Comentario domingo 12° Tiempo ordinario, ciclo "B"
Vivimos en un "mar tormentoso"
en medio de fuertes olas que amenazan nuestra "barca", como la de PEDRO
que se estremece por el estruendo de aquel mar desafiante que nos narra el
Evangelio de hoy. Ellos se asustan como nosotros hoy y se llenan de temor por
el peligro de sucumbir ante los desafíos de la vida.
Jesús está con ellos pero
dormido; lo despiertan angustiados y le dicen: "Maestro, ¿no te importa
que nos hundamos? Pero Jesús se levantó e increpó al viento y dijo al mar:
¡Cállate, enmudece! (Hasta aquí llega la arrogancia de tus olas, Job. 38,11).
Entonces el viento cesó y vino una gran calma.
La "barca de Pedro" es
la IGLESIA, en ella va Jesús aunque a veces "duerme" para ver como
reaccionamos ante las pruebas, dificultades y retos que nos pone la vida cuando
nos lanzamos "mar adentro", saliendo fuera de nuestra orilla donde
tenemos el "control". Salir fuera de nuestros límites y aceptar
nuevos retos. Cuando el mar está sereno, pensamos que todo lo tenemos bajo
control, incluso nos olvidamos de Jesús y no lo tomamos en cuenta. Así
empezamos a "confiar en nosotros mismos", en nuestras habilidades y
seguridades (tradiciones, prestigios, etc.); pero cuando nos lanzamos a la
Misión "mar adentro" y se presentan las tormentas, ahí cambia la
cosa; nos acordamos que Jesús está con nosotros y le reclamamos. Entonces oímos su voz: ¿porque
tienes miedo? ¿Aún no tienen Fe?
Necesitamos confiar en JESUS, volver a Jesús
ya que sin ÉL la barca se hunde. Pedro solo es el "timonel", Jesús es
el Capitán y el único dueño de la Barca; él sabe conducirla en medio de las
tormentas y evita así que nos "hundamos" a pesar de la fuerza de las
"olas". Con El estaremos siempre seguros. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
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