Comentario domingo XXV del tiempo ordinario ciclo "c".
Jesús, en el evangelio de hoy, toma el ejemplo de un “administrador corrupto” para enseñarles a sus discípulos como actúan los “hijos de las tinieblas”, que son más astutos en sus negocios sucios que los “hijos de la Luz”.
El corrupto administrador, al verse descubierto; en vez de arrepentirse y pedir perdón; se pervierte aún más en su maldad y usa su sagacidad para seguir corrompiéndose y a su vez corrompiendo a los demás.
Podemos sacar tres lecciones de su perversa conducta:
La creatividad: El administrador inventó una nueva forma de seguir utilizando a su amo sirviéndose de la confianza que le había dado.
La astucia: Para corromper a los deudores de su amo.
La prevención: Para ganar la amistad de los beneficiados y asegurar su futuro al quedar desempleado.
Los hijos de la luz tenemos que aprender a ser astutos, creativos y preventivos en los asuntos del Reino; usando la verdad, la Justicia, la equidad y hasta el mismo dinero para ganar amigos que los reciban en el cielo cuando de corazón los hemos servido, promovidos y liberado de todas sus carencias y males; agradeciendo la confianza que nuestro Dios ha depositado en nosotros como administradores de sus bienes, haciendo lo contrario del administrador corrupto y usando con respeto y eficacia los dones que del El hemos recibido.
En estos tiempos de tanta corrupción y bachaqueo; seamos testigos sinceros y honestos en el servicio a los demás, sobre todo a los más necesitados. Amen
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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