Leonardo Boff en la apertura de la III Jornada Teológica de Amerindia México
[AMERINDIA | Ciudad de México]
09 de Octubre de 2017
Con un acto inaugural en la mañana del domingo 8 de octubre, y con la participación de 140 personas –laicas/os y miembros de congregaciones religiosas, la mayoría–, inició en la Ciudad de México la III Jornada Teológica de Amerindia México.
La religiosa del sagrado corazón Socorro Martínez Maqueo, coordinadora continental de Amerindia, al saludar a los participantes y a los teólogos conferencistas –entre quienes se encontraban Leonardo Boff, Juan José Tamayo, María José Caram, Francisco José Bosch, Agenor Brighenti, y Juan Luis Hernández–, se refirió al sentido del objetivo propuesto para la III Jornada Teológica que se desarrolla entre el 8 y el 10 de octubre: “escudriñar los senderos de la teología liberadora en un México que vive violencia e incertidumbre para trazar rutas de esperanza”.
Particularmente, la coordinadora de Amerindia Continental recordó los recientes acontecimientos que han tocado las entrañas de un país que se debate entre la incertidumbre y la esperanza: “esta jornada teológica busca ofrecer la luces para continuar caminando y acompañando a nuestro pueblo, a ‘los más pequeños’, que siempre nos muestran que es posible transformar la realidad”, dijo.
“Puño en alto”
El “puño en alto”, símbolo de solidaridad, resistencia y esperanza en medio del dolor que han vivido los mexicanos durante el sismo del 19 de septiembre, dio lugar a un significativo minuto de silencio, en comunión con el pueblo que se levanta de los escombros y en homenaje a las víctimas del país.
El “puño en alto” fue también el signo central de la oración inicial que lideró la religiosa Teresa Daza, coordinadora de formación de las Comunidades Eclesiales de Base de México, junto con el equipo de liturgia de la III Jornada Teológica, a partir de la Palabra de Dios y con el recurso de la música.
Concluyó el acto inaugural con las palabras de Elizabeth Judd, de Amerindia México, quien a las 10:50 declaró la apertura de la III Jornada Teológica.
Enseguida, el teólogo mexicano Juan Manuel Hurtado presentó y dio la palabra a Leonardo Boff, quien disertó sobre “un planeta violentado y una espiritualidad desde los pequeños”.
En su conferencia el teólogo brasileño recordó en varias oportunidades el magisterio social del papa Francisco, particularmente su encíclica Laudato Si’ y su propuesta de una ecología integral “que se sitúa en la línea más avanzada del discurso ecológico”, puesto que “no es una encíclica escrita para cristianos solamente, sino para toda la humanidad”.
Claramente, las violencias que padece el planeta, deviene también de las condiciones de desigualdad. “Desigualdad significa, políticamente, injusticia social”, dijo Boff, acentuando que “sin justicia social no hay teología de la liberación”.
Opción por los pobres
Los pobres “considerados ‘ceros económicos’, puesto que para el sistema no cuenta”, siguen siendo hoy, más que nunca, los verdaderos sujetos de los procesos liberadores. Resulta altamente significativo, de hecho, constatar que “el papa Francisco siempre habla de los pobres. Su primera palabra fue: ‘quiero una Iglesia pobre y para los pobres’. Es la opción de Jesús y la del cristianismo, especialmente lo hemos asumido en América Latina con las conferencias de Medellín, Puebla… hasta la última conferencia de Aparecida”, aseveró el teólogo brasileño.
La “máquina de la muerte” que ha construido el ser humano, golpea especialmente a los más pobres. Así lo propuso Boff al destacar que “definitivamente nuestro planeta está violentado”. “Nunca, en los últimos 300, años hemos maltratado y dañado tanto a la Madre Tierra como ahora. Se hace necesario un verdadero planteo ecológico, un planteo integral, que nos permita escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito de los pobres”.
Aunque muchos actúan como si los recursos del planeta fueran ilimitados y pudiéramos vivir de manera ilimitada, lo cierto es que “científicamente se ha probado que los recursos de la Tierra son finitos, escasos y gran parte de ellos no son renovables. Por eso, no podemos seguir adelante con un proyecto así. Un planeta finito no soporta un proyecto infinito. Necesitaríamos cuatro Tierras para sobrevivir y no las tenemos”, denunció Leonardo Boff, aludiendo al fracaso del paradigma Occidental: “dominador, devastador y colonizador”.
La vida siempre triunfa
Sin embargo, desde una perspectiva creyente, es preciso acentuar que “la vida siempre triunfa”, destacó Boff, subrayando que “es necesario despertar y alimentar la esperanza: si grande es la desgracia que vivimos, más grande todavía es nuestra capacidad de salvación, de renacimiento de la Madre Tierra”.
“La alternativa al poder de dominación es el cuidado, la mano extendida, la relación de amistad, de protección, de no agresión”. De hecho, “la esencia del ser humano es el cuidado: somos hijos e hijas del cuidado infinito de nuestras madres”, propuso Boff, añadiendo que “no se trata solamente del cuidado de lo humano, sino del cuidado del universo”. “Los seres vivos sobreviven gracias a ese cuidado, por eso nos corresponde rescatar la ‘cordialidad’”, dijo, evocando la ‘razón cordial’ propuesta de la filósofa española Adela Cortina.
A la luz de estos planteamientos, apelar a la espiritualidad de los pobres y dejarse evangelizar por ellos podría señalar rutas esperanzadoras. “Así lo hizo don Hélder Câmara, quien abandonó su palacio episcopal y se aproximó a los pobres para darles a entender que Dios estaba con ellos”.
El protagonismo de los pobres
Los pobres son los verdaderos protagonistas de su proceso de liberación. “No somos nosotros los que los vamos a liberar”, señaló Boff. “Es fácil predicar liberación, lo nuevo de la teología de la liberación es que los teólogos nos hemos puesto junto con los pobres, trabajando junto con ellos para que se organizaran”. Además, “los pobres siempre han tenido un lugar en la Iglesia, desde los tiempos de San Pablo hasta los días de hoy, con el papa Francisco. El tema del pobre es la esencia del Evangelio, no es algo marginal”.
Al recordar que “nuestro Dios es un Dios de la vida, no de la muerte, que nos invita a salir de la pobreza y de la injusticia social”, Leonardo Boff fue enfático al proponer que “hay que desarrollar una ‘teología de la piel’ para tocar a los pobres, descubrir su humanidad, sentir en su piel a la humanidad, sentirlos hermanos”.
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