Además de la propuesta de integrar en la Iglesia a divorciados vueltos a casar, en"Amoris Laetitia” hay planteamientos muy creativos sobre noviazgo, vida de pareja y educación de los hijos.
San Valentín
Con el documento quiere mostrar el atractivo de la propuesta cristiana sobre matrimonio y familia. Por eso, pide a la Iglesia y a los católicos que no desperdicien ninguna oportunidad para conseguirlo. Dice que se puede aprovechar "la pastoral popular, como el día de san Valentín, que en algunos países es mejor aprovechado por los comerciantes que por los sacerdotes”.
Confidencias en el noviazgo
El Papa propone a los novios que se hablen con profundidad y calidad. Dice que aunque no lo parezca, "muchos llegan a la boda sin conocerse. Sólo se han distraído juntos, han hecho experiencias juntos, pero no han enfrentado el desafío de mostrarse a sí mismos y de aprender quién es en realidad el otro”.
Consejos prácticos
Dedica varios apartados a consejos prácticos para dar calidad a la vida afectiva. Propone "besar a la pareja” para darle los buenos días, "esperar al otro y recibirlo cuando llega, tener alguna salida juntos, compartir tareas domésticas”, y "romper la rutina con la fiesta”.
También enseña cómo tener paciencia, combatir la envidia, perdonar, dedicarse tiempo o querer a los suegros.
Valor de la sexualidad
A muchos ha sorprendido el tono positivo sobre la sexualidad. Francisco la define "un regalo maravilloso de Dios” que "se cultiva y se evita su descontrol para impedir el empobrecimiento de un valor auténtico”.
Presencia del padre en la casa
Francisco es muy duro con la poca implicación del hombre en el hogar. Denuncia que el papá "está algunas veces tan concentrado en sí mismo y en su trabajo, y a veces en sus propias realizaciones individuales, que olvida incluso a la familia”. También culpa al tiempo que dedica "a los medios de comunicación y a la tecnología de la distracción”, quizá en referencia a los videojuegos.
¿Con quién están los hijos?
El Papa pide a los padres que preparen a los hijos para reconocer y afrontar los peligros, pero que no los controlen. Dice que eso no significa que no deben preocuparse por lo que hacen en su tiempo libre. El papá y la mamá deben saber "quiénes se ocupan de darles diversión y entretenimiento, quiénes entran en sus habitaciones a través de las pantallas, y a quiénes los entregan para que los guíen en su tiempo libre”.
Cuando desaparece la belleza
En un recorrido realista por las fases del matrimonio, el Papa evoca el momento en el que "la apariencia física cambia”. Dice que como nos enamoramos "de una persona entera con una identidad propia, no sólo de un cuerpo”, "ese cuerpo, más allá del desgaste del tiempo, nunca deja de expresar de algún modo esa identidad personal que ha cautivado el corazón”.
Cortesía de http://www.romereports.com/
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