viernes, 2 de noviembre de 2018

¡AMA a TU PRÓJIMO más que a TI MISMO!


Comentario domingo 31° Tiempo ordinario, ciclo "B"

Si; así como suena. Eso parece un “disparate” pero así es como Dios quiere que nos “amamos los unos a los otros”. Si tú dices que amas a Dios, tienes que demostrarlo amando también a tu prójimo (1 Jn. 4,21). No se trata de “amarlo solo como a ti mismo”, como lo manda el libro del Deuteronomio (A. Test.), sino que lo tienes que amar “mas que a ti mismo”.

¿Por qué Jesús nos exige eso a los que queremos seguirle y que nos parece un poco “exagerado?

1) Hay veces que nosotros no nos sabemos “amar a sí mismo”. En algunos casos hay que decir: Mira, si me vas a amar como tú te amas, es mejor que no me ames; prefiero quedarme sin tu “supuesto amor”. Y es que hay gente que en vez de amarse lo que hace es “dañarse a sí mismo”. Es necesario pues aprender a AMAR para después pretender amar a los demás como a sí mismo.

2) Jesús nos pide que amemos a los demás “como EL nos ama” y así nuestro amor será eficaz. De aquí nace la novedad del mandamiento del Señor: “Amaos los unos a los otros como yo los he amado”; “no hay amor más grande que aquel que da la VIDA por los demás”. Y es que Jesús nos amó “mas que a El mismo” cuando por nuestra Salvación murió en una cruz para liberarnos del “egoísmo, la mezquindad, la injusticia y la desigualdad; es decir, del “pecado”. Ese Amor. 

Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo

 





lunes, 29 de octubre de 2018

EL CIEGO BARTIMEO


Comentario domingo 30° Tiempo ordinario, ciclo "B"

¿Quién era Bartimeo? Un mendigo pobre, ciego y marginado; tirado al borde del camino a la salida de Jericó. Lo único que tenía sano era su “voz”, que al parecer era bien fuerte. Al enterarse de que Jesús pasaba, comenzó a gritar; era su gran oportunidad y no la iba a perder. Su gran FE le decía que si Jesús lo alcanzaba a oír, lo podría liberar de su mal.

La gente, en vez de ayudar al ciego, lo mandó a callar. Muchas veces a nosotros nos pasa lo mismo y en vez de acercar a los necesitados a Jesús, lo que hacemos es alejarlos. A pesar de eso Bartimeo no cayó sino que seguía gritando más fuerte: ¡Hijo de David” ten compasión de mí”! Pudo con su gran Fe vencer los obstáculos que se presentaban y logró su objetivo. Muchos marginados se quedan “al borde del camino” y a veces no gritan porque les da “pena” y sabemos que la pena es “miedo tragado” y este miedo se convierte en la peor “ceguera”, el mayor obstáculo. Se cumple el popular refrán: “niño que no llora, no mama”.


Jesús lo oyó y se detuvo (Jesús siempre escucha al que le clama) y fue a su encuentro diciéndole: ¿Qué quieres que haga por ti? Bartimeo fue SABIO, no le pidió “limosnas” sino que lo librara de aquello que lo había convertido en limosnero; es decir en mendigo. Jesús no le dio limosnas sino que lo liberó de aquello que no le permitía realizarse como hijo de Dios que era. ¿Cuántos ciegos andan por nuestros caminos pidiendo limosnas; no solo ciegos físicos sino espirituales, y siguen ciegos y mendigo por el resto de sus vidas. Jesús nos da una gran lección, la CARIDAD, más que limosna, es promoción humana. Liberemos a nuestros ciegos de su ceguera para que salgan de su mendicidad y como Bartimeo se conviertan en seguidores de Cristo. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.


Imagen de Cerezo Barredo

miércoles, 17 de octubre de 2018

EL REINO DE LOS SERVIDORES


Comentario domingo XXIX del Tiempo Ordinario Ciclo B


“Los últimos serán los primeros”, dice el Señor Jesús; por lo tanto, los SERVIDORES de los demás serán los que ocupen los primeros puestos en el Reino del Padre. Reinar es SERVIR Y DAR LA VIDA EN RESCATE POR TODOS, como lo hizo JESÚS DE NAZARETH.

Hay que “beber su cáliz”, es decir, aceptar y asumir el sufrimiento por la causa del Reino y “bautizarse con su mismo Bautizo”; es decir, dar la vida por la Salvación y el bienestar del Pueblo como lo hizo “SAN ROMERO DE AMÉRICA” que al ser asesinado su sangre se unió a la de Cristo en el altar de la Eucaristía que se convirtió en su CRUZ REDENTORA AL PERDONAR aquellos que lo iban a matar, como a su MAESTRO JESÚS.

Para reinar en el Reino de Jesús hay que renunciar a “privilegios y prebendas”, a dignidades y puestos de honor, a “eminencias y excelencias”; bajarse de sus tronos y ocupar el lugar de “siervos y esclavos de los demás” a los cuales están llamados a servir. 

La ambición produce divisiones y enfrentamientos en el grupo de los doce y en la iglesia actual. El remedio contra la ambición es la humildad, la solidaridad y el servicio a los demás que produce la UNIDAD. El reino de Dios se da en una comunidad de servidores, de iguales; donde cada cual sirve según capacidad y recibe según su necesidad; no de aprovechadores y mandones.

En el mundo de hoy existe la “lucha por el PODER” para oprimir; esto divide a las personas, familias y Naciones y en muchas ocasiones produce violencia, injusticia y guerras de todo tipo. DIOS de la PAZ; PADRE DE TODOS LOS SERES HUMANOS, imprégnanos con el ESPÍRITU DE SERVICIO para poder ser TESTIGOS DE TU REINO en este mundo. Amén.


Pbro. Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo 




El Papa del diálogo y el obispo de los pobres, los santos preferidos de Francisco


FRANCISCO, ROMERO Y PABLO VI, TRES PERSONAJES EN LA MISMA ÓRBITA: LA DEL CONCILIO

"Si me matan, resucitaré en el pueblo". Y los pobres del mundo ya tienen patrón

(José Manuel Vidal, enviado especial al Vaticano).- Domingo de gloria para el Papa Francisco, tras meses de viernes de pasiónen el ara de la crisis de la pederastia y de la rebelión abierta de los rigoristas, con el ex Nuncio Viganó a la cabeza. Hoy, Francisco sonríe satisfecho, tras haber subido a los altares a varios santos. Siete de una tacada. Especialmente a dos: Pablo VI, su Papa preferido, y monseñor Romero, su mártir del alma, patrón de la Patria grande.
Francisco, Romero y Pablo VI, tres personajes en la misma órbita: la del Concilio. Romero y Pablo VI lo hicieron, sobre todo el primero que tuvo que pelearse con los cuervos de la Curia, que querían abortar el sueño del anciano visionario Juan XXIII, al que llamaban loco y hasta chocho.
Francisco, por su parte, lo aplicó con entusiasmo y hasta con pasión. Primero en su congregación, los jesuitas. Y, después como obispo y arzobispo de Baires. Mamó el Concilio y lo hizo carne de su carne y entrañas de su espiritualidad ignaciana. Dos padres y un hijo del magno evento que sacó a la Iglesia católica de la oscuridad de la premodernidad y la situó en la órbita de la modernidad. Sin el Vaticano II, el catolicismo sería como el Islam, una religión de espaldas al mundo moderno.
Francisco quiere y admira a Pablo VI desde siempre. Pero quizás ahora, desde que es Papa, todavía más. Coincide con él en varias claves que recorren sus respectivos pontificados. Por ejemplo, la del diálogo, la de la lucha por la paz y la de una Iglesia moderna, abierta al mundo y "experta en humanidad".
A diferencia de Romero, Montini no fue mártir, aunque atentaron contra él y estuvieron a punto de matarlo en Filipinas. Pero fue mártir simbólico. Tuvo que aguantar todo tipo de puñaladas traperas, sobre todo de los suyos. Primero, para poder llevar a buen puerto la nave conciliar. Después, para aplicar el Concilio en todo el mundo y darle la vuelta a la Iglesia como un calcetín.
En la aplicación conciliar, algunos se pasaron y hasta daban de comulgar con rosquillas. La mayoría, sin embargo, quería seguir fiel a Trento, le daba miedo darle la vuelta al altar y mirar a los ojos a la gente, hablarle en su lengua y, sobre todo, dejar de considerar a los laicos clase de tropa y convertirlos en corresponsables.
Pablo VI sufría por ambos lados y comenzó a dudar y a ralentizar las potencialidades conciliares. Por eso, se reservó el tema del celibato, que ya entonces se pedía que fuese opcional, y publicó la Humanae Vitae, la encíclica anti píldora, a pesar de la opinión contraria de la mayoría de los expertos que él mismo consultó. Dudó tanto que le llamaban Hamlet. Y sufrió tanto que llegó a proclamar que "el humo de Satanás" había entrado en la Iglesia.
Sus dudas las aprovecharon Juan Pablo II y los perdedores del Concilio, para inaugurar una etapa de involución en la Iglesia, que duró 35 años, atravesó el pontificado de Benedicto XVI y sólo se desactivó con la llegada de Francisco.
Romero, en su juventud imbuido de la espiritualidad del Opus Dei, fue uno de los eclesiásticos a los que le costó cambiar de chip y asumir a fondo los mandatos conciliares. Era, entonces, un conservador que entró en la senda conciliar por su pasión de pastor y por la realidad del sufrimiento, de la persecución y de la muerte de su gente y de sus curas. Sobre todo, por el martirio del jesuita Rutilio Grande, asesinado por defender a los más pobres, pisoteados en su dignidad personal por los mismos escuadrones de la muerte que después también segarían a balazos la vida de monseñor.
La sangre de los mártires le convirtió en el profeta que toma partido por los desvalidos y desafía a la muerte y a los poderosos que oprimían a su pueblo. Dejó de mirar para otro lado y se transformó en su abogado defensor, con sus valientes homilías dominicales, maná para la gente y dedo acusador para los dirigentes políticos. Que no se lo perdonaron. Y acabó como todos los auténticos profetas: en un charco de sangre, mientras decía misa.
Y para colmo, Romero fue mártir dos veces, como reconoció el propio Papa Francisco. Primero, físicamente, a manos del poder civil derechista de su país. Después (y quizás lo más difícil de asumir para él), en el seno de su propia Iglesia, que lo tachó de hereje y comunista, y lo relegó al ostracismo. En una de sus visitas al Vaticano, el Papa Wojtyla le abroncó tanto que el obispo salvadoreño salió de la audiencia llorando a lágrima viva.
"Hubo un tiempo en que nadie, empezando por la jerarquía, se acordaba de él". Lo recuerda su hermano Gaspar Romero, que está en Roma disfrutando de su canonización. Más aún, su memoria y su vida estaban proscritas en la Iglesia.
Lo rescató el pueblo. El santo pueblo De Dios, como dice Bergoglio, reivindicó su figura, asumió su causa y lo convirtió en su estandarte. San Romero de America fue santo para el pueblo, mientras seguía siendo demonio para el Vaticano.
Un pecado de lesa divinidad, un atentado contra el Evangelio que solo se reparó con Francisco, que le hace justicia al pueblo y a la historia de la santidad y a la propia profecía de Romero: "Si me matan, resucitaré en el pueblo". Y resucitó San Romero de America en la Plaza de San Pedro ante decenas de miles de fervientes partidarios. Y los pobres del mundo ya tienen patrón.
Cortesía de https://www.periodistadigital.com

Campaña Abrazo en Familia 2018 "LA FAMILIA, LUGAR DE ALEGRÍA Y ESPERANZA"


En este año 2018, signado por tantas separaciones familiares, el programa “Abrazo en Familia” tiene particular importancia. Muchos hoy valoran inmensamente los lazos con los padres, con los hijos, entre primos y tíos, abuelos. El lema “La Familia: lugar de alegría y esperanza” está más vigente que nunca.

En efecto, el objetivo del “Abrazo en Familia” no es otro que un signo que se puede vivir en la comunidad familiar, que una y aglutine a todos, estén juntos o no, en temas e intereses comunes. Este es el motivo por el que, en escuelas, guarderías, liceos, condominios, asambleas de vecinos, grupos parroquiales, movimientos de apostolado se utilizan con gran creatividad en orden al fortalecimiento familiar. Esta es la rica experiencia de estos años. Estos temas se usan también para divulgación en los medios de comunicación convencionales o no, y sirven para un fructífero intercambio de iniciativas y sugerencias. 

Y es que el Evangelio de Jesucristo siempre tiene un efecto de renovación en la familia. Por tanto, podemos afirmar con nuestro lema que la familia “es un lugar de alegría y esperanza”. 

Esperanza, caridad, crisis, comunicación, migración son los conceptos que dominan cada uno de los temas. Los guiones son indicativos. De cada uno pueden derivarse otros temas y sugerencias. Ruego a Dios que este esfuerzo del Departamento Nacional de la Comisión Episcopal de Familia e Infancia sea muy fructífero y fuente de crecimiento y renovación en muchas familias. 

A Jesús, el hijo de la Virgen María y de san José encomiendo los frutos de este programa. 

+Fernando Castro Aguayo Presidente de la Comisión Episcopal de Familia e Infancia

"Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia.... por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto." (Col.3,12-14)



miércoles, 10 de octubre de 2018

Los teólogos latinoamericanos sostienen al Papa: "Sabemos de tu fidelidad al Evangelio de Jesús"

Carta del III Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña a Francisco
"Tu propuesta de una iglesia pobre para los pobres es también nuestra búsqueda y compromiso"

(Carta del III Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña al papa Francisco).- En este momento de dura prueba queremos hacerte sentir nuestra cercanía y apoyo porque sabemos de tu fidelidad al Evangelio de Jesús. Decirte que tu propuesta de una iglesia pobre para los pobres es también nuestra búsqueda y compromiso.
Amerindia, en su recorrido de cuarenta años en el continente, busca hacer presente los desafíos esenciales del Concilio Vaticano II y el magisterio latinoamericano desde una teología liberadora. En el Tercer Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña estamos reunidos mas de seiscientos participantes teólogos, teólogas y cristianos comprometidos en diversas aéreas de la vida social y eclesial para profundizar los 50 años de Medellin y su actualización hoy.
Estas tierras son testigo de la profecía y el martirio como consecuencia del seguimiento de Cristo en la búsqueda de la justicia y la opción preferencial por los pobres, como lo atestigua Mons. Romero, los y las mártires de la UCA y tantos otros.
Desde este contexto leemos esta "hora tuya" y por ello creemos y afirmamos que la sangre martirial es semilla de vida y esperanza. Somos conscientes que una nueva primavera está despuntando en la Iglesia y acontece en la complejidad de los procesos transformadores.

En estos tiempos de celebración de los 50 años de Medellín bajo el faro potente del Vaticano II y el gran movimiento que concibió esta segunda Conferencia, emerges como un genuino hijo de esta Iglesia.
Sabemos que tu fidelidad evangélica implica discernimiento y el coraje de la denuncia profética, abrazo entrañable a los desheredados de la tierra y víctimas de la crueldad humana, dentro y fuera de la Iglesia.
Como hijas e hijos, hermanas y hermanos te acompañamos plenamente y asumimos la corresponsabilidad que esto representa, pidiendo puedas llevar adelante la obra que Dios te confía.
"Los clamores de los pobres y de la tierra nos interpelan" a 50 años de la Conferencia de Medellín - El Salvador 30 de agosto al 2 de setiembre de 2018 

Cortesìa de: www.periodistadigital.com

jueves, 2 de agosto de 2018

Video del Papa - Agosto 2018 El Papa llama a proteger a las familias: La familia, un tesoro


En un nuevo vídeo de intenciones de oración del Papa Francisco, el octavo de este año 2018, el Santo Padre pidió rezar por las familias y señaló que “no es suficiente hablar de su importancia, es necesario promover medidas concretar y desarrollar su papel en la sociedad con una buena política familiar”.
En el video, el Pontífice pide rezar “para que las grandes opciones económicas y políticas protejan a la familia como el tesoro de la humanidad”.
En este sentido, subrayó que “al hablar de las familias, muchas veces me viene a la cabeza la imagen de un tesoro”. “El ritmo de vida actual, el estrés, la presión del trabajo y también, la poca atención de las instituciones, puede poner a las familias en peligro”, advirtió.
Por ello, llamó a promover una “buena política familiar” que les ayude a desarrollar su rol en la sociedad.
Cada mes, la Santa Sede hace público un video en el que se recogen las intenciones del Pontífice sobre los desafíos actuales para la humanidad, y anima a la Iglesia y a todo aquel que lo desee a unirse con él en la oración.


Cortesía de https://www.aciprensa.com

lunes, 30 de julio de 2018

Francisco: "No podemos permanecer indiferentes ante el grito de tantos hermanos y hermanas que pasan hambre en el mundo"


"CRISTO EXIGE UN COMPROMISO EN FAVOR DE LOS POBRES, LOS DÉBILES, LOS ÚLTIMOS Y LOS INDEFENSOS"

"El amor de Dios por la humanidad hambrienta de pan, de libertad, de justicia y de paz nunca decae"
(Jesús Bastante).- "¿Qué se hace en casa con la comida que sobra? ¿Se tira? No". El Papa Francisco utilizó el Evangelio de hoy, donde se relata la multiplicación de los panes y los peces, para recordar que "no podemos permanecer indiferentes ante el grito de tantos hermanos y hermanas que pasan hambre en todo el mundo".
"El anuncio de Cristo, pan de vida eterna, exige un compromiso generoso de solidaridad en favor de los pobres, los débiles, los últimos y los indefensos", clamó Bergoglio, quien puso como ejemplo al joven que, viendo a la multitud, ofreció lo poco que tenía a Jesús, sus cinco panes. "Un chico valiente, que nos hace pensar a todos, con coraje", insistió el Papa. "Los jóvenes son así, tienen valor. Tenemos que ayudarlos para que sigan adelante, valientes".
El milagro viene de esa generosidad, de la que "todos comen hasta saciarse". "La compasión de ese joven le llevó a ofrecer lo que tenía" como haría Jesús. "Jesús está atento a las necesidades de las personas. La gente tiene hambre y Jesús implica a sus discípulos para que su hambre sea saciada" subrayó Francisco.
"Jesús ha ofrecido su salvación, su vida, pero también se ha ocupado de la comida para el cuerpo", recordó, incidiendo en que "nosotros no podemos hacer como quien no quiere la cosa", porque "solo escuchando las más sencillas peticiones de la gente y poniéndose junto a sus concretas situaciones existenciales, podremos ser escuchados cuando hablemos de valores superiores".
Porque lo más relevante del Evangelio es que "el amor de Dios por la humanidad hambrienta de pan, de libertad, de justicia y de paz nunca decae". Porque "Jesús sigue dando de comer hoy, y lo hace a través de nosotros. El Evangelio nos invita a estar disponibles, como aquel muchacho que tiene cinco panes y dos peces y los da".
"No podemos permanecer como espectadores indiferentes y tranquilos. El anuncio de Cristo, pan de vida eterna, exige un compromiso generoso de solidaridad en favor de los pobres, los débiles, los últimos y los indefensos", clamó el Papa, quien también recordó cómo, al final del relato, Jesús pidió a sus discípulos que recogieran los pedazos sobrantes, "para que nada se desperdicie".
"Aquí pienso en la gente que tiene hambre, y en cuánta comida que sobra y nosotros tiramos", señaló el Papa, que preguntó a los fieles. "Cada uno de nosotros debe pensar en la comida que sobra, en el almuerzo, en la cena... ¿dónde va? En mi casa, ¿qué se hace con la comida que sobra? ¿Se tira? no".
"Si tú tienes esta costumbre, habla con tus abuelos, que han vivido un periodo posterior a la guerra. No tiren nunca la comida que sobra: se prepara o se da, pero jamás se tira el pan que sobra. Es un consejo y un examen de conciencia. ¿Qué se hace en casa con la comida que sobra?", subrayó el Papa, quien pidió "que en el mundo prevalezcan los programas destinados a la alimentación, el desarrollo y la solidaridad, y no los dedicados al armamento y la guerra".
Tras el rezo del Angelus, Francisco recordó que mañana se celebra la Jornada Mundial contra la Trata de Personas, "una plaga que reduce a la esclavitud a muchos hombres, mujeres y niños, con el fin de la explotación laboral y sexual, el comercio de órganos, la mendicidad y la delincuencia forzada".
"También aquí, en Roma, también las rutas migratorias son utilizadas por los traficantes y explotadores para reclutar a nuevas víctimas", denunció. Por ello, "es responsabilidad de todos denunciar las injusticias y luchar con firmeza contra este crimen vergonzoso".


Cortesía de http://www.periodistadigital.com

sábado, 28 de julio de 2018

"Si hay hambre en el mundo, no es por escasez de alimentos, sino por falta de solidaridad"


EL EVANGELIO DE LOS PANES Y LOS PECES

Reflexión dominical de José Antonio Pagola
17º Domingo del Tiempo Ordinario 
Jn 6, 1-15

De todos los hechos realizados por Jesús durante su actividad profética, el más recordado por las primeras comunidades cristianas fue seguramente una comida multitudinaria organizada por él en medio del campo, en las cercanías del lago de Galilea. Es el único episodio recogido en todos los evangelios.

El contenido del relato es de una gran riqueza. Siguiendo su costumbre, el evangelio de Juan no lo llama «milagro», sino «signo». Con ello nos invita a no quedarnos en los hechos que se narran, sino a descubrir desde la fe un sentido más profundo.

Jesús ocupa el lugar central. Nadie le pide que intervenga. Es él mismo quien intuye el hambre de aquella gente y plantea la necesidad de alimentarla. Es conmovedor saber que Jesús no solo alimentaba a la gente con la Buena Noticia de Dios, sino que le preocupaba también el hambre de sus hijos.

¿Cómo alimentar en medio del campo a una muchedumbre? Los discípulos no encuentran ninguna solución. Felipe dice que no se puede pensar en comprar pan, pues no tienen dinero. Andrés piensa que se podría compartir lo que hay, pero solo un muchacho tiene cinco panes y un par de peces. ¿Qué es eso para tantos?

Para Jesús es suficiente. Ese joven sin nombre ni rostro va hacer posible lo que parece imposible. Su disponibilidad para compartir todo lo que tiene es el camino para alimentar a aquellas gentes. Jesús hará lo demás. Toma en sus manos los panes del joven, da gracias a Dios y comienza a «distribuirlos» entre todos.

La escena es fascinante. Una muchedumbre, sentada sobre la hierba verde del campo, compartiendo una comida gratuita un día de primavera. No es un banquete de ricos. No hay vino ni carne. Es la comida sencilla de la gente que vive junto al lago: pan de cebada y pescado en salazón. Una comida fraterna servida por Jesús a todos gracias al gesto generoso de un joven.

Esta comida compartida era para los primeros cristianos un símbolo atractivo de la comunidad nacida de Jesús para construir una humanidad nueva y fraterna. Les evocaba al mismo tiempo la eucaristía que celebraban el día del Señor para alimentarse del espíritu y la fuerza de Jesús: el Pan vivo venido de Dios.

Pero nunca olvidaron el gesto del joven. Si hay hambre en el mundo, no es por escasez de alimentos, sino por falta de solidaridad. Hay pan para todos, falta generosidad para compartirlo. Hemos dejado la marcha del mundo en manos de un poder económico inhumano, nos da miedo compartir lo que tenemos, y la gente se muere de hambre por nuestro egoísmo irracional.

José Antonio Pagola
Imagen de Cerezo Barredo 

miércoles, 25 de julio de 2018

¡DERRIBANDO MUROS Y CONSTRUYENDO PUENTES!


Acabo de regresar del primer encuentro con nuestro nuevo “administrador apostólico” de la Arquidiócesis de Caracas. Se trata de un “Caraqueño de pura cepa”; quien estudió en el Seminario Santa Rosa de Lima y después de nombrado Obispo auxiliar de Caracas, fiel colaborador del Arzobispo José Ali Lebrun; fue nombrado Obispo de Mérida por muchos años. Después de haber sido nombrado “cardenal” por nuestro hermano FRANCISCO; éste le pidió que se encargara de la Arquidiócesis.

Nuestro HERMANO BALTAZAR nos manifestó que es “amigo cercano” del papa Francisco y que comparte sus inquietudes por las reformas llevadas a cabo por él de promover una IGLESIA POST CONCILIAR, activa, misionera, participativa y protagónica, cristo céntrica y Misionera; Iglesia en salida, fuera de las sacristías, en las calles e injertada en la sociedad donde vivimos; donde la CARIDAD se convierta en promoción humana y no solo en limosnas; donde se forme en “valores” y se rompan los muros que hasta ahora nos han separado; sin venganzas ni odios; sin enfrentamientos para ser Pastor de todos.

Inspirado por los consejos de su padre y por el testimonio de los papas PABLO VI Y FRANCISCO nos dijo usando una frase de San Agustín: “Para ustedes soy Obispo, entre ustedes soy un Cristiano”, un Hermano. Eso me impactó; Dios quiera que mis hermanos Ministros sacerdotes lo comprendieran y lo trataran como “hermano” y dejáramos de una vez esos “títulos honoríficos” de la iglesia “pre conciliar romana” como son: “Ilustrísima excelencia, eminencia, reverencia, monseñores y otras “dignidades” que nos alejan de ellos y no permite que los tratemos como ellos quieren que los llamemos: HERMANOS. Yo creo que así nos sentiremos con más CONFIANZA y al mismo tiempo con más RESPETO  Y CONSIDERACIÓN sabiendo que son seres humanos como nosotros que necesitan de nuestra colaboración sincera y amiga; sin miedo de ningún tipo para que no se sientan solos en su “trono” pues son nuestros SERVIDORES como nosotros somos servidores de Cristo para toda la iglesia. De esta forma lograremos que el “presbiterio” sea una verdadera FRATERNIDAD y no un encuentro de “funcionarios” de la Iglesia.

Inspirado por el obispo Arias blanco, me impresionó su “visión ECUMÉNICA” (Igual A LA DE FRANCISCO); no “individualista” sino COMUNITARIA, abierta a todos; pendiente de los “carismas” de cada para que cada uno cumpla con la Misión que Dios le encarga al SERVICIO de su Iglesia; “rompiendo muros y construyendo puentes”. Lo percibí humilde y sencillo; respetuoso de las capacidades de cada cual y abierto a nuestras sugerencias y aportes que le ayuden a cumplir con la tarea difícil que Francisco le ha encomendado. Nos dijo también que deberíamos ser más “positivos” ya que la siembra que habíamos realizado durante todos estos años había dado fruto. Nos ponía el ejemplo de los venezolanos que habían emigrado a Chile y los obispos le dijeron que estos habían colaborado a reanimar la pastoral en las distintas parroquias. No debemos ser “profetas de la calamidad” pues había lugares en peores condiciones que las nuestras; al menos tenemos todavía una arepita para desayunar cuando hay tantos seres humanos que mueren de hambre fuera de Venezuela. Nos invitó a no “claudicarni abandonar el rebaño (ni huir) en estas condiciones difíciles en la cual vivimos.

A nivel Pastoral nos recomendó atender las “prioridades”; buscar la RECONCILIACIÓN; ELIMINAR LOS “PREJUICIOS” que nos separan con MISERICORDIA pero diciendo siempre la VERDAD (sin hipocresías) con AMOR. “Hay que reformar la CATEQUESIS”; no podemos seguir dando la catequesis como hace 50 años, ni la teología de antes; articular los carismas de cada cual; aceptar a TODOS sin excluir a nadie. Dios quiera que los encargados de nuestro Seminario comprendan la necesidad de que los futuros pastores (presbíteros) de nuestra iglesia) sean formados en estos parámetros POST CONCILIARES (de Medellín y Puebla) y sigan la línea de la “IGLESIA LATINOAMERICANA”.

Otra cosa que me agradó oírle decir es que nosotros debemos servir, no en lo que nos “guste” sino donde nos necesiten. No necesitamos “dinero” sino CRISTIANOS COMPROMETIDOS que nosotros debemos formar y darle participación al LAICO en la porción de la Iglesia que nos ha tocado SERVIR, junto con ellos, al Pueblo de Dios. Injertémonos en medio de la gente como TESTIGOS del Reino ejerciendo nuestro Servicio de una forma más humilde y sencilla. Evangelicemos la religiosidad del Pueblo con una pastoral de conjunto.

La Verdad es que Baltazar me dio muy buena impresión y a pesar de tener algunas apreciaciones distintas a la de él en el campo “político”; sin embargo, en el campo PASTORAL coincido plenamente con él ya que llevo muchos años, para la GLORIA DE DIOS, trabajando por una IGLESIA POST CONCILIAR, PARTICIPATIVA Y PROTAGÓNICA donde se le respete a los LAICOS su Misión de compromiso y sentido de pertenencia en la IGLESIA, ya que ellos son el “PUEBLO AMADO DE DIOS, NACIÓN CONSAGRADA Y SACERDOTES AL SERVICIO DEL REY (1 Pd. 2,9-10). Necesitamos promover entre nosotros un DIALOGO SINCERO, sin miedos ni complejos pues no tenemos que pensar exactamente igual pero si “decir lo que pensamos sin hipocresías” (sin doble cara); tener la confianza de que todos podemos equivocarnos y rectificar; como el mismo Baltazar nos decía cuando nos hablaba de la experiencia del desierto, que aunque dura, no podemos volver la vista atrás sino seguir adelante buscando la “TIERRA PROMETIDA”.

Bienvenido HERMANO BALTAZAR a nuestra “Tribu Caraqueña” que siempre ha sido la tuya; a trabajar junto contigo en la renovación de nuestra IGLESIA PARTICULAR unidos al ministerio que el SEÑOR le ha encomendado a nuestro HERMANO FRANCISCO y oremos por aquellos que no lo han entendido aun ; lo rechazan y lo persiguen. 

Pbro. Pablo Urquiaga.

martes, 24 de julio de 2018

La teología de la prosperidad conduce a un "Evangelio diferente"

ENSAYO DEL JESUITA SPADARO Y DEL EVANGÉLICO FIGUEROA EN LA CIVILTÁ CATTÓLICA

"El peligro transformar a Dios en un poder a nuestro servicio, a la Iglesia en un supermercado de la fe"



(Antonio Spadaro S.I. - Marcelo Figueroa, en la Civiltá cattolica).- «Teología de la prosperidad»: tal es el nombre más conocido y descriptivo de una corriente teológica neopentecostal evangélica. El núcleo de esta «teología» es la convicción de que Dios quiere que sus fieles tengan una vida próspera, es decir, que sean económicamente ricos, físicamente sanos e individualmente felices. Este tipo de cristianismo coloca el bienestar del creyente en el centro de la oración y transforma a su Creador en aquel que hace realidad sus pensamientos y deseos.
El peligro de esta forma de antropocentrismo religioso, que pone en el centro al hombre y su bienestar, es el de transformar a Dios en un poder a nuestro servicio, a la Iglesia en un supermercado de la fe, y la religión en un fenómeno utilitarista y eminentemente sensacionalista y pragmático.
Como veremos más adelante, esta imagen de prosperidad y bienestar hace referencia al denominado american dream, al «sueño estadounidense». No se identifica con él, sino con una interpretación reductiva suya. En sí, este «sueño» es la visión de una tierra y de una sociedad entendidas como un lugar de oportunidades abiertas. Históricamente fue la motivación que impulsó a lo largo de los siglos a muchos emigrantes económicos a dejar su propia tierra y a ir a los Estados Unidos para conseguir un lugar en el que su trabajo produjese resultados inalcanzables en su «viejo mundo».
La «teología de la prosperidad» parte de esta visión, pero la traduce mecánicamente en términos religiosos como si la opulencia y el bienestar fuesen el verdadero signo de la predilección divina a «conquistar» mágicamente con la fe. Esta «teología» fue difundida en todo el mundo durante décadas -gracias a gigantescas campañas mediáticas- por movimientos y ministros evangélicos, especialmente los neocarismáticos.
Cortesía de http://www.periodistadigital.com


La revista aprobada por el Vaticano calificó la “teología de la prosperidad” de seudoteología sujeta peligrosamente al sueño americano y a la política del presidente Donald Trump, en su segunda crítica severa a los evangélicos estadounidenses en mismo número de años.
Dos asesores del papa Francisco en materia de comunicaciones _un jesuita italiano y un pastor protestante argentino_ escribieron el artículo “Teología de la prosperidad. El peligro de un evangelio distinto” para la edición de la revista jesuita La Civilta Cattolica, publicada el miércoles.
En el artículo, los autores observan que la “teología de la prosperidad” y su creencia de que Dios quiere que sus seguidores sean ricos y sanos se ha extendido por el mundo, sobre todo en América Latina y Asia, gracias al uso eficaz de la televisión y los medios por parte de sus carismáticos promotores.
Pero destacan sus orígenes en Estados Unidos, su base ideológica en el Sueño Americano, y dicen que su visión de la fe es contraria a las verdaderas enseñanzas cristianas y al énfasis que pone el papa Francisco en los pobres, la justicia social y la salvación.
“Verdaderamente, uno de los graves problemas que trae consigo la ‘teología de la prosperidad’ es su perverso efecto en la gente pobre”, escriben los autores, Antonio Spadaro y Marcelo Figueroa.
“En efecto, no solamente exacerba el individualismo y anula el sentimiento de solidaridad, sino que impulsa a las personas a tener una actitud milagrera, para la cual la prosperidad solo puede procurarse por la fe, y no por el compromiso social y político”.
Si bien la “teología de la prosperidad” goza de gran popularidad, muchos cristianos la consideran una herejía. Los ministros de esta fe suelen presentar su propia riqueza como prueba de la eficacia de su magisterio.
En su campaña, Trump destacó su trayectoria como empresario inmobiliario adinerado, y la predicadora de la “teología de la prosperidad” Paula White está en su círculo de asesores. Ella y otro predicador de este evangelio, el obispo Wayne T. Jackson, estuvieron entre los jerarcas religiosos elegidos para orar en su juramentación.
El artículo en Civilta Cattolica dice que el “evangelio de la prosperidad” está claramente al servicio del modelo político-económico estadounidense, sobre todo bajo Trump, y de la idea de la “excepcionalidad estadounidense”, y que Estados Unidos ha “crecido bajo la bendición del Dios providente del movimiento evangélico”.
Cita el discurso de Trump en su juramentación, donde en unas pocas frases mezcló a “Dios, el ejército y el sueño estadounidense”.
El artículo menciona a varios conocidos teleevangelistas y pastores de megaiglesias como Oral Roberts, Pat Robertson y Joel Osteen, y denuncia cómo han acrecentado su propia riqueza y popularidad gracias a una “seudoteología” que subvierte la Biblia.
Cortesía de https://www.panorama.com.ve/m

Jorge Costadoat, sj: "¿Por qué no puede haber cenas eucarísticas sin sacerdote?"



"HAY LAICOS QUE NO SOPORTAN MÁS EL MODO EN QUE LOS CURAS CELEBRAN LA LITURGIA"

"Tenemos una institución bien organizada y estructurada, pero alejada y distante del Evangelio"

(Jorge Costadoat, sj).- Imaginemos que entra en la humanidad un virus letal que mata a la tercera parte de los seres humanos y, por una razón desconocida, mueren todos los sacerdotes, todos los obispos y el Papa. El desastre eclesial que se produce es mayor. Los cristianos se encuentran completamente desorientados. Una vez que vuelve la calma, sin embargo, surge la necesidad de continuar juntos. He aquí que en distintas partes del planeta en que la Iglesia aún está presente, surge la misma pregunta: "¿quién celebrará la eucaristía?".
El sacerdote al consagrar la hostia, alzándola lo más posible, los extasiaba. Ahora en cambio experimentan una carencia que no saben cómo calmar. Les parece que no hay Iglesia sin lectura de las Escrituras y sin poder comulgar con Cristo. ¿Qué pueden hacer para recordar la entrega de Jesús, su muerte y su resurrección? Sin rememorar a Jesús y sin compartir su mesa, piensan, el cristianismo se licuará dentro de poco. Seguirá habiendo fe, sí, pero no en el Dios en quien Jesús creyó.
Hace tiempo que vengo escuchando de comunidades que no tienen un sacerdote que celebre en ellas la eucaristía. Me dicen que en Brasil algo así como la mitad de las comunidades carecen de él. Me parece que, puestos los ojos en el futuro, debiera ya ahora ensayarse nuevas modalidades de celebrar fraternalmente la fe.
Sé de una comunidad que se reúne una vez al mes: sus integrantes deciden allí mismo quién puede presidir la celebración eucarística, llevan pan y vino corrientes, cuentan con una plegaria eucarística que se consiguieron creo que en Bélgica, comparten lo que está ocurriendo en sus vidas y, por supuesto, leen y comentan entre todos la Palabra. Llaman a esta reuniones "eucaristías" como si realmente lo fueran.
Los motivos para hacer algo así son varios. Pero ellos, por de pronto, no soportan más el modo en que los párrocos y otros curas celebran la eucaristía. Les parece que, conforme cambia la cultura, las maneras de hacerlo traicionan cada vez más la intención del Vaticano II de dar participación a los fieles. La fundamentación teológica para proceder así es esta: en el sacramento del bautismo, aseguran, están contenidos todos los sacramentos de la Iglesia. Los bautizados y bautizadas pueden eventualmente extraer de su sacerdocio bautismal el servicio sacerdotal y actualizarlo. En los mismos cristianos, dicen, la Iglesia se da en plenitud.
Este caso me ha hecho pensar en la posibilidad de realizar comidas eucarísticas. No en reemplazo de las eucaristías propiamente tales, sino a modo de complemento. Pienso en cenas al atardecer, a la hora del recogimiento, que recuerden que Jesús comía con todo tipo de personas. Los fariseos, que cuando comían hacían grupo aparte, decían de él ser "un comilón y borracho, amigos de publicanos y pecadores". Estoy pensando en personas que quieren emprender un camino comunitario de seguimiento de Cristo; que no tienen dónde ir a misa porque carecen de una iglesia cercana; que no están dispuestas a que el cura las reprenda en público; que la liturgia de la iglesia se les ha vuelto un rito huero e insoportable; o que sufren con que sus hijos sean hoy alérgicos a la religión y quisieran ellas ofrecerles otra manera de entender la comensalidad cristiana.
En estas comidas podría contarse con una pauta elaborada por la misma comunidad: comenzar y terminar con el signo de la cruz, preparar lecturas con anticipación, crear un momento de silencio profundo hacia el final, y comer, tal cual, comer y conversar sobre la vida, sobre lo que ocurre en el país, el mundo y la iglesia igual como se hace en las comidas entre amigos, solo que esta vez con un explícito propósito de dar gracias al Señor. ¿Pudiera resultar?
En Chile estamos lejos de la situación descrita al principio. Ningún virus hace peligrar a los sacerdotes. Pero los eclesiásticos estamos haciendo peligrar a la Iglesia. Esto, a la vez, hace pensar que en los próximos cincuenta o setenta años, si se mantiene la tendencia de disminución de vocaciones, habrá poquísimos ministros que puedan celebrar la eucaristía.
Espero que el Papa Francisco pueda ayudar a reflotar el episcopado chileno y los católicos recuperen la confianza en sus autoridades. Igual así, creo conveniente ensayar nuevas modalidades de ser Iglesia y de celebrar la fe. Las actuales, con o sin escándalos por los abusos del clero, difícilmente encausan el cristianismo de esta época.
Cortesía de http://www.periodistadigital.com

sábado, 9 de junio de 2018

¡Locos por la Fe!


Comentario domingo X del Tiempo Ordinario Ciclo B

A Jesús lo rechazaron sus parientes por ser el “hijo del carpintero” y por decir que era el Hijo de Dios lo consideraron como un “LOCO”; lo mismo hicieron los fariseos y los maestros de la ley que lo tenían como un “endemoniado”. Ellos no creyeron en El a pesar que hacía las obras de su Padre Dios y le adjudicaban ese poder a un “pacto con Beelzebú”; ante esta blasfemia Jesús les dijo que ese pecado no tendría perdón alguno.

La FE es un DON DE DIOS que solo El da a los humildes y sencillos de corazón; a los que confían por encima de toda evidencia. La carta de los Hebreos (Heb. 11,1ss) nos dice que “la Fe es tener plena certeza de recibir lo que se espera y estar convencidos de la realidad que aún no vemos”; así lo hicieron Abraham, Moisés y sobre todo María, la madre de Jesús, la cual llamamos “madre de todos los creyentes”, a diferencia de Eva que no creyó en su creador y en consecuencia nos sobrevino el pecado y la muerte; por MARIA nos vino la GRACIA y la VIDA ETERNA. Al aceptar y creer en lo “imposible” cuando el ángel le anunció que iba a ser la “madre del Mesías”, ella arriesgó su propia vida por cumplir con la voluntad del PADRE, haciéndose ella también “Loca por la Fe y el amor”.

En el Evangelio de hoy se nos dice que ella también fue junto a sus parientes a buscar a Jesús que estaba en Cafarnaúm predicando EL REINO DE DIOS; al llegar Jesús no los recibió y dijo: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Son aquellos que escuchan la voluntad de Dios y la ponen en práctica”. Por ese día María comprendió que ella era más dichosa por haber CREÍDO que por haberlo “parido”. La Fe verdadera implica el compromiso de cumplir la voluntad de Dios; por lo tanto creamos como María y seremos bendecidos como ella lo fue cuando la imitemos. Amén

Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo