El Reino de los cielos se parece
a una "semillita" de mostaza, que es la más pequeña de las semillas
pero una vez sembrada, crece y se convierte en la más grande de las hortalizas
donde los pájaros hasta pueden anidar en su sombra.
Hay que "hacerse como
niños" para poder entrar en el Reino de los cielos, nos decía Jesús. Él ha
venido a humillar a los que se creen grandes y enaltecer a los que se hacen
pequeños. La HUMILDAD es la REINA de las virtudes del REINO; solo a través de
ella Dios puede actuar en nosotros y hacer maravillas como lo hizo en María,
nuestra MADRE . "Aquel que se ensalza será humillado y el que se humilla
será enaltecido.
"Quien quiera ser el
primero, que se haga el último y servidor de todos pues el Hijo del Hombre no
ha venido a que le sirvan sino a servir y a dar su vida por todos (as)".
Dios manifiesta su poder en la debilidad humana; por eso cuando reconozco que soy
débil es cuando soy fuerte pues me apoyo, no en mí, sino en la fuerza de Dios.
"Con mi gracia te basta", le dice Jesús al Apóstol Pablo
(2Cor.12,9-10).
Tenemos que hacernos pequeños
como la "hostia", es decir, como Jesús. Él quiso quedarse entre
nosotros "en una gota de harina", en lo más mínimo (como la semilla
de mostaza) para enseñarnos que debemos hacer lo mismo en su MEMORIA y así
poder mostrar con nuestro testimonio la verdades del Reino que existe para los
que se hacen pequeños. ¿Dónde queda pues la grandeza y la vanidad de los
arrogantes y soberbios? Qué lejos se encuentran ellos del Reino, qué lejos
están los que se creen mejores y superiores que los demás. Oremos por ellos.
Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
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