“¡Regocíjate y sé feliz!” Es lo que Jesús dijo en el Sermón de la Montaña. Es también el título de la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la santidad en la vida cotidiana. ¿Por qué deberíamos “regocijarnos y ser felices”? Porque Dios, como nos recuerda el Papa Francisco, nos llama a todos a ser santos. Pero ¿cómo podemos responder a tal llamado?
Bueno, aquí hay cinco conclusiones de la nueva y muy práctica Exhortación del Papa Francisco.
1. Santidad significa ser tú mismo
El Papa Francisco nos ofrece muchos ejemplos de vidas santas a través de su documento: Santa Teresa de Lisieux, la Carmelita francesa que encontró la santidad haciendo pequeñas tareas; San Ignacio de Loyola, el fundador Jesuita que buscó encontrar a Dios en todas las cosas; San Felipe Neri, el fundador de los Oratorianos famoso por su sentido del humor.
Los Santos rezan por nosotros y nos dan ejemplos de cómo vivir, pero no estamos destinados a ser versiones de ellos. Estamos destinados a ser nosotros mismos, y cada creyente está destinado a “discernir su propio camino” y sacar los mejor de si mismos.” Como lo dijo Thomas Merton, “Para mí ser un santo significa ser yo mismo.
2. La vida cotidiana puede conducir a la Santidad
No necesitas ser un Obispo, un sacerdote o un miembro de una orden religiosa para ser Santo. Cada uno está llamado a ser un Santo, como nos lo recuerda el Concilio Vaticano II— una madre o un padre, un estudiante o un abogado, un maestro o un conserje. “Santos al lado,” el Papa Francisco los llama. Todo lo que necesitamos es “vivir nuestras vidas en amor” y “dar testimonio” a Dios en todo lo que hacemos.
Eso tampoco tiene que significar grandes acciones dramáticas. El Papa Francisco ofrece ejemplos de santidad cotidiana, como un padre amoroso que cría a un niño; así como también “pequeños gestos” y sacrificios que uno puede hacer, como decidir no contar chismes. Si usted puede ver su propia vida como una “misión,” entonces usted pronto se da cuenta de que usted puede simplemente ser amoroso y amable para avanzar hacia la santidad.
Tampoco tiene que “desmayarse en éxtasis místico” para ser un Santo o caminar con los “ojos bajos.” Ni se debe retraer de otras personas. Por otro lado, no querrás quedarte atrapado en la “carrera de rata” de correr de una cosa a otra. Un equilibrio entre la acción y la contemplación es esencial.
3. Dos tendencias a evitar: Gnosticismo y Pelagianismo
EL Papa Francisco puede enviar a las personas en una carrera hacia cualquiera de sus diccionarios o sus libros de textos de teología cuando nos pide que evitemos dos peligros en la vida espiritual.
El primero es el Gnosticismo, de la palabra Griega Gnosis, para saber. EL Gnosticismo es la vieja herejía que dice que lo que más importa es lo que sabes. No hay necesidad de ser caritativo o de hacer buenas obras. Todo lo que necesita es el enfoque intelectualcorrecto. Hoy el Gnosticismo, tienta a las personas a pensar que ellos pueden hacer la fe “completamente comprensible” y los conduce a querer forzar en otros a adoptar su manera de pensamiento. “Cuando alguien tiene una respuesta para cada pregunta,” dice el Papa Francisco, “es una señal de que ellos no están en el camino correcto.” En otras palabras, ser un sabelotodo no te va a salvar.
La segunda cosa a evitar es el Pelagianismo, llamado así por Pelagio, el teólogo del Siglo V asociado con esta idea. El Pelagianismo dice que nosotros podemos cuidar de nuestra salvación a través de nuestros propios esfuerzos. Los Pelagianos confían en su propios poderes, no sienten que necesitan la Gracia de Dios y actúan superiores a otros porque ellos observan ciertas reglas.
Los Pelagianos de hoy a menudo tienen, dice el Papa, “una obsesión con la ley, una absorción con las ventajas sociales y políticas, preocupación puntillosa con la liturgia, la doctrina y el prestigio de la Iglesia.” Es un peligro real para la Santidad porque nos roba la humildad, nos pone sobre los demás, y deja poco espacio para la Gracia.
4. Se amable
“Gaudete et Exsultate” está lleno de consejos prácticos característicos del Papa Francisco para vivir una vida de Santidad. Por ejemplo, no chismes, deje de juzgar y, lo más importante, deje de ser cruel.
Esto va para acciones en línea, también. Los comentarios del Papa Francisco sobre este tema son memorables. En línea, él escribe, “la difamación y levantar calumnias puede convertirse en algo común … ya que las cosas pueden decirse allí que serían inaceptables en el discurso público, ya que las personas buscan compensar su propio descontento atacando a los demás…. Al afirmar respetar otros mandamientos, ellos completamente ignoran el octavo, que prohíbe levantar falsos testimonios ni mentir y vilipendiar despiadadamente a los demás.”
Para ser Santo, sé amable.
5. La Bienaventuranzas son una hoja de ruta para la Santidad
Como se puede adivinar por el título del documento, las Bienaventuranzas, la lista de Jesús de “benditos ares,” son centrales para esta Exhortación. La Bienaventuranzas no son sólo que que Jesús quiere decir por Santidad, sino que también son un retrato de nuestro Señor mismo. Así que estamos llamados a ser pobres en espíritu, mansos, pacificadores, a tener hambre y sed de rectitud, y así sucesivamente.
Pero permítanme centrarme en una Bienaventuranza: “Bienaventurados los misericordiosos.” El Papa Francisco dice que la misericordia, uno de los temas centrales de su Papado, tiene dos aspectos: ayudar y servir a los demás, pero también perdonar y comprender. Jesús no dice, “¡Bienaventurados son aquellos con traman venganza!”
Y, ¿cuál es el resumen general de Santidad del Papa Francisco? Se basa en las Bienaventuranzas: “Ver y actuar con misericordia.”