Las tierras Americanas fueron
habitadas durante miles de años por nuestros ancestros aborígenes que poblaban
los territorios de Méjico hasta la Patagonia. El imperio MAYA en Méjico,
Guatemala y el resto de Centro América y el Imperio INCA en el PERU de Sur
América; junto con los CARIBES en las Islas Antillas eran las civilizaciones
más famosas. Los GUARANÍES de PARAGUAY Y ARGENTINA junto a los “QUECHUAS” del
ECUADOR eran otras razas y tribus que vivían en nuestras tierras. Estas
civilizaciones poseían una rica CULTURA propia de su raza; idiomas propios,
costumbres y ritos religiosos autóctonos que los hicieron vivir en PAZ durante
milenios. En el año 1942, el 12 de
Octubre, un intruso llamado “Cristóbal Colón” tocó tierra en una de
nuestras islas donde fue recibido por nuestros aborígenes con amabilidad y
generosidad, virtudes que caracterizaban a nuestros ancestros. Allí lo
recibieron a él y a toda la tripulación de sus naves y éstos, aprovechándose de
la inocencia de nuestros aborígenes, abusaron de ellos y los engañaron
robándoles el oro que colgaba de sus narices y orejas a cambio de “espejitos de
colores”. Este usurpador venía en nombre del Imperio Español para llegar a las
Indias y fue por eso que les puso a nuestros aborígenes el nombre de “indios”.
El venía a saquear en el nombre del Imperio; a conquistar nuevas tierras para
apropiárselas y convertir a sus habitantes en esclavos. Y así lo hizo. Nuestros
ancestros reaccionaron y fueron asesinados sus mejores “caciques”. De ellos
nació la: RESISTENCIA INDÍGENA pues
no quisieron sometérseles.
Colón, el esbirro colonizador,
venía a imponer también la cultura del
Imperio y con ella una “religión
extraña”. Junto con la espada venía una “cruz” que querían imponer a
todos(as) con la amenaza de que si no la aceptaban se iban a “condenar”. Tal
fue el caso del cacique “Hatuey”
(Taino de Cuba) y de Waicaipuro (Venezuela)
y de muchos otros Caciques que no aceptaron tal imposición y se revelaron.
Cuando lo iban a ejecutar, quemándolos vivos en una hoguera, el sacerdote se
les acercó y le dijo: Acepta el bautismo y conviértete para que vayas al
“cielo”. El Cacique mirando a los que lo ejecutaban decían: ¿y éstos van al
cielo? El sacerdote contestaba: ¡Claro, ellos son católicos! Entonces ellos
contestaban: Nosotros no queremos ir al cielo si ellos van allí ya que no
queremos encontrarnos con ellos jamás. Y morían sin “bautizo”. Ciertamente
ellos no rechazaron la doctrina del Maestro Jesús de Nazaret sino a la “religión adulterada” de aquellos
usurpadores asesinos y colonizadores implacables.
No todos los “colonizadores y
misioneros sacerdotes” fueron iguales; algunos de ellos se opusieron a aquellos
maltratos y se pusieron del lado de los “indios” y los defendieron y hasta
dieron sus vidas por ellos como hicieron los Jesuitas en las “misiones de
Iguazú” (Paraguay). Es por eso que en su nombre, queremos honrar hoy la memoria
de todos los que resistieron en aquel tiempo el genocidio del Imperio Español y
de la Iglesia Romana en nombre de su “dios” y de su “religión imperial” al
cometer la osadía de creerse “dueños del mundo” imponiéndose con la “espada y
con la cruz”. ¡Dignifiquemos su cultura
y su raza! Amén
Pbro. Pablo Urquiaga. Caricuao, 12 de Octubre del 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario