Comentario domingo XVII del Tiempo ordinario Ciclo A
La SABIDURIA DIVINA es sin duda uno de los “tesoros del Reino de Dios”. Salomón la pidió y se le concedió; y con ella la capacidad de “escuchar y discernir” para servir (gobernar) a su Pueblo con “JUSTICIA”. Además Dios le concedió “lo que no le pidió”: “riquezas, fama, generosidad, gloria y poder. Parece ser que las riquezas, el poder, la fama, etc. corrompen aquellos que carecen de la Sabiduría de Dios; ese discernimiento para saberla usar con humildad, sencillez, generosidad y vocación al servicio de los demás.
En el Evangelio de hoy, Jesús compara el Reino de los cielos con un “tesoro escondido en el campo” o “con una perla preciosa de gran valor”. Aquel que es SABIO, la encuentra; va y vende cuanto tiene para obtenerla. Eso fue lo que hizo Salomón. Dios le dijo que le pidiera lo que quisiera y él humildemente reconoció sus limitaciones renunciando a todos los privilegios o tesoros de este mundo y solo pidió SABIDURÍA para gobernar (servir) al PUEBLO DE DIOS.
Pidamos a DIOS HOY por nuestros gobernantes para que imiten a Salomón y les dé “discernimiento y humildad” para gobernarnos según sus “mandatos divinos” y reciban esa SABIDURÍA para que nunca se desvíen de sus caminos y practiquen la JUSTICIA PARA TODOS y así conseguir la PAZ VERDADERA tan anhelada. Que piensen primero en el bienestar del PUEBLO, empezando siempre por los más necesitados y que nunca usen el poder para beneficio o provecho propio. ¡Ah! y que no olviden lo que le pasó a Salomón al final de su reinado; por estar poniendo su corazón en los “ídolos cananeos” y las “brujerías” de la “diosa Astarté”, seducido por sus perversas “súbditas serpientes”; perdió su Sabiduría, trayendo la desgracia para su familia, para el Pueblo y para sí mismo.
OREMOS POR ELLOS. AMEN
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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