Comentario domingo XXIX del tiempo ordinario ciclo "c".
¡Tengamos mucha Fe en la Oración auténtica! Esa ORACION tiene PODER. Tomemos hoy el ejemplo de Moisés. Mientras Moisés ORABA; es decir, “tenía las manos levantadas”; Josué vencía al enemigo; cuando se cansaba de ORAR; es decir, bajaba las manos, el enemigo triunfaba. Entonces Aarón y Jur lo ayudaron a que siguiera orando sosteniéndoles las manos y así pudieron obtener la victoria definitiva.
Nosotros también tenemos que tener las “manos alzadas” y la “vara de Dios” en nuestras manos y ayudarnos mutuamente cuando nos “cansemos de ORAR”. Es nuestra FUERZA. “El auxilio nos viene del Señor”; “si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y lo libra de sus angustias”; “tú guardián no duerme; no descuidará nunca a su pueblo que le invoca”.
En el evangelio de hoy, Jesús nos pone el ejemplo de la viuda pobre que le suplica al juez corrupto que le haga justicia y por la insistencia de ésta, al final el juez la atiende: ¡Cuánto más nuestro Padre escuchará nuestras súplica y nos hará Justicia sin tardar; lo importante es no desfallecer ni desanimarse; no perder la FE ante el posible “silencio de Dios”, sino, perseverar en nuestra oración con firme esperanza que EL nos responderá a su tiempo y no al mío. Por eso Jesús nos enseñó a ORAR diciendo: HAGASE TU VOLUNTAD. Amén
Por eso sería bueno que hagamos esta semana una revisión de la forma como estamos Orando. ¿Buscamos respuestas inmediatas o ponemos nuestro afán en manos de Dios? ¿Creemos de verdad que el Señor nos hará Justicia?¿Dejamos que su PALABRA nos ilumine? ¿Creemos de verdad en El?
Pbro. Pablo Urquiaga.
Imagen de Cerezo Barredo
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