lunes, 2 de marzo de 2015

ORACIÓN CONTEMPLATIVA


Se trata de: “intimar con Dios”. Conocimiento íntimo de Dios, contemplarlo, mirarlo, admirarlo y gozarnos con su presencia.
“Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre que les dé SABIDURÍA ESPIRITUAL para entender su revelación y conocerlo mejor. Que el Señor les ilumine la mente para que sepan cual es la esperanza a la que han sido llamados y la herencia que Dios les da a los que son de su Pueblo”. (Ef. 1,17-18).
El que AMA quiere conocer al amado. Los que lo aman buscan su PRESENCIA Y DESEAN CONTEMPLAR SU ROSTRO. Este “conocimiento íntimo afectivo” de Dios es lo que llamamos: CONTEMPLACIÓN. Contemplar es pues, ver, mirar, admirar la gloria del ser amado y gozarnos (deleitarnos) en su presencia. (Mc. 9,3).
La contemplación es fruto de la MEDITACIÓN. Un Don de Dios impregnado de su amor. Reposo de Dios; un encuentro vivo y profundo. “Señor antes te conocía de oídas, ahora te han visto mis ojos” (Job. 42,5). Escuchar y reflexionar sobre la Palabra de Dios.
Es una “relación íntima y profunda” con Dios. Zambullirse en el Señor, penetrar en su interior y empaparnos de su Amor. La afectividad se va impregnando de los sentimientos y se siente su presencia dentro de nosotros. (Jn. 14,23)
Es también un “encuentro íntimo” con Dios; en el silencio más que con palabras. Encuentro gozoso, admirable, agradable, placentero; inagotable, sin límites. Una entrega. Donación. Es desnudarnos ante El; abrir nuestro corazón de par en par y dejarnos penetrar de su presencia.
Ese encuentro nos libera del “miedo”, la sequedad, la apatía, el aburrimiento la dispersión.  La contemplación nos lleva a la ADORACIÓN (Consagración); entrega gozosa y total. “Solo a Dios adorarás y a Él solo servirás” (Mt. 4,10). Si adoras “ídolos” se apropiarán de ti y te esclavizarán y destruirán porque son “dioses de la muerte”. El Dios verdadero de Jesús te hace LIBRE y te da VIDA ETERNA.
Deja que el Dios Vivo te invada y en silencio profundo siente su cercanía y recíbelo; así le ofrezco mi entrega gratuita a Él y a su proyecto de vida (Su Reino). La contemplación es una “Oración Liberadora” de nuestra codicia, egoísmo e individualismo que nos impide regalarnos y darnos en amor a los demás en su Nombre.
“Señor tú me sedujiste, me forzaste y yo me dejé seducir por Ti” (Jer. 20,7). Siento un fuego encerrado en mis huesos; tú Palabra que antes comía (devoraba) me sabía a miel y ahora la siento como un fuego en mis entrañas que no se quiere apagar” (20,9). Es una experiencia de comunión en medio del sufrimiento que he de pasar como fruto de la Misión que se me ha encargado.

La Oración Contemplativa en San Francisco de Asís:
Desprendimiento, desapego, desnudes, libertad y alegría. Era el hombre más feliz del mundo. Ninguna atadura lo ataba a nada. Nada podía perder porque no poseía nada; entonces ¿a quién temer? Nada lo podía turbar y quitar su Paz. Así, despojado de todo, se encuentra en las manos de Dios completamente “desnudo” de apegos y miserias de ésta vida, como las aves del cielo que dependen de la providencia de Dios y El las alimenta y las cuida. Un hombre lleno de una FE AUTENTICA; solo en DIOS CONFÍA y en él tiene su seguridad. Cuando no se tiene nada, Dios lo suple y se transforma TODO para esa vida. Es por eso que los pobres poseerán a Dios.

La Contemplación y la Eucaristía:
En la Eucaristía Dios se hace presente para ofrecerse en “alimento espiritual” para aquel que lo necesite. Ahí nos ofrece su propia VIDA. Es el REGALO que deja a sus discípulos como despedida; un banquete que los salva. Se queda con nosotros de esa forma para que entendamos que sin El nada podemos hacer y que si no “comemos su carne” no tendremos vida eterna. YO SOY EL PAN DE VIDA. Es su forma de “transfiguración” más original y significativa. El no se quedó de esa forma para que lo “alumbráramos con una velita” ni solo para contemplarlo y adorarlo sino para que nos alimentáramos de Él y nos comprometiéramos a vivir su propia vida. “El que me come vivirá por mí” (Jn. 6,57).
Contemplemos a Jesús en la Eucaristía, vivo y Resucitado e imitemos su ejemplo. También nosotros debemos entregar nuestra vida por los demás y por la causa de su Reino. La Oración contemplativa que no lleva a la ACCIÓN PROFETICA, a la práctica del AMOR no es auténtica; más bien sería un “opio” que nos adormece. Seamos contemplativos para la Acción Apostólica y Profética, así la Eucaristía se convertirá en fuerza Espiritual y nos conducirá a la vida Eterna. En ella contemplaremos eternamente su GLORIA. Amén

                                                                                                      Pablo. Párroco. Un servidor
                                                                                                      Iglesia La Resurrección
                                                                                                       Ruiz Pineda. Caricuao

No hay comentarios:

Publicar un comentario