“Tomen y coman todos de él; ésta es mi VIDA” que se entrega por ustedes. Hagan esto en mi MEMORIA”. La sangre simboliza la “vida”; dar la sangre es dar la vida; el cuerpo es la persona que se entrega por nosotros.
Después de haber celebrado la fiesta de la Santísima TRINIDAD y descubrir allí un “DIOS AMOR” que nos comunica vida eterna (koinonia); Jesús quiso dejarnos una “señal” (sacramento) para que no se nos olvide que EL se ha quedado con nosotros entregando su propia vida. Amar es DARSE y EL lo hace continuamente con nosotros y nos invita “hacer lo mismo en su MEMORIA”; es decir, darnos en “cuerpo y sangre” a los demás por AMOR de la misma manera que EL lo hace con nosotros.
Eso es la EUCARISTÍA la cual celebramos los Cristianos Católicos día tras día, sobre todos el día DOMINGO, que el SEÑOR nos congrega como “COMUNIDAD DE LOS CREYENTES” para alimentarnos con su Cuerpo y convertirnos en “hostias puras”; dispuestos a dejarnos “comer por los demás” como EL lo hace con nosotros y a derramar nuestra propia “sangre” (vida) y así ser sus VERDADEROS DISCÍPULOS Y TESTIGOS DE SU AMOR.
Esto es lo que celebramos en esta fiesta de HOY y no solo “sacando a Cristo en procesión” para adorarle y rendirle “culto”. ¡Déjate quemar si quieres alumbrar! Eres la Luz del mundo y desde tu bautizo te comprometiste en ser portador de esa LUZ que debes llevar por dentro. El mejor culto que podemos rendir a Dios nuestro PADRE es dejarnos quemar por su espíritu; dejarnos comer para dar vida; así tendremos la vida Eterna. Amén.
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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