domingo, 3 de mayo de 2015

Unidos en Cristo


Comentario  del 5to domingo del tiempo de Pascua, ciclo "B"

Como la rama desprendida del tronco de un árbol no puede dar frutos; tampoco nosotros, si estamos desunidos no podremos lograr nada. El Señor nos ha dado diferentes dones o carismas para que podamos dar mucho fruto y eso solo es posible si nos mantenemos unidos en el amor de Cristo Jesús. Aquel que no de fruto será cortado y arrojado fuera y a los que lo den, serán "podados"; es decir, purificados" para que los den más y mejor. Jesucristo es el tronco, nosotros somos las ramas; Él nos corrige y nos exhorta que demos frutos abundantes para el bien de los demás. Así le pasó al apóstol Pablo en su "conversión"; era necesario "podarlo"; también nos pasa a nosotros cuando perdemos de vista nuestra Misión.

Acabamos de realizar una "Asamblea Parroquial donde cada uno tuvo la oportunidad de descubrir sus "talentos" y así se pudo colocar en la base del árbol que le correspondía. Unos serán catequistas, otros ministros de los enfermos, de la liturgia, de la Palabra; otros trabajarán en Pastoral Familiar, con los matrimonios y ancianos en la pastoral social atendiendo a las viudas y hermanos en condición de calle y también en el mantenimiento de nuestro Centro Parroquial. Los jóvenes de Pastoral Juvenil se formarán para ser testigos de Cristo ante sus demás compañeros en el Liceo o en los centros de trabajo y realizarán su apostolado en las áreas de música,canto, teatro, deportes y otras actividades que vayan surgiendo. Todos son importantes y necesarios, cada cual según sus capacidades, pero solo hay un árbol que es la IGLESIA, en la cual debemos permanecer UNIDOS EN CRISTO, EN UN SOLO CUERPO.

Es importarte el "esqueleto" (la nueva estructura) que hemos formado pero hace falta el ESPIRITU que le de vida. La ORACIÓN Personal Y COMUNITARIA es imprescindible para quedemos frutos abundantes, sobre todo la EUCARISTÍA de los domingos, allí recibimos la "savia” que nos .alimenta y renueva.

ARBOL FRONDOSO de La Resurrección del Señor, adelante; permanezcamos unidos en Cristo buscando siempre su gloria. Amén

Pbro. Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo

 
 


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