Comentario I domingo del tiempo de cuaresma, Ciclo "A"
La CUARESMA es un tiempo de “preparación y renovación” de nuestro compromiso Bautismal por medio del arrepentimiento sincero (de corazón) de nuestras “infidelidades”, a DIOS y a nuestros prójimos; tiempo de GRACIA; de CONVERSION y RECONCILIACION.
En éste primer domingo de CUARESMA, la liturgia de la Iglesia nos presenta a JESUS en el desierto, preparándose para la MISIÓN de anunciar el REINO DE SU PADRE a los habitantes de ésta tierra. Allí tiene que enfrentarse a su “adversario” que trata de desviarlo de esa Misión que el PADRE le ha encomendado. Al igual que Jesús, nos veremos sometidos a las “pruebas” (tentaciones) y para salir victoriosos de ellas, debemos acudir a la PALABRA DE DIOS a través de la ORACION asidua, rechazando la ambición de “poder”, placer desordenado, sensacionalismo y protagonismo; afán de lucro (codicia) y ambición por poseer “dinero” como fin último de nuestra vida. Ante estas tentaciones debemos responder como Jesús lo hizo: ¡“Adoraremos al Señor nuestro DIOS y a EL solo daremos culto y serviremos”!
¡Dichoso el que soporta la prueba y sale victorioso de ella; como JESÚS saldrá recompensado! Las tentaciones nos brindan la oportunidad de fortalecer nuestra FE (FIDELIDAD) en Dios, haciendo siempre su VOLUNTAD por encima de la nuestra.
Volvamos a Dios y al servicio de nuestro prójimo y retomemos nuestro compromiso como Cristianos; eso es lo que significa CONVERSION; busquemos la fuerza de su Espíritu que nos acompañará con Jesús en éste “camino cuaresmal” que hoy estamos apenas comenzando. Hagamos de este tiempo una oportunidad de renovar nuestras vidas y nuestro compromiso misionero de “resucitar a los crucificados” de esta tierra. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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