Comentario domingo XVI del tiempo ordinario ciclo "c"
Jesús no pasó de largo; se detuvo y se hospedó en casa de Marta y María. Cansado del camino disfrutó de la HOSPITALIDAD de esas hermanas. María se puso a sus pies para ESCUCHARLE; meditar lo que decía y contemplarle; mientras que Marta se dedicaba al servicio en favor del huésped de honor.
En la primera lectura de hoy, Abraham va a hacer lo mismo con los “ángeles” que lo visitaron en nombre de Dios; él los hospedó en su casa, les preparó algo que comer y los “contempló” dispuesto a escuchar lo que les decía. Él supo combinar perfectamente el servicio con la Oración contemplativa y la colaboración de su esposa Sara que tuvo una hermosa recompensa: “El año que viene Sara dará a luz a un HIJO”.
La Oración (contemplación) y el Servicio no son incompatible; todo lo contrario, se complementan y traen resultados extraordinarios. Jesús llama la atención a Marta, no porque estuviera haciendo algo malo sino porque se “afanaba” demasiado en las cosas materiales descuidando las que son “más importantes”. María había elegido la mejor parte. Estamos seguros que al Jesús marcharse, ella ayudaría a su hermana.
Jesús, en las tardes, curaba a los enfermos y expulsaba a los demonios y al amanecer se retiraba a ORAR a un LUGAR SOLITARIO (Mc.2, 34-35). También los discípulos de Jesús han de dedicar tiempo para ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS y así conocer SU VOLUNTAD e ir a PONERLA EN PRACTICA como lo hizo el Samaritano, nuestro padre Abraham y las dos hermanas. La Oración y el Servicio deben de ir siempre UNIDAS. Amén
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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