Comentario domingo XI del tiempo ordinario ciclo "c"
Los "gestos", más que las palabras,
perdonan los pecados. El Amor verdadero hay que "mostrarlo" más que
"decirlo" y eso fue precisamente lo que "hizo" la mujer
prostituta del evangelio de hoy ante Jesús en la casa del Fariseo que lo había
invitado (Lc. 7,36ss)
Observemos esos
"gestos". ¿Qué hizo esa mujer? Dice el Evangelio de hoy que se puso
por detrás de Jesús y empezó a LLORAR, a lavarle los pies con sus lágrimas y a
enjugárselos con sus propios cabellos, a besarlos y a ungirlos con su propio
perfume. Ella no dijo una sola palabra; solo mostró su arrepentimiento y MUCHO
AMOR. Ante esto hubo también "dos miradas y dos reacciones":
La del Fariseo: Si éste fuera
profeta sabría que "clase de mujer" lo está tocando.
La de JESÚS: "Tú no me ofreciste agua
para mis pies y ella en cambio me los ha lavado con sus lágrimas y enjugado con
sus cabellos; tú no me distes el beso de bienvenida; ella en cambio no ha
dejado de besarme los pies; tú no ungiste con aceite mi cabeza, ella en cambio
ha ungido mis pies con su perfume. Por eso te digo que sus muchos pecados han
sido perdonados porque ha mostrado mucho AMOR. Al que poco se le perdona, poco ama.
¿De qué te vale cumplir las
"leyes" sino no AMAS? Lo que te salva no es tu "cumple y
miento" sino Tus "gestos" de AMOR SINCERO. Eso lo entendió muy
bien el Apóstol Pablo en la segunda lectura (Gal. 2, 16-21) de hoy como lo hizo
David con su arrepentimiento y reconocimiento de su PECADO (1ra. Lec-tura 2
Sam. 12, 7-13). Al final del evangelio de hoy se nos dice que algunas mujeres
seguían a Jesús y COMPARTÍAN (GESTOS DE AMOR) sus bienes en agradecimiento (Lc.
8, 1-3). Fueron sus "gestos de amor y agradecimiento" los que las
salvaron y sus muchos pecados fueron también perdonados. Amén.
Pbro. Pablo Urquiaga.
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