Comentario domingo 29° Tiempo ordinario, ciclo "B"
"Los jefes de las Naciones
las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos oprimen a los débiles;
pero entre ustedes no debe ser así; al contrario, el que quiera ser el primero
que se haga el último y servidor de todos. Usen el "poder" para
servir y no para servirse de los demás ni para abusar y humillar a los más pequeños.
Hay muchos tipos de
"poder". El poder en sí no es malo, depende del uso que se le dé. El
"poder" es una "capacidad o don" que Dios nuestro creador
nos ha dado para "poder servir y dar vida a nuestro alrededor".
Tendremos que dar cuentas al final de nuestra vida de lo que hicimos con el
poder que recibimos.
A los gobernantes (políticos) se
les ha dado el "poder" (autoridad) para ejercer el derecho y la
justicia a todos los ciudadanos por igual y de forma equitativa, beneficiando
prioritariamente a los más débiles e indefensos (ROM. 13, 1-7) . El gobernante
no es el "dueño de la nación", es solo un "SERVIDOR"; por
lo tanto, "el que no gobierne para SERVIR, no sirve para gobernar" y debe
quitársele ese poder. Lo mismo pasa con el empresario que tiene poder para
producir beneficios para todos y no solo para él mismo. La doctrina social de
la Iglesia nos dice que toda "propiedad privada tiene sobre ella una deuda
social". Esto también se aplica a las autoridades religiosas de cualquier
tipo.
Hagamos que el "PODER" se convierta
en "fuente de vida y de progreso" para todos(as) empezando por los
más pobres. El poder se hace "BENDITO" cuando se usa para promover
las capacidades de todos(as) los ciudadanos(as) en el área de la salud, la
educación, la cultura y de una "espiritualidad liberadora". De ahí la
razón de ser de nuestras "MISIONES SOCIALES" que tanto bien han hecho
a los más desamparados. Debemos cuidarlas y promoverlas sin "paternalismos".
Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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