miércoles, 1 de junio de 2016

Cruzando el inmenso desierto…


Para dar LUZ a la realidad que vivimos en Venezuela en los inicios de éste nuevo año 2016, no hay nada mejor y mas ilustrativo que el LIBRO DEL EXODO. Allí encontramos la maravillosa EPOPEYA de MOISES (Caudillo del Dios Altísimo) de “cruzar un inmenso desierto” para LIBERAR AL PUEBLO de la esclavitud de los Egipcios, que no solo era física sino, sobre todo, ESPIRITUAL. La “descomposición moral” que había dejado en el “pueblo-masa” los años de esclavitud, habían dañado considerablemente la condición de “PUEBLO ELEGIDO”. Había que restaurarlos totalmente. Moisés tenía esa tarea. Se trataba, no solo de una liberación “política”, sino de una LIBERACION INTEGRAL.

Al pasar por el “mar rojo”, quedaron atrás los carros del Faraón y sus soldados ahogados en el “mar” pero las “huestes diabólicas” que los movían a matar al Pueblo cruzaron con ellos “el inmenso desierto” y siguieron asechando al Pueblo. Es por eso que el ESPIRITU guió a Moisés y a su pueblo al monte del SINAI para FORTALECERLOS ESPIRITUALMENTE. El PUEBLO DE DIOS necesitaba “LEYES” que los guiaran hacia la “TIERRA PROMETIDA” pues ellos estaban acostumbrados a vivir “sometidos a las leyes Egipcias” que los esclavizaban. Necesitaban “Leyes Liberadoras”. Eso fue el DECALOGO o los “DIEZ MANDAMIENTOS” que siguen para nosotros muy vigentes. Como pueblo Venezolano necesitábamos NUEVAS LEYES (Nueva constitución), pero tenemos que unir esas “leyes” a las LEYES DIVINAS; sobre todo CUMPLIRLAS, practicarlas pues sino lo que provoca es “romperlas” como le provocó y de hecho hizo Moisés al ver que ese pueblo seguía “esclavo” a las costumbres paganas: La Idolatría, que es la peor de las esclavitudes.

Después del “Sinaí” prosiguió Moisés junto al pueblo “por el inmenso desierto” aprendiendo poco a poco a “poner en práctica” esas leyes. En Venezuela hoy hay “leyes” pero ¿De qué vale sino no la ponemos en práctica? Hay inseguridad pero no hay “autoridad” que pueda protegernos. Estamos como en el desierto, descubiertos, rodeados de “pura arena”, con el riesgo de ser agredidos por las “alimañas” y las “víboras”. Nos sentimos “abandonados y defraudados” por los “Moisés” y los “Aarón” que con su “vara” pudieran defendernos pero no lo hacen; más bien, por su impunidad, invitan a las “alimañas” para que nos ataquen. Nos sentimos desamparados. Algunos de nosotros nos sentimos con deseos de “regresar a Egipto”, como algunos israelitas lo hicieron y murieron en el camino o prefirieron seguir viviendo ESCLAVOS; otros, sin embargo, a pesar de las dificultades, hemos decidido seguir adelante hacia la TIERRA PROMETIDA, enfrentando las “pruebas del desierto” y aprendiendo de ellas. Las LEYES DE DIOS nos invitaban a RESPETARNOS; es decir, AMARNOS, a no robarnos, ni mentirnos, ni matarnos; a vivir en la LIBERTAD COMO HIJOS LIBRES y no como “lobos esclavos” para devorarnos los unos a los otros, que fue como nos enseñaron a vivir los egipcios. El capítulo 16 del Libro nos cuenta en episodio del “maná”; (“pan que el SEÑOR hizo llover del cielo”) que no fue mas que las “flores” que los vientos del desierto, providencialmente juntaban alrededor del campamento. Digo esto para “desmitificar el hecho” y poder así detenernos en la enseñanza. Allí el pueblo aprendió a COMPARTIR y no a “competir” para ver quien podía “coger más del pan”. “todos recibían de aquel alimento y los que cogían mas de la cuenta, se les podría sino lo COMPARTÍAN y a los que podían coger “poco” no les faltaba (Ex.16, 16ss)

Esta enseñanza es muy importante asimilarla pues otro problema nuevo que se nos presenta es la “escasez” de alimentos de primera necesidad que están siendo “acaparados” por los especuladores de turno para dañar la FE de un Pueblo en su Proceso Bolivariano. Tenemos que aprender a COMPARTIR más que a “competir” ya que en la competencia, los más sagaces y fuertes se lo llevan todo y dejan a los débiles sin nada y eso va en contra de las “leyes Divinas y Bolivarianas”. Así nos enseñaron los “opresores”

O nos UNIMOS o nos “hundimos” y nos tragan las “alimañas del desierto”. Esta es otra lección que necesitamos aprender y practicar.  Visité nuestra Escuela Cuatricentenaria, en el sector UD-7 de nuestra parroquia y me encontré con la subdirectora que me informó que en vacaciones “desvalijaron” la escuela, un Centro de Educación SOLIDARIO con la Comunidad y nadie sabe nada, nadie vió nada ¿Y las autoridades?... bien Gracias, seguro estaban también de “vacaciones”. Esa es nuestra realidad. Nadie se hace responsable de nada, la ineficacia nos asecha. Ciertamente estamos “cruzando el inmenso desierto” pero como lo hemos dicho, la solución NO ES VOLVER ATRÁS sino SEGUIR ADELANTE pues nuestra meta es alcanzar la TIERRA PROMETIDA como lo hicieron Moisés, Aarón y el resto del PUEBLO que creyó en la PROMESA. Amén  

Pbro. Pablo Urquiaga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario