Comentario 4° domingo del Tiempo ordinario, ciclo "C"
Jesús fue rechazado por su
Pueblo, por su familia, por su gente. ¿Por qué? Por haberles dicho unas cuantas
verdades delante de todos. Querían que hiciese los milagros que hacía en
Cafarnaúm pero allí no se daban las condiciones para que el ESPIRITU actuase a
través de Él. ¡Sin FE no puede haber milagro alguno!
Jesús es el PROFETA DE DIOS por
excelencia porque siempre hace la "VOLUNTAD DE SU PADRE" y dice lo
que EL le manda aunque a su pueblo no le guste o le desagrade. Los ejemplos que
les pone, haciéndoles ver que los "paganos" han tenido más Fe que
ellos, los llena de ira y tratan de "despeñarle" (matarle) pero Él se
les escabulló y no pudieron hacerle nada porque no había llegado su HORA. La
soberbia no les dejó reconocer la verdad de sus errores, pusieron resistencia y
no se convirtieron.
No fueron capaces de reconocer al
Mesías en Él por su condición social de "hijo del carpintero"; se
fijaron en su apariencia para justificar su incredulidad. Imposible de creer!
El AMOR (la Caridad de su Padre
(2da. Lectura)) es lo que le sostiene, le da fuerzas y le inspira a seguir
adelante con su Misión de anunciar a los demás pueblos la verdad de su Reino
para aquellos que lo quieran aceptar y recibir su mensaje. Allí sí se van a
manifestar sus "señales milagrosas" que requieren la FE de los que lo
reciben.
¡Ojalá! que todo mi pueblo sea PROFETA, como
Jesús, como Jeremías y como tantos otros que han aceptado su Palabra y han reconocido
a Jesús como su único Señor y Salvador y lo proclamen delante de los hombres. ¡Señor
danos muchos profetas como JESÚS. Amén!
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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