Todo el sistema financiero mundial tiene sus “pies de barro”; es decir, está basado
en la corrupción. ¿Cómo nació el banco?
Muchas personas producían mucho dinero con su trabajo y esfuerzo honesto y necesitaban
un “lugar seguro” donde guardar su
fortuna. Entonces a alguien se le ocurrió la idea de crearlo y así “utilizar” un dinero ajeno que él no
produjo para especular con el mismo a cambio de un mísero interés ofrecido al
oferente. Y así irse enriqueciendo con el dinero ajeno que cuando el oferente
necesitare de un préstamo, el banquero se lo suministra a elevados intereses
siendo ese capital prestado el mismo que el oferente le ha depositado. Eso
también sucede con el corrupto sistema de las “tarjetas de crédito” que ha arruinado a muchos.
El sistema financiero
mundial perverso
está infectado de corrupción desde sus inicios. Algunos ejemplos sencillos
podrían mostrar su perversión con más claridad. Criticamos, con razón, que un “buhonero” (comerciante informal de la
calle), compre 4 bultos de papel higiénico en una cola a 20 Bs. Cada rollo e inmediatamente después se los venda en
80 Bs. a sus vecinos. Decimos; ¡tremendo
negocio! (el negocio de las colas),
siendo éste un explotador corrupto ya que sus ganancias son desproporcionas al
costo del producto que adquirió para cubrir sus necesidades y no para explotar
a sus propios hermanos. Lo mismo pasa con los “raspa cupos” en CADIVI. El estado proporciona al venezolano unos
“cupos” en “dólares preferenciales” para que una vez al año pueda disfrutar de
unas merecidas vacaciones con su familia viajando al exterior del País o para
visitar a sus familiares lejanos. Pues bien, hay personas “corruptas” que piensan que eso es un “tremendo negocio” y viajan para comerciar con esos dólares; así
recuperan el gasto que hicieron de los pasajes y se traen el resto de nuevo al
país (en mercancía o en efectivo) y aquí los venden 200 veces más caro de lo
que les costó. Si me dan $2000 a 12 Bs. el dólar y luego los revendes a 180 Bs.
serías un poco más corrupto que el “buhonero”.
Si con éstos dos simples ejemplos podemos constatar la
corrupción; ¿Se imaginan ustedes lo que está pasando con las “finanzas de nuestro País” ante el flujo
de miles de millones de dólares que han entrado por el “petróleo a 100 X
barril” y los otros miles de millones en préstamos de Naciones amigas? Se nos
dicen que gracias a ellos se han financiado las MISIONES de Salud
(barrio adentro 1 y 2), Educación
(Sucre, Rivas y Robinson), Cultura y
deportes; Vivienda, etc. Eso
está muy bien pero el resto, el “bachaqueo”
(negocios sucios) que han hecho con las riquezas de la Nación que pertenece a
todos(as) los venezolanos(as). Hay serias acusaciones que se han hecho y que
todavía no tienen respuesta. Ministros de nuestra Economía que han denunciado y
han sido destituidos de sus cargos sin dar razones; periodistas sacados de sus
programas por haber cuestionados algunas de estas irregularidades. Parece que
nos hemos acostumbrados a que éstas “corrupciones”
son parte de los “tremendos negocios”
imitados por algunos ciudadanos inescrupulosos que piensa que eso es “normal”;
que el “fin justifica los medios” y
que todo es “lícito” cuando hipócritamente me amparo en hacer “buenos negocios”
para así beneficiar a la patria y lo que estoy haciendo es “manosear” a la Patria para quedarme con
una buena “tajada”. Parece que todo esto forma parte de lo que he querido
llamar “la discreta corrupción del sistema financiero” o la “especulación financiera” como la llama
nuestro hermano Francisco (papa) (E.G.
#55).
He dicho en reiteradas ocasiones que el Imperialismo no podrá
derrotarnos pero su “corrupción” si
podrá destruirnos. Debemos despojarnos de una vez de la “idolatría del dinero”, del “becerro
de oro” que nos domina y nos hace comerciar con los intereses de los más
nobles proyectos de nuestro proceso revolucionario y con la sangre de nuestros
valiosos profetas y mártires. ¡Basta ya de impunidad! ¡Basta ya de estar
tapando tantas acciones corruptas que no son sancionadas. Ahí está nuestra debilidad (INSEGURIDAD); estamos perdiendo nuestra MORAL. Tenemos los “pies de
barro” y eso es peligroso pues una sola “pedrada” nos podría aniquilar (Dan. 2,31-35)
Y hablando de “pedradas”,
tengo frente a mí a una hermosa “mata de
mangos” floreada hasta los topes y algunas flores empiezan a dar sus frutos
aún no maduros. Algunos jóvenes de las escuelas aledañas invaden el sitio
violando la privacidad y empiezan a lanzar piedras a los incipientes frutos que
al tomarlos, se dan cuenta que no están hechos aún y los botan habiendo
destruido muchísimas flores que iban a dar frutos en abundancia. ¿Será que esa mata de mango se parece a Venezuela? La
vemos floreada y en vez de cuidarla y esperar a que dé abundante fruto para
todos, unos cuantos inescrupulosos le caen a pedradas y no dejan madurar esos
frutos y destruyen las flores que podrían producir más?
Si no cambiamos nuestra conducta y nos CONVERTIMOS, vamos a perecer todos. El camino de la CORRUPCION nos destruirá sin remedio. ¿Es que no
podrá haber un camino honesto en el sector financiero que nos libre de la
corrupción? ¿Será posible que no tengamos empresas que se conformen con unas
súper generosas ganancias del 30% de su inversión? Claro que no es posible
mantener una empresa que no de ganancias como es el caso de la gasolina o de
las “empanadas” que cuestan hacerlas unos siete bolívares y nos obliguen a
venderlas a cuatro bolívares o como pretendía erróneamente nuestro hermano Hugo
con el plan de las “arepas socialistas”
que tenían que fracasar. Se trata de “precios
justos” ante “ganancias justas” para que todos ganemos y tengamos
producción en abundancia y desaparezcan las “colas de la corrupción y del absurdo” y así acabaríamos con la
especulación de los productos básicos.
Gracias al Dios de la Justicia que el sistema financiero
internacional fracasará y la “roca”
del Reinando de Cristo lo pulverizará. En el Reino de Dios no habrá finanzas,
ni bancos, ni propiedades ni negocio alguno. Solo Reinará el amor de los unos
para con los otros y así todos tendrán lo que necesiten en abundancia y el
pueblo no tendrá jamás que hacer las demoníacas “colas de la corrupción”.
Amen
Pbro. Pablo Urquiaga. Caricuao. 12/03/15
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