nuestro idioma hoy, animó a todos a abrir la mente y el corazón para acoger a Jesús que es el don de Dios para nosotros: “si lo acogemos también nosotros – dijo - podremos serlo para los demás, especialmente para los necesitados de atención y de ternura”. Así, añadió en italiano, Cristo vuelve a nacer una vez más en la vida de cada uno de nosotros, a través nuestro y continúa siendo don de salvación para los pequeños y para los excluidos. 

martes, 26 de diciembre de 2017

Ángelus del Papa: testigos del amor de Cristo, como Esteban


El Papa Francisco destacó el lazo que une al recién nacido Jesús y a San Esteban. Lo hizo en su reflexión para introducir el rezo del Ángelus, del 26 de diciembre de 2017, día en que la Iglesia universal invoca a San Esteban, el primer mártir, en su fiesta litúrgica, el día después de la Solemnidad de la Navidad
Cecilia de Malak – Ciudad del Vaticano
Esteban testimonia el mensaje incómodo de Jesús
Evocando la fe de Esteban, lleno de Espíritu Santo, el Papa recordó que al primer mártir los jefes de su pueblo lo acusan de haber afirmado que ese Jesús de Nazaret iba a destruir el templo de Jerusalén y cambiar las tradiciones que les había dado Moisés:
“ El mensaje de Jesús es incómodo y nos incomoda, porque desafía el poder religioso mundano y provoca las conciencias. Después de su venida, es necesario convertirse, cambiar mentalidad, renunciar a pensar como antes, cambiar, convertirse. Esteban permaneció anclado al mensaje de Jesús hasta la muerte. Sus últimos ruegos: ‘Señor Jesús, recibe mi espíritu’ y ‘Señor, no les tengas en cuenta este pecado’ (Hch 7,50-60) estos dos ruegos son eco fiel de las palabras pronunciadas por Jesús en la cruz: ‘Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu’ (Lc 23, 46) y ‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’ (34) ”
Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres
Tras hacer hincapié en que las palabras de Esteban son posibles solamente porque el Hijo de Dios ha venido a la tierra y ha muerto y resucitado por nosotros y que antes de estos eventos eran expresiones humanamente impensables, el Papa Francisco invitó a contemplar al Niño Dios:
«También nosotros, ante el Niño Jesús en el pesebre, le podemos rezar así: Señor Jesús, te encomendamos nuestro espíritu, recíbelo’ para que nuestra existencia sea verdaderamente una vida buena según el Evangelio».
“Jesús es nuestro mediador y nos reconcilia no sólo con el Padre, sino también entre nosotros. Él es manantial del amor, que nos abre a la comunión con los hermanos, a amarnos entre nosotros, eliminando todo conflicto y resentimiento ¡Sabemos qué cosa fea son los resentimientos, hacen tanto daño y nos hacen tanto daño! Y Jesús elimina todo esto y hace que nos amemos. Éste es el milagro de Jesús. Pidamos a Jesús, nacido por nosotros, que nos ayude a asumir esta dúplice actitud de confianza en el Padre y de amor al prójimo; es una actitud que transforma la vida y la hace más bella y fructuosa.”

La Madre de Dios nos ayude a testimoniar a su Hijo Jesús

El Papa invitó a elevar nuestra oración confiada a María, Madre del Redentor y Reina de los mártires, para que nos ayude a acoger a Jesús, como Señor de nuestra vida y a ser valientes testigos de Cristo, listos a pagar en primera persona el precio de fidelidad al Evangelio.

Cortesía de: http://www.vaticannews.va

Que tu llanto despierte nuestra indiferencia, dijo el Papa en la Noche Buena


En la homilía de la misa de la noche del 24 de diciembre de 2017, Francisco dijo que “en Belén se generó una pequeña apertura para aquellos que han perdido su tierra, su patria, sus sueños; incluso para aquellos que han sucumbido a la asfixia que produce una vida encerrada”. Y explicó que, en los pasos de José y María vemos las huellas de familias enteras que hoy se ven obligadas a marchar.
Afirmó que “María y José, los que no tenían lugar, son los primeros en abrazar a aquel que viene a darnos carta de ciudadanía a todos. Aquel que en su pobreza y pequeñez denuncia y manifiesta que el verdadero poder y la auténtica libertad es la que cubre y socorre la fragilidad del más débil”.
Y recalcó que es a los paganos, pecadores y extranjeros a los que el ángel les dice: “No teman, porque les traigo una buena noticia… les ha nacido un Salvador…”.
Dijo que esa es “la alegría que esta noche estamos invitados a compartir, a celebrar y a anunciar. La alegría con la que a nosotros, paganos, pecadores, extranjeros, Dios nos abrazó en su infinita misericordia y nos impulsa a hacer lo mismo”.
Por otra parte el Papa expuso que la fe de esa noche nos mueve a reconocer a Dios presente en todas las situaciones que lo creíamos ausente, nos invita a dar espacio a una nueva imaginación social. Francisco concluyó diciendo que el Niño de Belén se ofrece a que lo alcemos y abracemos, para que en él no tengamos miedo de abrazar al sediento, al forastero, al enfermo, al preso.
Y rezó: “Pequeño Niño de Belén te pedimos que tu llanto despierte nuestra indiferencia… Que tu ternura revolucionaria nos mueva a sentirnos invitados, a hacernos cargo de la esperanza y de la ternura de nuestros pueblos

Texto completo de la homilía del Papa traducido al español
«María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el albergue» (Lc 2,7). De esta manera, simple pero clara, Lucas nos lleva al corazón de esta noche santa: María dio a luz, María nos dio la Luz. Un relato sencillo para sumergirnos en el acontecimiento que cambia para siempre nuestra historia. Todo, en esa noche, se volvía fuente de esperanza.
Vayamos unos versículos atrás. Por decreto del emperador, María y José se vieron obligados a marchar. Tuvieron que dejar su gente, su casa, su tierra y ponerse en camino para ser censados. Una travesía nada cómoda ni fácil para una joven pareja en situación de dar a luz: estaban obligados a dejar su tierra. En su corazón iban llenos de esperanza y de futuro por el niño que vendría; sus pasos en cambio iban cargados de las incertidumbres y peligros propios de aquellos que tienen que dejar su hogar.
Y luego se tuvieron que enfrentar quizás a lo más difícil: llegar a Belén y experimentar que era una tierra que no los esperaba, una tierra en la que para ellos no había lugar.
Y precisamente allí, en esa desafiante realidad, María nos regaló al Enmanuel. El Hijo de Dios tuvo que nacer en un establo porque los suyos no tenían espacio para él. «Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11). Y allí…, en medio de la oscuridad de una ciudad, que no tiene ni espacio ni lugar para el forastero que viene de lejos, en medio de la oscuridad de una ciudad en pleno movimiento y que en este caso pareciera que quiere construirse de espaldas a los otros, precisamente allí se enciende la chispa revolucionaria de la ternura de Dios. En Belén se generó una pequeña abertura para aquellos que han perdido su tierra, su patria, sus sueños; incluso para aquellos que han sucumbido a la asfixia que produce una vida encerrada.
En los pasos de José y María se esconden tantos pasos. Vemos las huellas de familias enteras que hoy se ven obligadas a marchar. Vemos las huellas de millones de personas que no eligen irse sino que son obligados a separarse de los suyos, que son expulsados de su tierra. En muchos de los casos esa marcha está cargada de esperanza, cargada de futuro; en muchos otros, esa marcha tiene solo un nombre: sobrevivencia. Sobrevivir a los Herodes de turno que para imponer su poder y acrecentar sus riquezas no tienen ningún problema en cobrar sangre inocente.
María y José, los que no tenían lugar, son los primeros en abrazar a aquel que viene a darnos carta de ciudadanía a todos. Aquel que en su pobreza y pequeñez denuncia y manifiesta que el verdadero poder y la auténtica libertad es la que cubre y socorre la fragilidad del más débil.
Esa noche, el que no tenía lugar para nacer es anunciado a aquellos que no tenían lugar en las mesas ni en las calles de la ciudad. Los pastores son los primeros destinatarios de esta buena noticia. Por su oficio, eran hombres y mujeres que tenían que vivir al margen de la sociedad. Las condiciones de vida que llevaban, los lugares en los cuales eran obligados a estar, les impedían practicar todas las prescripciones rituales de purificación religiosa y, por tanto, eran considerados impuros. Su piel, sus vestimentas, su olor, su manera de hablar, su origen los delataba. Todo en ellos generaba desconfianza. Hombres y mujeres de los cuales había que alejarse, a los cuales temer; se los consideraba paganos entre los creyentes, pecadores entre los justos, extranjeros entre los ciudadanos. A ellos (paganos, pecadores y extranjeros) el ángel les dice: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor» (Lc 2,10-11).
Esa es la alegría que esta noche estamos invitados a compartir, a celebrar y a anunciar. La alegría con la que a nosotros, paganospecadores y extranjeros Dios nos abrazó en su infinita misericordia y nos impulsa a hacer lo mismo.
La fe de esa noche nos mueve a reconocer a Dios presente en todas las situaciones en las que lo creíamos ausente. Él está en el visitante indiscreto, tantas veces irreconocible, que camina por nuestras ciudades, en nuestros barrios, viajando en nuestros metros, golpeando nuestras puertas.
Y esa misma fe nos impulsa a dar espacio a una nueva imaginación social, a no tener miedo a ensayar nuevas formas de relación donde nadie tenga que sentir que en esta tierra no tiene lugar. Navidad es tiempo para transformar la fuerza del miedo en fuerza de la caridad, en fuerza para una nueva imaginación de la caridad. La caridad que no se conforma ni naturaliza la injusticia sino que se anima, en medio de tensiones y conflictos, a ser «casa del pan», tierra de hospitalidad. Nos lo recordaba san Juan Pablo II: «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!» (Homilía en la Misa de inicio de Pontificado, 22 octubre 1978)
En el niño de Belén, Dios sale a nuestro encuentro para hacernos protagonistas de la vida que nos rodea. Se ofrece para que lo tomemos en brazos, para que lo alcemos y abracemos. Para que en él no tengamos miedo de tomar en brazos, alzar y abrazar al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al preso (cf. Mt 25,35-36). «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!». En este niño, Dios nos invita a hacernos cargo de la esperanza. Nos invita a hacernos centinelas de tantos que han sucumbido bajo el peso de esa desolación que nace al encontrar tantas puertas cerradas. En este Niño, Dios nos hace protagonistas de su hospitalidad.
Conmovidos por la alegría del don, pequeño Niño de Belén, te pedimos que tu llanto despierte nuestra indiferencia, abra nuestros ojos ante el que sufre. Que tu ternura despierte nuestra sensibilidad y nos mueva a sabernos invitados a reconocerte en todos aquellos que llegan a nuestras ciudades, a nuestras historias, a nuestras vidas. Que tu ternura revolucionaria nos convenza a sentirnos invitados, a hacernos cargo de la esperanza y de la ternura de nuestros pueblos.
Cortesía de http://www.vaticannews.va

miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡TRISTE NAVIDAD!

Escuchaba hoy en la mañana una entrevista a un “economista” que vive en el extranjero de un periodista que vive en el país. La pregunta era: ¿Cómo serán las navidades este año 2017 en Venezuela? Serán muy tristes, respondió, porque el Venezolano no podrá disfrutar de sus “hallacas y su pan de jamón” que tanto añora; ni podrá comprarle a sus hijos el “estreno” que tanto esperan, ni los regalos ni juguetes pues los precios serán inasequibles por la “hiperinflación” que se nos avecina. A mí me dio mucha tristeza, no por sus malos presagios sino por la superficialidad de concebir la “fiesta de las Navidades” pues solo las ve con “ojos mundanos y materialistas”.

Muy triste y vacía serán las Navidades para aquellos que la reducen a “fiestas y bonches paganos”; felices serán aquellos que la celebran con la visión espiritual que de ella emana. “Perdónalos Padre porque no saben lo que dicen”; ¡que ignorancia y vacío espiritual en aquellos que desconocen el significado espiritual de la misma! Porque la alegría de la Verdadera NAVIDAD CRISTIANA no consiste en tener esas cosas tradicionales; las cuales no son malas en sí pero pudieran convertirse en obstáculo si no nos llevan a lo más importante de esa fiesta. ¿De que valen tener hallacas o pan de jamón, regalos y estrenos sino existe PAZ en medio de nuestras familias; si nos odiamos en vez de amarnos y nos alejamos en vez de unirnos? Todas esas “cosas materiales” pudieran servirnos de medios para lograr el fin: QUE EL SEÑOR DIOS NAZCA EN EL CORAZÓN DE NUESTROS HOGARES PARA QUE EN ELLOS REINO SU PAZ. Así podremos sentir de verdad la ALEGRÍA REAL DE LA NAVIDAD CRISTIANA. ESO ES LO IMPORTANTE.

Yo creo que en Venezuela, en este año de “crisis y escases” tendremos la oportunidad, los que hemos decidido quedarnos en nuestra Patria, de celebrar una NAVIDAD MAS ESPIRITUAL y menos materialista; que no se acabe con el “año nuevo” y mucho menos que nos quedemos en el “viejo”; sino, que seamos capaces de entender que la verdadera felicidad no consiste en poseer “bienes materiales” sino, todo lo contrario, despojarnos y desprendernos de ellos para COMPARTIR con los demás lo más importante que tenemos; nuestro afecto, nuestro AMOR, sobre todo con los más necesitados. En eso consiste la verdadera ALEGRÍA pues donde hay AMOR, hay gozo y felicidad aunque no tengamos nada material; es más, la ansiedad, la vanidad y el orgullo nos quitan esa alegría y nos llenan de profunda tristeza.

Hagamos de este año las NAVIDADES más alegres y felices; las más espirituales y cercanas a nuestro DIOS que fue capaz de despojarse de su rango, de su categoría de “Dios” para venir al mundo como un humilde siervo en la persona de un niño paupérrimo que no tenía donde nacer y tuvieron sus padres que ir a parirlo en un establo junto a los animales. ¡qué triste es ver y escuchar después dos mil y pico de años, muchos no han entendido que aquella “noche trágica”;  si la vemos con “ojos mundanos”; fue la noche más dichosa de la historia humana que hasta los ángeles bajaron del cielo y glorificaron a DIOS y a los seres humanos de Buena voluntad. Aleluya

                                                                                            Pbro. Pablo Urquiaga. Párroco en Caricuao

En estos “tiempos oscuros” Venezuela necesita celebrar la Navidad, afirma Cardenal Urosa

CARACAS, 14 Dic. 17 / 07:06 pm (ACI).- El Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, dirigió a los fieles un mensaje por Navidad en el que aseguró que en estos tiempos oscuros que vive Venezuela es preciso celebrar con mayor motivo el nacimiento de Jesús.
“Vivimos en Venezuela tiempos muy difíciles, hasta el punto de que algunos dicen que no se puede celebrar la Navidad. Ante esa afirmación derrotista nosotros, los católicos, sentimos que hoy, más que en otras ocasiones, en estos tiempos oscuros, es preciso celebrar la Navidad”, expresó el Purpurado.
En su mensaje, el Cardenal recordó que “Navidad es luz en las tinieblas”. En ese sentido, “a pesar de la oscuridad que nos rodea, celebremos la Navidad, llena de la luz de Cristo, reafirmando nuestra fe en el amor de Dios”.
“Que no falte en ningún hogar el Nacimiento, así sea sencillo y humilde. Participemos activamente acudiendo a la celebración eucarística el 25 de diciembre y el 1 de enero, recibiendo los sacramentos de la Reconciliación y la Comunión, abriendo nuestros corazones a los pobres, y llevando alegría a nuestros semejantes”, exhortó.
El Arzobispo de Caracas dijo que “precisamente en estos tiempos duros, de penuria, angustia e incertidumbre, es preciso renovar la vivencia de nuestra fe, para acoger y comunicar la paz que Cristo, Rey pacífico, ha venido a comunicarnos”.
“Las circunstancias actuales de grave crisis política, económica y social, nos exigen a todos los cristianos, independientemente de nuestras simpatías políticas, el trabajar activamente por la paz. Debemos luchar activamente en defensa de nuestros derechos, en pro del bien común, en favor de los grandes valores de la libertad, la justicia y el progreso, pero sin dejarnos llevar nunca por la violencia, el odio o el rencor”, señaló.
El Purpurado dijo que “este es un momento muy grave y duro en la historia del País”. Por ello, señaló que “para que haya paz entre nosotros es preciso que se imponga en todos los corazones la necesidad de respetarnos mutuamente”, incluyendo las diferencias de opinión.
“Hemos de ser solidarios con los más pobres, y compartir nuestros bienes con los necesitados. Por estas intenciones hemos de orar fervientemente en este tiempo de preparación a la fiesta navideña, que debe ser para cada familia, para cada uno de nosotros, una oportunidad de crecer en el amor, en la esperanza, en la fe en Dios vivo y presente en nuestra historia”, expresó.

Cortesía de https://www.aciprensa.com

sábado, 16 de diciembre de 2017

¡TESTIGOS DE LA LUZ!


Comentario domingo III del Tiempo de Adviento Ciclo B

Ser testigos de la LUZ como Juan el Bautista. Él no es la LUZ sino testigo de la LUZ; trasmisor de las buenas nuevas de Dios a su pueblo; testigos para anunciar la Libertad a los oprimidos y a los ciegos la vista; a sacar de sus mazmorras a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la PAZ. (1ra. Lectura)

Ser testigos de la Alegría del Señor y proclamar, como lo hizo MARÍA, las grandezas de nuestro DIOS llenando nuestra ALMA del GOZO PLENO y nuestro espíritu de mucho júbilo. No se trata de cualquier “alegría”; es estar “alegres en el Señor”, se los repito, estén ALEGRES dando gracias en toda ocasión. Permitir que el ESPÍRITU SANTO penetre nuestras almas y nos fecunde de DIOS, como lo hizo en María, para que así nos liberemos de toda clase de males y nos quedemos con todo lo bueno que nos rodea. Para eso necesitamos el don del “DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL” (2DA. LECTURA)

Debemos ser nosotros también, como Juan, la VOZ que grita en medio del pueblo, invitándoles a la conversión para el perdón de sus pecados y trasmitirles la verdadera alegría de la NAVIDAD QUE YA SE ACERCA. Debemos estar preparados y bien dispuestos para recibirla y tener el ENMANUEL; es decir, a Dios con nosotros y dentro de nosotros  experimentando la verdadera alegría de la NAVIDAD ETERNA.

Hoy comenzamos las “MISAS DE AGUINALDO”; ellas nos dan la oportunidad de cumplir con esa Misión de llevar esa alegría a las calles de nuestra parroquia. No se trata solo de rescatar una “tradición” o un “recuerdo”; se trata más bien de hacer realidad la presencia del DIOS VIVO en nuestros corazones y en nuestras familias. Vivamos esta “NAVIDAD” en tiempos de “crisis” de una forma diferente; compartiendo con los más necesitados; absteniéndonos de tanta “caña” y “comelatas”. FELIZ NAVIDAD CRISTIANA. El Párroco.

Pbro. Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo




lunes, 11 de diciembre de 2017

Bergoglio pide a los laicos católicos latinoamericanos no permanecer “indiferentes a la cosa pública ni replegados dentro de los templos


El Papa envía un videomensaje a las jornadas del Encuentro de católicos con responsabilidades políticas al servicio de los pueblos latinoamericanos que concluye hoy en Bogotá
03/12/2017

“Es necesario que los laicos católicos no queden indiferentes a la cosa pública, ni replegados dentro de los templos, ni que esperen las directivas y consignas eclesiásticas para luchar por la justicia”, ha dicho el papa Francisco, a través de un videomensaje, a los 95 participantes del Encuentro de católicos con responsabilidades políticas al servicio de los pueblos latinoamericanos, que inició el pasado viernes 1 de diciembre y concluye hoy, 3 de diciembre.

El videomensaje de Bergoglio, de 20 minutos –el más extenso de los que ha dirigido a la Iglesia latinoamericana– marcó el inicio de las jornadas que él mismo ha “alentado desde su génesis”, como expresó en su saludo a los dirigentes políticos, obispos y cardenales que se encuentran reunidos en Bogotá.

Servicio inestimable

Al referirse a la política como “alta forma de la caridad”, evocando a sus predecesores –“desde el papa Pío XII hasta ahora”–, Francisco ha subrayado el “servicio inestimable de entrega para la consecución del bien común en la sociedad” que conlleva la tarea de quienes asumen responsabilidades políticas.

“Es un servicio de sacrificio y entrega, al punto tal que a veces se puede considerar a los políticos como ‘mártires’ de causas para el bien común de sus naciones”, ha dicho el Papa, sin desconocer algunas formas de autocracia y totalitarismo que permanecen hasta el día de hoy “y quizás también de algún país de América Latina”, remarcó.

“Todo poder que no esté ordenado al servicio se degenera”, agregó Francisco, argumentando que “es claro que no hay que oponer servicio a poder –¡nadie quiere un poder impotente!–, pero el poder tiene que estar ordenado al servicio para no degenerarse”.

Rehabilitar la dignidad de la política

La “buena y noble política”, que se opone a la “politiquería” teñida de corrupción, reclama “la necesidad de rehabilitar la dignidad de la política”, ha planteado el Papa: “si me refiero a América Latina, ¡cómo no observar el descrédito popular que están sufriendo todas las instancias políticas, la crisis de los partidos políticos, la ausencia de debates políticos de altura que apunten a proyectos y estrategias nacionales y latinoamericanas que vayan más allá de las políticas de cabotaje! Además, con frecuencia el diálogo abierto y respetuoso que busca las convergencias posibles se sustituye por esas ráfagas de acusaciones recíprocas y recaídas demagógicas”.

En este sentido, el imperativo de la formación y la preparación de los relevos generacionales en la política, no puede ser ajeno a “la necesaria y positiva participación de los pueblos, apasionados por su propia vida y destino, que tendría que animar la escena política de las naciones”.

Contra la ‘escandalosa desigualdad social’

Por otra parte, Bergoglio también insistió a los dirigentes políticos en algunos de los temas sociales que han marcado sensiblemente su pontificado, como el desarrollo humano integral: “América Latina tiene también necesidad de un crecimiento industrial, tecnológico, auto-sostenido y sustentable, junto con políticas que enfrenten el drama de la pobreza y que apunten a la equidad y a la inclusión, porque no es verdadero desarrollo el que deja a multitudes desamparadas y sigue alimentando una escandalosa desigualdad social”.

Asimismo, abogando por la defensa del tejido familiar y social, el Papa señaló que “no se puede descuidar una educación integral, que comienza en la familia y se desarrolla en una escolarización para todos y de calidad”.

Francisco acrecentó aún más el tono de su mensaje al reclamar que “tenemos que encaminarnos hacia democracias maduras, participativas, sin las lacras de la corrupción, o de las colonizaciones ideológicas, o las pretensiones autocráticas y las demagogias baratas”. Enseguida enfatizó en el tema central de su encíclica Laudato si’: “cuidemos nuestra casa común y sus habitantes más vulnerables evitando todo tipo de indiferencias suicidas y de explotaciones salvajes”.

Católicos irrelevantes e incoherentes en la escena política

Ante estos desafíos, el Papa reclamó una mayor incidencia de los católicos laicos con responsabilidades políticas: “en verdad, en un continente con un gran número de bautizados en la Iglesia católica, de sustrato cultural católico, en el que la tradición católica está todavía muy vigente en los pueblos y en el que abundan las grandes manifestaciones de la piedad popular, ¿cómo es posible que los católicos aparezcan más bien irrelevantes en la escena política, incluso asimilados a una lógica mundana?”.

A pesar del testimonio de algunos “católicos ejemplares en la escena pública”, Francisco reconoce que “hay muchos que se confiesan católicos –y no nos está permitido juzgar sus conciencias, pero sí sus actos–, que muchas veces ponen de manifiesto una escasa coherencia con las convicciones éticas y religiosas propias del magisterio católico. No sabemos lo que pasa en su conciencia, no podemos juzgarla, pero vemos sus actos”, ha dicho, el obispo de Roma.

Así, El indispensable compromiso de los laicos católicos en la escena pública de los países latinoamericanos, tema propuesto por el Papa para la última Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) (marzo de 2016), constituye también el núcleo de las reflexiones que se desarrollan en el encuentro convocado conjuntamente por la CAL y el CELAM.

Ante la tentación de encasillar a los “laicos comprometidos” como “aquellos que trabajan en cosas ‘de los curas’”, olvidando y descuidando “al creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por vivir su fe”, Francisco pide “reconocer que el laico por su propia realidad, por su propia identidad, por estar inmerso en el corazón de la vida social, pública y política, por estar en medio de nuevas formas culturales que se gestan continuamente tiene exigencias de nuevas formas de organización y de celebración de la fe”.

A sus hermanos obispos, Bergoglio también recuerda que “no es nunca el pastor el que le dice al laico lo que tiene que hacer o decir, ellos lo saben mejor que nosotros… No es el pastor el que tiene que determinar lo que tienen que decir en los distintos ámbitos los fieles”. De ahí que “como pastores, unidos a nuestro pueblo –asevera Francisco–, nos hace bien preguntarnos cómo estamos estimulando y promoviendo la caridad y la fraternidad, el deseo del bien, y de la verdad y la justicia. Cómo hacemos para que la corrupción no anide en nuestros corazones”.

Diálogo sincero

“Diálogo sincero”, es la clave sugerida por el primer Papa latinoamericano, “un diálogo que sea entre católicos, prelados y políticos, en el que la comunión entre personas de la misma fe resulte más determinante que las legítimas oposiciones de opciones políticas”.

Además, al final del videomensaje, Francisco ha insistido en la importancia de hablar con libertad: “de vuestro diálogo se podrán ir sacando factores iluminantes, factores orientadores para la misión de la Iglesia en la actualidad”.

Se destacan, a continuación, otras frases del mensaje del Papa a los participantes del Encuentro de católicos con responsabilidades políticas al servicio de los pueblos latinoamericanos:

“La referencia fundamental de este servicio, que requiere constancia, empeño e inteligencia, es el bien común, sin el cual los derechos y las más nobles aspiraciones de las personas, de las familias y de los grupos intermedios en general no podrían realizarse cabalmente, porque faltaría el espacio ordenado y civil en los cuales vivir y operar”.

“Lo que es claro es que se necesitan dirigentes políticos que vivan con pasión su servicio a los pueblos, que vibren con las fibras íntimas de su ethos y cultura, solidarios con sus sufrimientos y esperanzas; políticos que antepongan el bien común a sus intereses privados, que no se dejen amedrentar por los grandes poderes financieros y mediáticos, que sean competentes y pacientes ante problemas complejos, que estén abiertos a escuchar y aprender en el diálogo democrático, que combinen la búsqueda de la justicia con la misericordia y la reconciliación”.

“No nos contentemos con la poquedad de la política: necesitamos dirigentes políticos capaces de movilizar vastos sectores populares en pos de grandes objetivos nacionales y latinoamericanos”.

“Levantemos nuevamente muy en alto y muy concretamente la exigencia de una integración económica, social, cultural y política de pueblos hermanos para ir construyendo nuestro continente, que será todavía más grande cuando incorpore «todas las sangres», completando su mestizaje, y sea paradigma de respeto de los derechos humanos, de paz, de justicia. No podemos resignarnos a la situación deteriorada en que con frecuencia hoy nos debatimos”.

“¿Qué significa para nosotros pastores que los laicos estén trabajando en la vida pública? Significa buscar la manera de poder alentar, acompañar y estimular los intentos, esfuerzos que ya hoy se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo de contradicciones especialmente para los más pobres. Significa como pastores comprometernos en medio de nuestro pueblo y con nuestro pueblo sostener la fe y su esperanza. Abriendo puertas, trabajando con ellos, soñando con ellos, reflexionando y especialmente rezando con ellos. Necesitamos reconocer la ciudad –y por lo tanto todos los espacios donde se desarrolla la vida de nuestra gente– desde una mirada contemplativa, una mirada de fe que descubra al Dios que habita en sus hogares, en sus calles, en sus plazas”.

Cortesía de http://www.vidanuevadigital.com

Aquí el video mensaje: 

sábado, 9 de diciembre de 2017

El Papa Francisco envía este mensaje a los jóvenes por Navidad


REDACCIÓN CENTRAL, 09 Dic. 17 / 11:42 am (ACI).- En medio de la preparación para la Navidad, el Papa Francisco envió un video mensaje a los jóvenes, alentándoles a “encontrar a Jesús” y a tener alegría y paz en el corazón.
En el mensaje, grabado con ocasión de su próximo viaje al Perú, en enero de 2018, el Santo Padre recordó que “ya estamos entrando a la Navidad” y dijo que “empezamos esas preparaciones, pidiendo a Jesús que venga”.
“Hoy la Iglesia le pone uno de los nombres: Sabiduría. Jesús es nuestra sabiduría”, dijo.
“Y nosotros queremos estar abiertos a esa Sabiduría. No es estudiar, es tener ese sentir cristiano en el corazón”.
El Papa preguntó a los jóvenes si “tienen ese sentir cristiano en el corazón”, que está marcado por el signo de “la alegría y la paz”
“¿Tienen alegría en el corazón? ¿Tienen paz en el corazón? Y así entonces Jesús nos da la sabiduría, así lo esperamos”.
“Preparémonos bien para la Navidad”, alentó.
Bromeando sobre la “Guardia Papal”, un grupo conformado por miles de jóvenes que prepara la Arquidiócesis de Lima para acompañar al Papa durante su visita al Perú, el Santo Padre dijo que “sé que los llaman la Guardia Papal a ustedes. Yo no sé qué tiene que ver con el Papa, ¿no? Pero algo de eso debe haber, porque cuando yo vaya allí van a estar muy cerca”.
“Les quiero decir otra cosa: yo estoy soñando con el viaje, estoy soñando ya, tengo muchas ganas de ir. Porque ustedes tienen una cosa que otros pueblos no tenemos, los santos. ¡Cuántos santos tiene Perú!”.
“Y vean la lista y no hay ningún santo triste. Eran todos contentos. Tenían la sabiduría de Jesús adentro”, señaló.
El Papa exhortó también a los jóvenes: “¡Arriésguense! ¡Salgan! ¡Hagan algo bien! ¡Háganlo por Dios! Busquen, ¿qué puedo hacer por Jesús? ¿Qué puedo hacer por el bien de los demás?”.
“Y lo último, pero se contestan ustedes, ¿rezan? Porque sin oración no podemos encontrar a Jesús. Díganle a Jesús, ¡Oh, sabiduría, vení!”, dijo
“Recen, recen mucho. Que Dios los bendiga, y que la Virgen los cuide. También recen por mí”, pidió al finalizar el video, antes de dar la bendición.
Cortesía de https://www.aciprensa.com

sábado, 2 de diciembre de 2017

¡VEN SEÑOR JESÚS!

Comentario domingo I del Tiempo de Adviento Ciclo B

El ADVIENTO (= ad-venimiento) es el tiempo litúrgico que nos prepara a la celebración del misterio de la ENCARNACION del Hijo del DIOS VIVO (el EN-MANUEL=Dios con nosotros) y también a la definitiva y ultima venida del Mesías, Señor y Juez de la historia. En el misterio de su "encarnación", el cual celebramos en LA NAVIDAD (=natividad); Él quiere "renacer" en nuestros corazones y no solo que lo recordemos; para eso debemos prepararnos y estar bien dispuestos.

 Es para eso este "Tiempo del ADVIENTO" y por eso la Liturgia de la Iglesia nos invita a estar 'VIGILANTES Y DESPIERTOS"; orando, perdonándonos y reconciliándonos como Familia de Dios que somos. Sabemos que el SEÑOR vendrá al final de los tiempos a juzgarnos por el AMOR; ya no como un "niño indefenso" sino como Juez y Señor TODOPODEROSO. Los Cristianos de todo el mundo decimos: Maranna tha; es decir, VEN SEÑOR JESUS; manifestarte Señor y ven a redimir a tu Pueblo; a implantar tu JUSTICIA en nuestra tierra; sobre todo en los más pobres que sufren las aflicciones, maldades e injusticias de este mundo lleno de tanta corrupción; Ven y acrecienta en nosotros la ESPERANZA. Y tú, Pueblo de Dios, DESPIERTA Y REACCIONA; ha llegado la HORA; tú Redentor se acerca; el viene a liberarte de todas tus angustias y opresiones. Debemos estar preparados y listos para que, cuando llegue, nos encuentre trabajando por su Reino.

Es hora que su PUEBLO, que es su IGLESIA, SE PONGA RADICALMENTE DEL LADO DE LOS MENESTEROSOS Y MARGINADOS DE ESTA SOCIEDAD y le hagamos ver al mundo que JESUS está ya entre nosotros; que el ENMANUEL VIVE en medio de su Pueblo. Que el Espíritu Santo renueve nuestras vidas, nos ilumine con su LUZ y a través de nosotros lleve la LUZ DE CRISTO a los que todavía viven en tinieblas y sombras de muerte; guíe nuestros pasos por el camino de la PAZ. FELIZ ADVIENTO para todos(as). Aleluya, amén 

Pbro. Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo