martes, 12 de abril de 2016

El Papa Francisco advierte contra la “gran apostasía”

Pope Francis General Audience

Homilía hoy en Casa Santa Marta
RADIO VATICANO
12 ABRIL, 2016

“La persecución es el pan cotidiano de la Iglesia”. Lo ha dicho el Papa Francisco en la homilía hoy en Casa Santa Marta. Como sucedió a Esteban, el primer mártir, o a los “pequeños mártires” asesinados por Herodes, también hoy muchos cristianos son muertos por su fe en Cristo, y otros también son perseguidos “educadamente” porque quieren manifestar el valor del ser “hijos de Dios”.

Existen persecuciones sangrientas, como el ser devorados por las fieras para el gozo del público en las gradas o saltar por los aires por una bomba a la salida de Misa. Y persecuciones de guante blanco, envueltas “de cultura”, las que te marginan en un rincón de la sociedad, que llegan a quitarte el trabajo si no te adaptas a leyes que “van contra Dios Creador”.

El relato del martirio de Esteban, descrito en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles propuesto por la liturgia, impulsa al Papa a consideraciones conocidas y nuevas sobre una realidad que desde hace dos mil años es una constante dentro de la historia de la fe cristiana, la persecución.

“La persecución, diría yo, es el pan cotidiano de la Iglesia. Jesús lo ha dicho. Nosotros, cuando hacemos un poco de turismo por Roma y vamos al Coliseo, pensemos que los mártires eran matados por los leones. Pero los mártires no fueron ellos solo, u otros. Son hombres y mujeres de todos los tiempos: hoy, el día de Pascua, hace sólo tres semanas … Esos cristianos que festejaban la Pascua en Pakistán fueron martirizados precisamente porque festejaban a Cristo Resucitado. Y así la historia de la Iglesia sigue adelante con sus mártires”.

Persecuciones “educadas”

El martirio de Esteban desató una cruel persecución anticristiana en Jerusalén análoga a las sufridas por quien hoy no es libre de profesar su fe en Jesús. “Pero – observa Francisco – hay otra persecución de la cual no se habla tanto”, una persecución “disfrazada de cultura, disfrazada de modernidad, disfrazada de progreso”.

“Es una persecución – diría un poco irónicamente – ‘educada’. Es cuando se persigue al hombre no por confesar el nombre de Cristo, sino por querer tener y manifestar los valores del Hijo de Dios. ¡Es una persecución contra Dios Creador en la persona de sus hijos! Y así vemos todos los días que las potencias hacen leyes que obligan a ir por este camino, y un país que no sigue estas leyes modernas, cultas, o al menos que no quiere tenerlas en su legislación, es acusada, es perseguida educadamente. Es la persecución que quita al hombre la libertad, también la objeción de conciencia”.

“Esta es la persecución del mundo” que “quita la libertad”, mientras que “Dios – afirma el Papa – nos ha hecho libres” de dar testimonio “del Padre que nos ha creado y de Cristo que nos ha salvado”. Y esta persecución, añade, “tiene también un jefe”.

“El jefe de la persecución ‘educada’, Jesús lo ha nombrado: el príncipe de este mundo. Y cuando las potencias quieren imponer actitudes, leyes contra la dignidad del Hijo de Dios, persiguen a estos y van contra Dios Creador. Es la gran apostasía. Así la vida de los cristianos sigue adelante con estas dos persecuciones. También el Señor nos ha prometido que no se alejará de nosotros. “¡Estad atentos, estad atentos! No caigáis en el espíritu del mundo. ¡Estad atentos! Pero seguid adelante, yo estoy con vosotros”.

Cortesía de: http://es.aleteia.org/

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