miércoles, 25 de julio de 2018

¡DERRIBANDO MUROS Y CONSTRUYENDO PUENTES!


Acabo de regresar del primer encuentro con nuestro nuevo “administrador apostólico” de la Arquidiócesis de Caracas. Se trata de un “Caraqueño de pura cepa”; quien estudió en el Seminario Santa Rosa de Lima y después de nombrado Obispo auxiliar de Caracas, fiel colaborador del Arzobispo José Ali Lebrun; fue nombrado Obispo de Mérida por muchos años. Después de haber sido nombrado “cardenal” por nuestro hermano FRANCISCO; éste le pidió que se encargara de la Arquidiócesis.

Nuestro HERMANO BALTAZAR nos manifestó que es “amigo cercano” del papa Francisco y que comparte sus inquietudes por las reformas llevadas a cabo por él de promover una IGLESIA POST CONCILIAR, activa, misionera, participativa y protagónica, cristo céntrica y Misionera; Iglesia en salida, fuera de las sacristías, en las calles e injertada en la sociedad donde vivimos; donde la CARIDAD se convierta en promoción humana y no solo en limosnas; donde se forme en “valores” y se rompan los muros que hasta ahora nos han separado; sin venganzas ni odios; sin enfrentamientos para ser Pastor de todos.

Inspirado por los consejos de su padre y por el testimonio de los papas PABLO VI Y FRANCISCO nos dijo usando una frase de San Agustín: “Para ustedes soy Obispo, entre ustedes soy un Cristiano”, un Hermano. Eso me impactó; Dios quiera que mis hermanos Ministros sacerdotes lo comprendieran y lo trataran como “hermano” y dejáramos de una vez esos “títulos honoríficos” de la iglesia “pre conciliar romana” como son: “Ilustrísima excelencia, eminencia, reverencia, monseñores y otras “dignidades” que nos alejan de ellos y no permite que los tratemos como ellos quieren que los llamemos: HERMANOS. Yo creo que así nos sentiremos con más CONFIANZA y al mismo tiempo con más RESPETO  Y CONSIDERACIÓN sabiendo que son seres humanos como nosotros que necesitan de nuestra colaboración sincera y amiga; sin miedo de ningún tipo para que no se sientan solos en su “trono” pues son nuestros SERVIDORES como nosotros somos servidores de Cristo para toda la iglesia. De esta forma lograremos que el “presbiterio” sea una verdadera FRATERNIDAD y no un encuentro de “funcionarios” de la Iglesia.

Inspirado por el obispo Arias blanco, me impresionó su “visión ECUMÉNICA” (Igual A LA DE FRANCISCO); no “individualista” sino COMUNITARIA, abierta a todos; pendiente de los “carismas” de cada para que cada uno cumpla con la Misión que Dios le encarga al SERVICIO de su Iglesia; “rompiendo muros y construyendo puentes”. Lo percibí humilde y sencillo; respetuoso de las capacidades de cada cual y abierto a nuestras sugerencias y aportes que le ayuden a cumplir con la tarea difícil que Francisco le ha encomendado. Nos dijo también que deberíamos ser más “positivos” ya que la siembra que habíamos realizado durante todos estos años había dado fruto. Nos ponía el ejemplo de los venezolanos que habían emigrado a Chile y los obispos le dijeron que estos habían colaborado a reanimar la pastoral en las distintas parroquias. No debemos ser “profetas de la calamidad” pues había lugares en peores condiciones que las nuestras; al menos tenemos todavía una arepita para desayunar cuando hay tantos seres humanos que mueren de hambre fuera de Venezuela. Nos invitó a no “claudicarni abandonar el rebaño (ni huir) en estas condiciones difíciles en la cual vivimos.

A nivel Pastoral nos recomendó atender las “prioridades”; buscar la RECONCILIACIÓN; ELIMINAR LOS “PREJUICIOS” que nos separan con MISERICORDIA pero diciendo siempre la VERDAD (sin hipocresías) con AMOR. “Hay que reformar la CATEQUESIS”; no podemos seguir dando la catequesis como hace 50 años, ni la teología de antes; articular los carismas de cada cual; aceptar a TODOS sin excluir a nadie. Dios quiera que los encargados de nuestro Seminario comprendan la necesidad de que los futuros pastores (presbíteros) de nuestra iglesia) sean formados en estos parámetros POST CONCILIARES (de Medellín y Puebla) y sigan la línea de la “IGLESIA LATINOAMERICANA”.

Otra cosa que me agradó oírle decir es que nosotros debemos servir, no en lo que nos “guste” sino donde nos necesiten. No necesitamos “dinero” sino CRISTIANOS COMPROMETIDOS que nosotros debemos formar y darle participación al LAICO en la porción de la Iglesia que nos ha tocado SERVIR, junto con ellos, al Pueblo de Dios. Injertémonos en medio de la gente como TESTIGOS del Reino ejerciendo nuestro Servicio de una forma más humilde y sencilla. Evangelicemos la religiosidad del Pueblo con una pastoral de conjunto.

La Verdad es que Baltazar me dio muy buena impresión y a pesar de tener algunas apreciaciones distintas a la de él en el campo “político”; sin embargo, en el campo PASTORAL coincido plenamente con él ya que llevo muchos años, para la GLORIA DE DIOS, trabajando por una IGLESIA POST CONCILIAR, PARTICIPATIVA Y PROTAGÓNICA donde se le respete a los LAICOS su Misión de compromiso y sentido de pertenencia en la IGLESIA, ya que ellos son el “PUEBLO AMADO DE DIOS, NACIÓN CONSAGRADA Y SACERDOTES AL SERVICIO DEL REY (1 Pd. 2,9-10). Necesitamos promover entre nosotros un DIALOGO SINCERO, sin miedos ni complejos pues no tenemos que pensar exactamente igual pero si “decir lo que pensamos sin hipocresías” (sin doble cara); tener la confianza de que todos podemos equivocarnos y rectificar; como el mismo Baltazar nos decía cuando nos hablaba de la experiencia del desierto, que aunque dura, no podemos volver la vista atrás sino seguir adelante buscando la “TIERRA PROMETIDA”.

Bienvenido HERMANO BALTAZAR a nuestra “Tribu Caraqueña” que siempre ha sido la tuya; a trabajar junto contigo en la renovación de nuestra IGLESIA PARTICULAR unidos al ministerio que el SEÑOR le ha encomendado a nuestro HERMANO FRANCISCO y oremos por aquellos que no lo han entendido aun ; lo rechazan y lo persiguen. 

Pbro. Pablo Urquiaga.

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