¡AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS!

Comentario domingo XXIX  del Tiempo ordinario Ciclo A

Toda autoridad viene de Dios pero la soberanía de Dios está por encima de cualquier poder terreno sea este político, económico e incluso religioso. Jesús no niega la autoridad del Cesar pero el “cesar no es dios” ni debe ser tratado como un “dios”. Los primeros cristianos, como Jesús, no se negaron a pagar los “impuestos”  (tributo) pero sí se negaron a rendirle culto al emperador porque ellos tenían claro que: ”solo a Dios se le rinde culto y a ÉL solo servirás” (Mt. 4,10)

Todo los “césares” (emperadores, reyes, presidentes, gobernadores, alcaldes, etc.) han recibido el “poder” (autoridad) de parte de Dios a través de sus pueblos para servir y no ser servidos. Es por eso que “el que no gobierna para servir, no sirve para gobernar”. Jesús le pide a los hipócritas fariseos y jefes del pueblo que le vienen a poner una trampa que les muestren la moneda del tributo (denario), que era su moneda oficial. La esfinge del cesar en ella estaba indicando que la moneda le pertenecía; por lo tanto, denle a cesar lo que le pertenece pero no le den al cesar lo que solo a DIOS le pertenece. El cesar no es el dueño del Pueblo; él solo es un administrador; el único dueño del Pueblo es el Señor. Lo mismo pasó con la Viña y los administradores de hace dos domingos atrás.

El mayor culto que podemos rendirle a nuestro Dios es el servicio a los más necesitados en su nombre. Como lo dijo San Irineo: “La mayor gloria y culto a Dios es que el ser humano viva con dignidad”, o como también lo dijo nuestro mártir de América, Monseñor Romero: “La gloria de Dios es que el pobre viva” y sea dignificado y liberado de toda forma de opresión o esclavitud, sea familiar, social, política, económica o incluso religiosa.

Estamos hoy celebrando la fiesta del DOMUND; o sea, el día de las MISIONES; pidamos al Señor que envíe muchos y santos misioneros a nuestras calles, barrios, bloques casas para llevar su mensaje de PAZ y Salvación, acercándoles el reino de su Padre. Amén

Pbro. Pablo Urquiaga.

Imagen de Cerezo Barredo