lunes, 29 de octubre de 2018

EL CIEGO BARTIMEO


Comentario domingo 30° Tiempo ordinario, ciclo "B"

¿Quién era Bartimeo? Un mendigo pobre, ciego y marginado; tirado al borde del camino a la salida de Jericó. Lo único que tenía sano era su “voz”, que al parecer era bien fuerte. Al enterarse de que Jesús pasaba, comenzó a gritar; era su gran oportunidad y no la iba a perder. Su gran FE le decía que si Jesús lo alcanzaba a oír, lo podría liberar de su mal.

La gente, en vez de ayudar al ciego, lo mandó a callar. Muchas veces a nosotros nos pasa lo mismo y en vez de acercar a los necesitados a Jesús, lo que hacemos es alejarlos. A pesar de eso Bartimeo no cayó sino que seguía gritando más fuerte: ¡Hijo de David” ten compasión de mí”! Pudo con su gran Fe vencer los obstáculos que se presentaban y logró su objetivo. Muchos marginados se quedan “al borde del camino” y a veces no gritan porque les da “pena” y sabemos que la pena es “miedo tragado” y este miedo se convierte en la peor “ceguera”, el mayor obstáculo. Se cumple el popular refrán: “niño que no llora, no mama”.


Jesús lo oyó y se detuvo (Jesús siempre escucha al que le clama) y fue a su encuentro diciéndole: ¿Qué quieres que haga por ti? Bartimeo fue SABIO, no le pidió “limosnas” sino que lo librara de aquello que lo había convertido en limosnero; es decir en mendigo. Jesús no le dio limosnas sino que lo liberó de aquello que no le permitía realizarse como hijo de Dios que era. ¿Cuántos ciegos andan por nuestros caminos pidiendo limosnas; no solo ciegos físicos sino espirituales, y siguen ciegos y mendigo por el resto de sus vidas. Jesús nos da una gran lección, la CARIDAD, más que limosna, es promoción humana. Liberemos a nuestros ciegos de su ceguera para que salgan de su mendicidad y como Bartimeo se conviertan en seguidores de Cristo. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.


Imagen de Cerezo Barredo

miércoles, 17 de octubre de 2018

EL REINO DE LOS SERVIDORES


Comentario domingo XXIX del Tiempo Ordinario Ciclo B


“Los últimos serán los primeros”, dice el Señor Jesús; por lo tanto, los SERVIDORES de los demás serán los que ocupen los primeros puestos en el Reino del Padre. Reinar es SERVIR Y DAR LA VIDA EN RESCATE POR TODOS, como lo hizo JESÚS DE NAZARETH.

Hay que “beber su cáliz”, es decir, aceptar y asumir el sufrimiento por la causa del Reino y “bautizarse con su mismo Bautizo”; es decir, dar la vida por la Salvación y el bienestar del Pueblo como lo hizo “SAN ROMERO DE AMÉRICA” que al ser asesinado su sangre se unió a la de Cristo en el altar de la Eucaristía que se convirtió en su CRUZ REDENTORA AL PERDONAR aquellos que lo iban a matar, como a su MAESTRO JESÚS.

Para reinar en el Reino de Jesús hay que renunciar a “privilegios y prebendas”, a dignidades y puestos de honor, a “eminencias y excelencias”; bajarse de sus tronos y ocupar el lugar de “siervos y esclavos de los demás” a los cuales están llamados a servir. 

La ambición produce divisiones y enfrentamientos en el grupo de los doce y en la iglesia actual. El remedio contra la ambición es la humildad, la solidaridad y el servicio a los demás que produce la UNIDAD. El reino de Dios se da en una comunidad de servidores, de iguales; donde cada cual sirve según capacidad y recibe según su necesidad; no de aprovechadores y mandones.

En el mundo de hoy existe la “lucha por el PODER” para oprimir; esto divide a las personas, familias y Naciones y en muchas ocasiones produce violencia, injusticia y guerras de todo tipo. DIOS de la PAZ; PADRE DE TODOS LOS SERES HUMANOS, imprégnanos con el ESPÍRITU DE SERVICIO para poder ser TESTIGOS DE TU REINO en este mundo. Amén.


Pbro. Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo 




El Papa del diálogo y el obispo de los pobres, los santos preferidos de Francisco


FRANCISCO, ROMERO Y PABLO VI, TRES PERSONAJES EN LA MISMA ÓRBITA: LA DEL CONCILIO

"Si me matan, resucitaré en el pueblo". Y los pobres del mundo ya tienen patrón

(José Manuel Vidal, enviado especial al Vaticano).- Domingo de gloria para el Papa Francisco, tras meses de viernes de pasiónen el ara de la crisis de la pederastia y de la rebelión abierta de los rigoristas, con el ex Nuncio Viganó a la cabeza. Hoy, Francisco sonríe satisfecho, tras haber subido a los altares a varios santos. Siete de una tacada. Especialmente a dos: Pablo VI, su Papa preferido, y monseñor Romero, su mártir del alma, patrón de la Patria grande.
Francisco, Romero y Pablo VI, tres personajes en la misma órbita: la del Concilio. Romero y Pablo VI lo hicieron, sobre todo el primero que tuvo que pelearse con los cuervos de la Curia, que querían abortar el sueño del anciano visionario Juan XXIII, al que llamaban loco y hasta chocho.
Francisco, por su parte, lo aplicó con entusiasmo y hasta con pasión. Primero en su congregación, los jesuitas. Y, después como obispo y arzobispo de Baires. Mamó el Concilio y lo hizo carne de su carne y entrañas de su espiritualidad ignaciana. Dos padres y un hijo del magno evento que sacó a la Iglesia católica de la oscuridad de la premodernidad y la situó en la órbita de la modernidad. Sin el Vaticano II, el catolicismo sería como el Islam, una religión de espaldas al mundo moderno.
Francisco quiere y admira a Pablo VI desde siempre. Pero quizás ahora, desde que es Papa, todavía más. Coincide con él en varias claves que recorren sus respectivos pontificados. Por ejemplo, la del diálogo, la de la lucha por la paz y la de una Iglesia moderna, abierta al mundo y "experta en humanidad".
A diferencia de Romero, Montini no fue mártir, aunque atentaron contra él y estuvieron a punto de matarlo en Filipinas. Pero fue mártir simbólico. Tuvo que aguantar todo tipo de puñaladas traperas, sobre todo de los suyos. Primero, para poder llevar a buen puerto la nave conciliar. Después, para aplicar el Concilio en todo el mundo y darle la vuelta a la Iglesia como un calcetín.
En la aplicación conciliar, algunos se pasaron y hasta daban de comulgar con rosquillas. La mayoría, sin embargo, quería seguir fiel a Trento, le daba miedo darle la vuelta al altar y mirar a los ojos a la gente, hablarle en su lengua y, sobre todo, dejar de considerar a los laicos clase de tropa y convertirlos en corresponsables.
Pablo VI sufría por ambos lados y comenzó a dudar y a ralentizar las potencialidades conciliares. Por eso, se reservó el tema del celibato, que ya entonces se pedía que fuese opcional, y publicó la Humanae Vitae, la encíclica anti píldora, a pesar de la opinión contraria de la mayoría de los expertos que él mismo consultó. Dudó tanto que le llamaban Hamlet. Y sufrió tanto que llegó a proclamar que "el humo de Satanás" había entrado en la Iglesia.
Sus dudas las aprovecharon Juan Pablo II y los perdedores del Concilio, para inaugurar una etapa de involución en la Iglesia, que duró 35 años, atravesó el pontificado de Benedicto XVI y sólo se desactivó con la llegada de Francisco.
Romero, en su juventud imbuido de la espiritualidad del Opus Dei, fue uno de los eclesiásticos a los que le costó cambiar de chip y asumir a fondo los mandatos conciliares. Era, entonces, un conservador que entró en la senda conciliar por su pasión de pastor y por la realidad del sufrimiento, de la persecución y de la muerte de su gente y de sus curas. Sobre todo, por el martirio del jesuita Rutilio Grande, asesinado por defender a los más pobres, pisoteados en su dignidad personal por los mismos escuadrones de la muerte que después también segarían a balazos la vida de monseñor.
La sangre de los mártires le convirtió en el profeta que toma partido por los desvalidos y desafía a la muerte y a los poderosos que oprimían a su pueblo. Dejó de mirar para otro lado y se transformó en su abogado defensor, con sus valientes homilías dominicales, maná para la gente y dedo acusador para los dirigentes políticos. Que no se lo perdonaron. Y acabó como todos los auténticos profetas: en un charco de sangre, mientras decía misa.
Y para colmo, Romero fue mártir dos veces, como reconoció el propio Papa Francisco. Primero, físicamente, a manos del poder civil derechista de su país. Después (y quizás lo más difícil de asumir para él), en el seno de su propia Iglesia, que lo tachó de hereje y comunista, y lo relegó al ostracismo. En una de sus visitas al Vaticano, el Papa Wojtyla le abroncó tanto que el obispo salvadoreño salió de la audiencia llorando a lágrima viva.
"Hubo un tiempo en que nadie, empezando por la jerarquía, se acordaba de él". Lo recuerda su hermano Gaspar Romero, que está en Roma disfrutando de su canonización. Más aún, su memoria y su vida estaban proscritas en la Iglesia.
Lo rescató el pueblo. El santo pueblo De Dios, como dice Bergoglio, reivindicó su figura, asumió su causa y lo convirtió en su estandarte. San Romero de America fue santo para el pueblo, mientras seguía siendo demonio para el Vaticano.
Un pecado de lesa divinidad, un atentado contra el Evangelio que solo se reparó con Francisco, que le hace justicia al pueblo y a la historia de la santidad y a la propia profecía de Romero: "Si me matan, resucitaré en el pueblo". Y resucitó San Romero de America en la Plaza de San Pedro ante decenas de miles de fervientes partidarios. Y los pobres del mundo ya tienen patrón.
Cortesía de https://www.periodistadigital.com

Campaña Abrazo en Familia 2018 "LA FAMILIA, LUGAR DE ALEGRÍA Y ESPERANZA"


En este año 2018, signado por tantas separaciones familiares, el programa “Abrazo en Familia” tiene particular importancia. Muchos hoy valoran inmensamente los lazos con los padres, con los hijos, entre primos y tíos, abuelos. El lema “La Familia: lugar de alegría y esperanza” está más vigente que nunca.

En efecto, el objetivo del “Abrazo en Familia” no es otro que un signo que se puede vivir en la comunidad familiar, que una y aglutine a todos, estén juntos o no, en temas e intereses comunes. Este es el motivo por el que, en escuelas, guarderías, liceos, condominios, asambleas de vecinos, grupos parroquiales, movimientos de apostolado se utilizan con gran creatividad en orden al fortalecimiento familiar. Esta es la rica experiencia de estos años. Estos temas se usan también para divulgación en los medios de comunicación convencionales o no, y sirven para un fructífero intercambio de iniciativas y sugerencias. 

Y es que el Evangelio de Jesucristo siempre tiene un efecto de renovación en la familia. Por tanto, podemos afirmar con nuestro lema que la familia “es un lugar de alegría y esperanza”. 

Esperanza, caridad, crisis, comunicación, migración son los conceptos que dominan cada uno de los temas. Los guiones son indicativos. De cada uno pueden derivarse otros temas y sugerencias. Ruego a Dios que este esfuerzo del Departamento Nacional de la Comisión Episcopal de Familia e Infancia sea muy fructífero y fuente de crecimiento y renovación en muchas familias. 

A Jesús, el hijo de la Virgen María y de san José encomiendo los frutos de este programa. 

+Fernando Castro Aguayo Presidente de la Comisión Episcopal de Familia e Infancia

"Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia.... por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto." (Col.3,12-14)



miércoles, 10 de octubre de 2018

Los teólogos latinoamericanos sostienen al Papa: "Sabemos de tu fidelidad al Evangelio de Jesús"

Carta del III Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña a Francisco
"Tu propuesta de una iglesia pobre para los pobres es también nuestra búsqueda y compromiso"

(Carta del III Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña al papa Francisco).- En este momento de dura prueba queremos hacerte sentir nuestra cercanía y apoyo porque sabemos de tu fidelidad al Evangelio de Jesús. Decirte que tu propuesta de una iglesia pobre para los pobres es también nuestra búsqueda y compromiso.
Amerindia, en su recorrido de cuarenta años en el continente, busca hacer presente los desafíos esenciales del Concilio Vaticano II y el magisterio latinoamericano desde una teología liberadora. En el Tercer Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña estamos reunidos mas de seiscientos participantes teólogos, teólogas y cristianos comprometidos en diversas aéreas de la vida social y eclesial para profundizar los 50 años de Medellin y su actualización hoy.
Estas tierras son testigo de la profecía y el martirio como consecuencia del seguimiento de Cristo en la búsqueda de la justicia y la opción preferencial por los pobres, como lo atestigua Mons. Romero, los y las mártires de la UCA y tantos otros.
Desde este contexto leemos esta "hora tuya" y por ello creemos y afirmamos que la sangre martirial es semilla de vida y esperanza. Somos conscientes que una nueva primavera está despuntando en la Iglesia y acontece en la complejidad de los procesos transformadores.

En estos tiempos de celebración de los 50 años de Medellín bajo el faro potente del Vaticano II y el gran movimiento que concibió esta segunda Conferencia, emerges como un genuino hijo de esta Iglesia.
Sabemos que tu fidelidad evangélica implica discernimiento y el coraje de la denuncia profética, abrazo entrañable a los desheredados de la tierra y víctimas de la crueldad humana, dentro y fuera de la Iglesia.
Como hijas e hijos, hermanas y hermanos te acompañamos plenamente y asumimos la corresponsabilidad que esto representa, pidiendo puedas llevar adelante la obra que Dios te confía.
"Los clamores de los pobres y de la tierra nos interpelan" a 50 años de la Conferencia de Medellín - El Salvador 30 de agosto al 2 de setiembre de 2018 

Cortesìa de: www.periodistadigital.com