miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡TRISTE NAVIDAD!

Escuchaba hoy en la mañana una entrevista a un “economista” que vive en el extranjero de un periodista que vive en el país. La pregunta era: ¿Cómo serán las navidades este año 2017 en Venezuela? Serán muy tristes, respondió, porque el Venezolano no podrá disfrutar de sus “hallacas y su pan de jamón” que tanto añora; ni podrá comprarle a sus hijos el “estreno” que tanto esperan, ni los regalos ni juguetes pues los precios serán inasequibles por la “hiperinflación” que se nos avecina. A mí me dio mucha tristeza, no por sus malos presagios sino por la superficialidad de concebir la “fiesta de las Navidades” pues solo las ve con “ojos mundanos y materialistas”.

Muy triste y vacía serán las Navidades para aquellos que la reducen a “fiestas y bonches paganos”; felices serán aquellos que la celebran con la visión espiritual que de ella emana. “Perdónalos Padre porque no saben lo que dicen”; ¡que ignorancia y vacío espiritual en aquellos que desconocen el significado espiritual de la misma! Porque la alegría de la Verdadera NAVIDAD CRISTIANA no consiste en tener esas cosas tradicionales; las cuales no son malas en sí pero pudieran convertirse en obstáculo si no nos llevan a lo más importante de esa fiesta. ¿De que valen tener hallacas o pan de jamón, regalos y estrenos sino existe PAZ en medio de nuestras familias; si nos odiamos en vez de amarnos y nos alejamos en vez de unirnos? Todas esas “cosas materiales” pudieran servirnos de medios para lograr el fin: QUE EL SEÑOR DIOS NAZCA EN EL CORAZÓN DE NUESTROS HOGARES PARA QUE EN ELLOS REINO SU PAZ. Así podremos sentir de verdad la ALEGRÍA REAL DE LA NAVIDAD CRISTIANA. ESO ES LO IMPORTANTE.

Yo creo que en Venezuela, en este año de “crisis y escases” tendremos la oportunidad, los que hemos decidido quedarnos en nuestra Patria, de celebrar una NAVIDAD MAS ESPIRITUAL y menos materialista; que no se acabe con el “año nuevo” y mucho menos que nos quedemos en el “viejo”; sino, que seamos capaces de entender que la verdadera felicidad no consiste en poseer “bienes materiales” sino, todo lo contrario, despojarnos y desprendernos de ellos para COMPARTIR con los demás lo más importante que tenemos; nuestro afecto, nuestro AMOR, sobre todo con los más necesitados. En eso consiste la verdadera ALEGRÍA pues donde hay AMOR, hay gozo y felicidad aunque no tengamos nada material; es más, la ansiedad, la vanidad y el orgullo nos quitan esa alegría y nos llenan de profunda tristeza.

Hagamos de este año las NAVIDADES más alegres y felices; las más espirituales y cercanas a nuestro DIOS que fue capaz de despojarse de su rango, de su categoría de “Dios” para venir al mundo como un humilde siervo en la persona de un niño paupérrimo que no tenía donde nacer y tuvieron sus padres que ir a parirlo en un establo junto a los animales. ¡qué triste es ver y escuchar después dos mil y pico de años, muchos no han entendido que aquella “noche trágica”;  si la vemos con “ojos mundanos”; fue la noche más dichosa de la historia humana que hasta los ángeles bajaron del cielo y glorificaron a DIOS y a los seres humanos de Buena voluntad. Aleluya

                                                                                            Pbro. Pablo Urquiaga. Párroco en Caricuao

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