Comentario a las lecturas del 3er domingo del tiempo de cuaresma, ciclo "B"
En ésta tercera semana de
Cuaresma aparece la figura de "Moisés Liberador". “Los líderes pasan
pero su “legado” permanece y ese legado fue las “tablas de la Ley”, los Mandamientos
por los cuales el pueblo de Dios se regirá para siempre. Son las normas y preceptos
que Dios les deja para que aprendan a “vivir en Libertad" ya que dicho pueblo
llevaba muchos años acostumbrado a vivir como esclavos bajo el imperio del
Faraón.
Pero; ¿De qué liberación se trataba?
Ciertamente era una esclavitud "política", “económica”, social, pero
sobre todo, una esclavitud “espiritual” (religiosa). El Faraón los dominaba a través de sus ídolos que él mismo mandaba a fabricar y que el pueblo de Israel
los construía para que después se sometieran a ellos. El Faraón los manipulaba
haciéndoles creer que esos “dioses” le manifestaban que ellos tenían que
obedecerle y servirles y así los convencían que ellos habían nacido para ser
sus esclavos. Eran “dioses” de la opresión y de la muerte.
Entonces surge el Dios verdadero,
Dios de la Liberación y de la Vida que a través de su caudillo Moisés decide liberarlos
de aquella opresión. Por eso el primer Mandamiento es liberarse de esos “ídolos
de la muerte” que tenían impregnados en sus mentes. Es la primera y más,
importante liberación que necesitaban para que nada ni nadie los sometiera
jamás y así pudieran vivir en libertad, amándose y respetándose mutuamente como
hijos de Dios, como hermanos sin hacerse más daño.
Los “hijos Dios” somos el verdadero Templo de Dios; es
decir, SU PUEBLO al que hay que respetar. Es por eso que Jesús aparece en el
evangelio de hoy con un “látigo de cuerdas" en sus manos expulsando a los
mercaderes del templo y a los explotadores de los más pobres y sencillo pues
estaban faltando el respeto a ese lugar “santo”. Les hizo ver que él se
refería, no al templo físico sino al templo vivo que es su “cuerpo”. Ese Templo
se respeta pues la gloria de ‘Dios consiste en que su Pueblo sea dignificado.
Amén
Pbro. Pablo Urquiaga
Imagen de Cerezo Barredo
No hay comentarios:
Publicar un comentario