Comentario domingo 24° Tiempo ordinario, ciclo "B"
Seguidores de Cristo, ¿De qué cristo? ¿Del verdadero o
del "acomodado"?. No basta decir que Jesús es el Cristo; el Mesías,
como lo proclamó Pedro; es necesario seguirle y creer en su proyecto de vida
que es el REINO. Y eso hay que demostrarlo con hechos y no solo con las palabras.
En la segunda lectura de hoy, el
Apóstol Santiago lo dice bien clarito: "Si nuestra fe no se traduce en
obras, está muerta". Lo mismo pasa con ese "seguimiento"; hay
que demostrarlo con el ejemplo. Hay personas que quieren seguir a Cristo de una
forma "lite"; es decir, sin compromisos ni sufrimientos y eso es una
falacia; eso sería seguir a un "cristo falso, ficticio, adulterado" y
acomodado a nuestros criterios humanos. Jesús nos reprende como lo hizo con
Pedro: "tus pensamientos no son los de Dios". Apártate de mí.
Jesús es exigente, nadie que
quiera seguirle se equivoque: "el que quiera venirse conmigo, que cargue
con su cruz y me siga... el que no esté dispuesto a perder su vida por mí y por
el Evangelio no puede ser mi discípulo" (Mc.8, 35). Es por eso que debemos
conocer bien aquel que queremos seguir y revisar muy en serio la disposición
que tenemos para serlo. Hay que ser como el SIERVO de Isaías que nos muestra
hasta donde llega el compromiso de ese seguimiento: donar la vida afianzados en
el amor y cuidado de Dios en donde tiene puesta su esperanza; por eso no teme
ningún mal porque el Señor es su defensa. (Isaías 50, 8-9)
La veracidad de ese seguimiento
en la FE se demuestra en la actuación comprometida y desinteresada en el bien
de los que más nos necesitan. Hay que estar dispuestos a cargar con esa "cruz"
y a romper las cadenas de nuestros "apegos" y así quedarnos libres
para mayores niveles de generosidad. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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