Para dar LUZ a la realidad que vivimos en
Venezuela en los inicios de éste nuevo año 2016, no hay nada mejor y mas
ilustrativo que el LIBRO DEL EXODO. Allí encontramos la maravillosa EPOPEYA de
MOISES (Caudillo del Dios Altísimo) de “cruzar
un inmenso desierto” para LIBERAR AL PUEBLO de la esclavitud de los
Egipcios, que no solo era física sino, sobre todo, ESPIRITUAL. La “descomposición moral” que había dejado en el
“pueblo-masa” los años de esclavitud, habían dañado considerablemente la
condición de “PUEBLO ELEGIDO”. Había que restaurarlos totalmente. Moisés tenía
esa tarea. Se trataba, no solo de una liberación “política”, sino de una LIBERACION INTEGRAL.
Al pasar por el “mar rojo”, quedaron atrás los
carros del Faraón y sus soldados ahogados en el “mar” pero las “huestes diabólicas” que los movían a
matar al Pueblo cruzaron con ellos “el inmenso desierto” y siguieron asechando
al Pueblo. Es por eso que el ESPIRITU guió a Moisés y a su pueblo al monte del
SINAI para FORTALECERLOS ESPIRITUALMENTE. El PUEBLO DE DIOS necesitaba “LEYES”
que los guiaran hacia la “TIERRA PROMETIDA” pues ellos estaban acostumbrados a
vivir “sometidos a las leyes Egipcias”
que los esclavizaban. Necesitaban “Leyes
Liberadoras”. Eso fue el DECALOGO o los “DIEZ MANDAMIENTOS” que siguen para
nosotros muy vigentes. Como pueblo Venezolano necesitábamos NUEVAS LEYES (Nueva
constitución), pero tenemos que unir esas “leyes” a las LEYES DIVINAS; sobre
todo CUMPLIRLAS, practicarlas pues sino lo que provoca es “romperlas” como le
provocó y de hecho hizo Moisés al ver que ese pueblo seguía “esclavo” a las
costumbres paganas: La Idolatría , que es
la peor de las esclavitudes.
Después del “Sinaí” prosiguió
Moisés junto al pueblo “por el inmenso desierto” aprendiendo poco a poco a
“poner en práctica” esas leyes. En Venezuela hoy hay “leyes” pero ¿De qué vale
sino no la ponemos en práctica? Hay inseguridad pero no hay “autoridad” que
pueda protegernos. Estamos como en el desierto, descubiertos, rodeados de “pura
arena”, con el riesgo de ser agredidos por las “alimañas” y las “víboras”. Nos
sentimos “abandonados y defraudados” por los “Moisés” y los “Aarón” que con su
“vara” pudieran defendernos pero no lo hacen; más bien, por su impunidad,
invitan a las “alimañas” para que nos ataquen. Nos sentimos desamparados.
Algunos de nosotros nos sentimos con deseos de “regresar a Egipto”, como algunos israelitas lo hicieron y murieron
en el camino o prefirieron seguir viviendo ESCLAVOS; otros, sin embargo, a
pesar de las dificultades, hemos decidido seguir adelante hacia la TIERRA PROMETIDA ,
enfrentando las “pruebas del desierto” y aprendiendo de ellas. Las LEYES DE
DIOS nos invitaban a RESPETARNOS; es decir, AMARNOS, a no robarnos, ni
mentirnos, ni matarnos; a vivir en la LIBERTAD
COMO HIJOS LIBRES y no como “lobos esclavos” para devorarnos
los unos a los otros, que fue como nos enseñaron a vivir los egipcios. El
capítulo 16 del Libro nos cuenta en episodio del “maná”; (“pan que el SEÑOR
hizo llover del cielo”) que no fue mas que las “flores” que los vientos del
desierto, providencialmente juntaban alrededor del campamento. Digo esto para
“desmitificar el hecho” y poder así detenernos en la enseñanza. Allí el pueblo
aprendió a COMPARTIR y no a “competir” para ver quien podía “coger más del
pan”. “todos recibían de aquel alimento y los que cogían mas de la cuenta, se
les podría sino lo COMPARTÍAN y a los que podían coger “poco” no les faltaba
(Ex.16, 16ss)
Esta enseñanza es muy importante asimilarla pues
otro problema nuevo que se nos presenta es la “escasez” de alimentos de primera
necesidad que están siendo “acaparados” por los especuladores de turno para
dañar la FE de un
Pueblo en su Proceso Bolivariano. Tenemos que aprender a COMPARTIR más que a
“competir” ya que en la competencia, los más sagaces y fuertes se lo llevan
todo y dejan a los débiles sin nada y eso va en contra de las “leyes Divinas y
Bolivarianas”. Así nos enseñaron los “opresores”
O nos UNIMOS o nos “hundimos” y nos tragan las
“alimañas del desierto”. Esta es otra lección que necesitamos aprender y
practicar. Visité nuestra Escuela Cuatricentenaria,
en el sector UD-7 de nuestra parroquia y me encontré con la subdirectora que me
informó que en vacaciones “desvalijaron” la escuela, un Centro de Educación
SOLIDARIO con la Comunidad
y nadie sabe nada, nadie vió nada ¿Y las autoridades?... bien Gracias, seguro
estaban también de “vacaciones”. Esa es nuestra realidad. Nadie se hace
responsable de nada, la ineficacia nos asecha. Ciertamente estamos “cruzando el
inmenso desierto” pero como lo hemos dicho, la solución NO ES VOLVER ATRÁS sino
SEGUIR ADELANTE pues nuestra meta es alcanzar la TIERRA PROMETIDA como lo
hicieron Moisés, Aarón y el resto del PUEBLO que creyó en la PROMESA. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
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