Tal parece como si nos “encantara” la anarquía y hasta
disfrutamos de ella en los momentos más insólitos. Me tocó acompañar el féretro
del papá de una hermana al cementerio “Cercados” de la ciudad de Guarenas el
martes pasado. Estamos en carnaval y detrás de nosotros entró una “carroza” con
un equipo de sonidos enorme con música ranchera y de todo tipo, armando un
escándalo en pleno cementerio, con las tumbas llenas de gente. Todos nos
quedamos sorprendidos de que se les permitiera aquello que era una gran “falta
de respeto” a los demás ciudadanos que lloraban a sus difuntos. Esto es
increíble.
Lo mismo pasa a nivel de las “colas”, tanto de automóviles
como de personas. Aquí en la redoma de Ruiz Pineda y en Las Adjuntas (Macarao)
cada “carrito por puesto” se para donde les dé la gana sin importarle los
demás; esperan a sus pasajeros y no hay forma de que entiendan que deben
arrimarse o detenerse en su paradas oficiales (si es que existen) o simplemente
se paran en medio de la calle a conversar con sus “panas” de la otra camioneta
que viene en sentido contrario y así se paraliza el tránsito de vehículos que a
veces hasta se ha perdido vidas por esa “encantadora anarquía” que reina en el
País.
La “cultura Venezolana” adolece de conciencia comunitaria;
parece que el “cura de Petare” tenía razón cuando dijo que aquí el socialismo
llegaría en el año 3000. Se confunde la LIBERTAD,
que es una VIRTUD con el “libertinaje” que es una anarquía. Todo
el mundo, o casi la mayoría porque hay honradas excepciones, hace “lo que le da
la gana” sin importarle los demás; es por eso que no entiendo como hay gente
que dice que aquí en Venezuela hay una “dictadura”
cuando lo que hay es una “anarquía” donde
parece que no hubiera gobierno que pusiera el control y el respeto a las leyes.
Los fiscales de tránsito no saben qué hacer, nadie les para y a veces brillan
por su ausencia. Las leyes están ahí, son muy bonitas pero nadie las cumple y
lo que es peor, nadie las hace cumplir y cuando actúan es para “matraquear”; es decir, para “cobrar
peaje” quitándole dinero a la gente y amenazándola en vez de ponerles una
multa. Vivimos en un verdadero caos; tal parece que necesitamos por un tiempo
una “buena dictadura” para que arregle ésta anarquía.
Recuerdo cuando era estudiante en el seminario que un
compañero me decía: Convéncete Pablo que éste pueblo es “ingobernable”; ni
aunque venga Pinochet, Fidel y Franco juntos lo podrían gobernar. ¿Será verdad?
O es posible que ésta CUARESMA nos haga cambiar y nos ayude a reflexionar a
todos pues el “encanto de la anarquía”
nos puede matar.
Pbro. Pablo. Caricuao (20/02/15)
Ruiz Pineda,
Caricuao
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