Comentario VI domingo del Tiempo de pascua, ciclo "C"
Somos el Pueblo de Dios, somos las "ovejas de su rebaño". Él quiere morar en nosotros para hacernos vivir su propia vida. Si le amamos de verdad, guardaremos su PALABRA y haremos su Santa Voluntad. Somos de distintos pueblos, razas, culturas, naciones, costumbres y tradiciones; hemos creído en El y hemos decidido amarnos los unos a los otros como Él nos amó en Cristo el Señor.
Somos la "Nueva Jerusalén", apoyados en la ROCA, que es Jesús, teniendo como bases a sus 12 apóstoles; somos también herederos de Jacob y de sus 12 tribus que formaron el antiguo Pueblo de Dios. Somos el "Templo vivo" donde Dios quiere morar. No necesitaremos más "templo material" (tabernáculo) pues los verdaderos adoradores lo adoraron en "espíritu y verdad" (1n.4,24). El "CORDERO será la "lámpara" que nos alumbrara. Nuestras puertas estarán abiertas y nunca se cerrarán para aquellos que aman y están inscritos en el "libro de la vida". Los embusteros, egoístas y llenos de odios no podrán entrar jamás.
El Señor Jesús nos ha prometido enviarnos su SANTO ESPÍRITU; será su más valioso regalo. Él nos acompañará y enseñará todas las cosas y nos recordará todo lo que Jesús nos ha dicho. Estará siempre con nosotros. Él nos ha dejado su PAZ para que no tengamos miedo ni estemos angustiados por nada ni por nadie y así podamos cumplir con la Misión que Él nos encarga hasta que vuelva en su Gloria. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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