El Pontífice recuerda las intenciones del San Francisco cuando inventó el primer pesebre: humildad y sencillez
“El Pesebre nos recuerda esto: Dios, por su gran misericordia, ha bajado hacia nosotros para quedarse establemente con nosotros”, explicó el papa Francisco este viernes 18 de diciembre, en una audiencia de agradecimiento a los donantes de los símbolos navideños que adornan la Plaza de San Pedro este año.
El Pontífice aseguró que el belén y el árbol en el Vaticano no son solo para el deleite de peregrinos, fieles y turistas, sino sobre todo para “¡Jesús: porque es Él el festejado!”.
“El Pesebre nos dice además que Él no se impone nunca con la fuerza. ¡Recuerden bien esto, en especial ustedes, niños y chicos: el Señor nunca se impone con la fuerza!”, comentó.
“Para salvarnos, no ha cambiado la historia realizando un milagro grandioso. Ha venido, más bien, con toda sencillez, humildad, mansedumbre. Dios no ama las revoluciones imponentes de los poderosos de la historia y no utiliza la varita mágica para cambiar las situaciones”.
En este sentido, insiste en que Jesús se “hace pequeño, se hace niño, para atraernos con amor, para tocar nuestros corazones con su bondad humilde; para sacudir, con su pobreza, a cuantos se afanan acumulando los falsos tesoros de este mundo”.
El Pontífice asimismo citó las Fuentes Franciscanas para explicar el deseo del santo de Asís “cuando inventó el Pesebre” para “hacer memoria de ese Niño que ha nacido en Belén”.
Para San Francisco de Asís, representar el Nacimiento de Dios, significaba “de alguna manera entrever con los ojos del cuerpo las dificultades en que se encontró por la falta de las cosas necesarias para un recién nacido”.
En el belén, “se honra la sencillez, se exalta la pobreza, se alaba la humildad” (468 – 469)”, constató.
El Obispo de Roma exhortó a ver la ternura de Dios recién nacido y la misericordia divina que se inclina ante los necesitados: “Les invito entonces a detenerse ante el Belén, porque allí la ternura de Dios nos habla”.
Asimismo, el pesebre es un signo de “la misericordia divina, que se hizo carne humana y puede enternecer nuestras miradas. Y, sobre todo, desea mover nuestros corazones”.
En el pesebre de este año en San Pedro hay una figura que representa especialmente la misericordia. “Y es bello – prosiguió- que en este Pesebre haya una figura, que representa el misterio de la Navidad. Es el personaje que cumple una obra de bien inclinándose para prestar ayuda a un anciano. No solo mira a Dios, sino que lo imita, porque como Dios, se inclina con misericordia hacia el necesitado”.
Cortesía de http://es.aleteia.org/
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