Comentario al tercer domingo de Adviento Ciclo "a"
El profeta Isaías nos manda a decir a los de corazón apocado: ¡Animo, no teman; he aquí que Dios viene a salvarnos. Él nos da algunas “señales”: “Se iluminarán los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán; la lengua del mudo cantará y la pena y la aflicción habrán terminado. Es por eso que Jesús en el evangelio de hoy, ante la duda de Juan el Bautista de si Él era o no el esperado, le dice a los enviados: ¡Vayan a contar a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo: “Los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia.
Nosotros también, como Juan y Jesús, tenemos que llevar esa “Buena Noticia a los pobres”, pues de ellos será el Reino que ya se acerca; y hacer, con el poder del Espíritu, las mismas señales que Jesús realizó. Hay muchos ciegos, sordos, mudos, enfermos y muertos espiritualmente a nuestro alrededor y nuestra tarea es liberarlos de todo eso que le impide “vivir con dignidad”. Solo así podrán sentir que el Reino de los cielos se les acerca.
Te pedimos Padre que nos des la paciencia, la fuerza y la perseverancia que le diste a Juan para que nosotros también “preparemos un pueblo bien dispuesto” a tu venida. Amen
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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